Escritores Invitados
por Armando Q.
Os agradezco
Llame al teléfono de Lucho pero escuche una voz femenina - Don juan tenorio- pensé entonces que estaba ocupado, pero pasado unos segundos, escuche su voz ronca, detecte de fondo que una mujer le hablaba, así que le dije que si estaba ocupado, podía esperar que se desocupe. Solo quería saludarlo. Pero luego él contesto con alegría, que era con su hermana, con quien termine hablando, ya que ella, en son de broma, había cogido su celular. Le comente que estaba empezando un Libro, y quería su opinión con respecto a unos detalles, y quería pedirle, si podía conseguirme una entrevista con algunas agencias literarias en aquellas tierra donde el sol bendice. Pero creo que no le gusto que quisiera sacar mi libro, antes que el lanzara su Azaña Gloriosa. Un ejemplar que deseaba que vea la luz justo por aquella fecha en que terminaría el mío, de pasta dura, que con solo leer el prologo, encontrabas que era uno de sus últimos trabajos. Una obra de arte por donde lo veas. Fue entonces que alocada la conversación nos despedimos con un -nos veremos pronto-. –me invito a saludarlo- pensé entonces que sería bueno un encuentro entre escritores de este tiempo. Aunque no puedo imaginar cómo sería caer en aquel espacio donde él vive, golpeando las teclas en compañía de un sol trujillano. Resulto una sorpresa, saber que radicaba para ese entonces en Chile, tierra que vio nacer a Nicanor Parra. País para sutilmente, reencontrarse con su Yo interior, y desojar aquella alma escritora, dormida por esos años en donde no resultaba creyente que sus sueños se harían realidad. Pero el era creyente, que cuando se lucha, las cosas se consiguen, ¡grande Dr.! Decidí ir a visitarlo cuando volviera de tierras sureñas.
Como era habitual, encontré en mi
bandeja un correo de Texenery, pero esta vez me encontraba con una invitación para
la presentación de su Libro “La pequeña Nerea” iba a tomar vuelo -¡y de qué
forma!- le conteste que sería un placer
tremendo, estar presente en el nacimiento de La Pequeña Nerea, todo el trabajo
que le había costado, y el esfuerzo y sudor tendrían por fin sus frutos, recordé
que por aquellos días, había terminado el primer capítulo de mi libro que
llevaba ensayando nombres, pero que el más adecuado hasta ahora, y me llamaba
era: “Huracán en la Hoja”. Le dije que su invitación me favorecía para conocer
a gente en el ámbito literario. Ella gustosa, me presentaría a sus amigos en el
mundo de las Letras, y a sus amigos más íntimos. Comenzó con un concierto al aire
libre, ella tocaba el clarinete para deleite de sus invitados, sacando suspiros
de los ahí presentes, me resolví calladamente a sentarme en uno de los
asientos, lo justo para poder presenciar el estrado y perfecto para no perderme
el canto envolvente de aquella demostración de talento. Escritora que ha hecho
de esta travesía (la mía) más elegante, sintiendo de muy lejos su apoyo, ahora
le retribuyo con una visita, y que mejor, que retribuirle mi agradecimiento, en
la presentación de su libro. La música se apaga, las personas después de haber
escuchado la presentación se acercan en fila, a que la autora les firme un
ejemplar, Yo tenía el mío, y quería que me lo firme, ella firmaba atónita por
ver a tanta gente, que se había hecho presente en el nacimiento de su hija, se le
vía feliz, radiaba felicidad y encanto, pero me encontraba con un dilema –¿me reconocería?-
mi turno llego, mis pasos se tornaron pesados, pero mi cuerpo desplazaba mi
alma a un circulo, en donde ella degustaba de un ambiente bien merecido – por
favor, dedícaselo a Armando Quiroz- su rostro mostro un enorme
asombro, por fin, después de tanto tiempo, podíamos conocernos de principio a
fin, en persona, sus lágrimas de felicidad cayeron en las hojas en donde se dejaban
ver letras en cursiva a mano alzada –
con todo mi corazón, para Armando …el hacedor de letras- después la conversación
se torno por horas, y desde aquel lugar donde era su tribuna, de cómo la gente acogía
el libro, como una enorme sorpresa gratificante, decidí en aquel momento,
volverme fan de La pequeña Nerea. Y vi con asombro, el cómo mi amiga, se
consagraba.
CONTINUARA....
Por Armando Q.
Escritores Invitados
CONTINUARA....
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