Mi novia se me está poniendo vieja - Ricardo Arjona
por Armando Q.
Titulo: Mayo, 12
Semana por el Día de la Madre
Mayo, 12
No estoy seguro de cómo comenzar,
sintiendo que las palabras que escojo, no encuentran por nada ser siquiera benévolas,
y dudo al querer pronunciarme, pensando
que estoy equivocado al escoger este día para nombrar su nombre. No siento
haber sido un buen hijo. Si hubiera categorías, me siento parte de la: “hijo
promedio”. Estando seguro de ello, mis golpeteos son secos, sin ritmo, casi
callados, sin ruido, sin calor, viéndome en sequia corrijo el día, saludándolo
a como venga, peinando los recuerdos que encontraron sitio en mi cabeza, con
prudencia, para no salirme de la principal idea, el día en que anunciaron que
para ellas, solo existe un día para festejarlas. ¡Miserables! ¿Quién fue?
¿Quién anuncio tal cosa? ¿Cuándo fue que proclamaron aquello, y no me avisaron
de tan importante elección? ¿Quién dijo que debe ser celebrado solo por un día,
el día de la Madre? Porque cuando de ellas se trata, sépalo bien, uno debe
siempre celebrar su sola existencia todos los días del año. No los entiendo en
verdad. Cosas de la vida. Asusta saberse parte de este mundo loco. Asusta en
verdad encontrarme con que debo de hacerle caso a las masas, ya que me dictan
que debo de festejar el tener a mi Madre, solo un día de mayo.
Soy consciente de lo importante
de este día, porque para algunos se remonta a recuerdos existentes en el lienzo
blanco, donde pincelaron imágenes que vivieron con ella no teniéndola consigo
en este momento, soy consciente, lo soy, pero no puedo sino, enfocarme más, en
lo equivocado que se encuentran todos los que la tienen a carne y hueso. Me he
visto con la misión de encender el ordenador, y proclamar un grito de justicia.
Si, de justicia. No es justo que solo hablemos de ellas, por un día, ellas
merecen más, merecen los 365, así como lo oyes, así es. Es más, creo que ellas
merecen que las consientan todos los días del año, con un beso, un saludo, un
abrazo, un detalle encerrado dentro de una caja amagado por un lazo rojo, un
ramo de rosas blancas, uno rojo dependiendo de quién sea el remitente, yo
pienso que hay muchas otras formas, de hacerle saber, a todas ellas, que son en
verdad especiales, y que merecen el reconocimiento de nosotros. De todos los
aquí presentes. Pero no, Yo no estoy para enseñarles, no, no soy nadie para
hacerlo, solo soy un zángano que se levanto una mañana temprano y quiso golpear
estas teclas, creyéndose en el derecho de pronunciar el nombre de su ser más
querido, un don nadie, una lacra, un engendro, un tarado que hoy tiene ventana
y la proclama su micrófono, que cuando tiene oportunidad utiliza esa ventana
para dar de beber veneno a la gente, mentiras y una que otra metida de pata, no
soy nadie para reclamarte nada, no, no lo soy, soy solo un hijo que hizo mal al
escoger, que hizo mal al nombrarla, hizo mal al gritar, al insultar, hizo mal
cuando no hizo contacto visual, eh hizo mal cuando no acepto consejo de ella. Ya
que aunque pasen los años, y siga Yo en la necesidad de seguir en la categoría de
“hijo promedio”, es ella quien todavía sigue pendiente de mi.
Dios, que bendición tan grande,
el conocer a tan hermoso ángel.