mayo 20, 2011

caminante de noche [palabras y más palabras]

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Me veo en un viaje y no navego hace mucho, tampoco  voy en tren y subirme a un avión no es lo mío, y no creo que en el futuro cambie de parecer eso lo puedo jurar, me veo caminando en la noche, ‘hombre de a pie’ que encuentra en esta oscuridad una soledad atractiva, la que necesita para saber lo cargado que se encuentra. Y tratar de desaparecer esa carga ayudado por la oscuridad en compañía de la luna. Pasar todo ese peso a una sola hoja, y con tinta sabor miel, dar de comer a ellos, personas con hambre de lo inmaterial, darles algunas cosas que sean diferente, eso es lo que suelo(en) buscar. Dejar siempre huella, por si me pierdo, poder volver siguiendo mi propio rastro y dejarse caer en aquel ‘momento’ que se encuentra para despegarse de aquella carga que utiliza como excusa para no mostrarse como quisiera, la verdad de los días, la verdad siempre será otra, las verdades duelen si no son tomadas de buen modo, pero no hay verdad sin amargura, vencer siempre con la bondad de la lírica que deja sentirse (el poder leer de lo mío al terminar) de vez en cuando, el momento de intentar escribir de ti, de ellos, de todos, y de esa noche, vulnerable estará, encaminado, descolmado de sueño ve en la noche la compañía que busca, caminante del mañana, y es cuando se convierte en bohemia la noche cual resultado de las horas se logra ver el amanecer y  nos sorprende el día, y es cuando sabes que llego la hora de la despedida, el cigarrillo a medio terminar en el cenicero al lado de la botella vacía, el Appleton embrujado junto a su caja rojiza y aun con aroma y alma, las copas tienen huellas de labios alegres, la pista lustrada después de que esos cuerpos hayan jugado a hacer el amor, siempre desprenderse de los días que enmudecen , cuando de una valiente travesía resulta que olvidar por un momento que eres un ser humano con problemas, es la respuesta a este exilio, a este vació, escojo la noche para poder ser libre. Libre de ataduras y responsabilidades, de un momento a otro, caminar hacia la oscuridad y salir librado de aquellos pesos que salen con rostro a detenerme, cualquier discurso sería estúpido y a la vez perfecto, pero no desprenderme de aquellos sentimientos que almacenados logran congelarme, estaría siendo ingenuo si dijera: que podré con todos ellos. No soy de guardar las cosas, no tengo cajas en donde guardar secretos, siempre escribo cual misterio esconde mi cabeza, y lo dejo para el que entienda de mis letras. La noche es quien diluye la pesadez de saber que el vivir (entre ustedes), es complicado, es algo que no estaba en mis planes. 
En la calle de rostros de aires fantasmales, sombras de seres que suelen encontrar en el bullicio espacio para poder conversar entre ellos, protagonistas de ruidos que atraen. Las pisadas se sienten en los oídos atentos, se siente diferente, calmado, las horas son de alguien que tiene la vida apurada, las versiones de mi, cogen lo que les convenga y tienden a tatuarse los momentos que nunca olvidaran, las palabras se crean en mi cabeza, es una catarata de versos, los buenos se van a esconder en lo mas profundo de mi cabeza, escondrijos que hay entre las calles de mi memoria, los que suelen colarse, se ven en esta parte del papel. Las noches son así para mi, mares de encuentros con rostros diferentes, con ojos llenos de pesares, que buscan el poder dejar sus problemas en la oscuridad de la noche.

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