Escritores Invitados
por Texenery de la Cruz
LA PEQUEÑA NEREA
CAPITULO CUATRO
Recordar para olvidar
Conocer a la Sra. Dolmán había significado mucho para Nerea. Todas las tardes tomaban el té juntas mientras la Sra. Dolmán conseguía que ella se desahogara y comenzara una nueva vida. Era una anciana amable de semblante cariñoso. La vida no le había sido tampoco fácil y no le quedaba nadie salvo su esposo así que adoptó a Nerea como su hija sin que ella se percatara. Nerea había subsistido de ayudas sociales pero había estudiado periodismo y la Sra. Dolmán consiguió colocarla en un periódico de un amigo. Allí comenzó a tener amigos, sus compañeros Armando, Fernando y Marta le sirvieron para entrar en la sociedad como una persona normal.
Se dedicaban a escribir en una columna de tema libre y eso le encantaba a Nerea, podía expresarse libremente.
Esa tarde del té Nerea estaba muy triste se acercaba Navidad y era mortal para ella, no tenía a nadie, su único hermano había muerto y con el toda su familia. Había muerto de sobredosis por no poder vivir con su pasado a pesar de los intentos de Nerea por salvarle.
-Sra. Dolmán estoy harta del hastío injusto que me ha condenado y marcado como las reses, como ganado deambulando por la mierda del día, luchando por respirar, mientras me ahogaba en mi propio llanto. No quiero irme al infierno sin sacar mi monstruo, sin sacar mi ira y mi rabia. No soy capaz de ordenar fechas, ni establecer los años o momentos donde va. Pero escupiré como mis entrañas suelten sin tapujos ni perjuicios. La culpa de que merezco todo esto que me ha alimentado y ahora me consume. Este no vivir en mí, no encontrar motivos ni forma de salir en el lugar donde me he metido.
Soy la sombra del monstruo, soy la mierda de las secuelas, soy el asco del dolor, soy el olvido del mundo al que ya no quiero pertenecer.
_ Es normal sentirse así Nerea, estás sacando tu dolor y rabia.
_Ninguna palabra me consuela, nada me ayuda. No existe nada para lo que siento. Un carrusel de locuras, cada día, que distraen y disfrazan pero no se van. Siempre está ahí. Hasta que me agote despotricaré como animal perdido sin saber ni por qué.
Época de Bla Bla Bla, consumismo materialismo y fe y fe y más fe, llega la navidad y mi desespero. Cada uno la vive a su manera yo de fe sólo se que en mí. Traen recuerdos y cuestiones éstas fechas. Todas las religiones y creencias parten de la creencia en algo o alguien. Supongo que el ser humano necesita creer, pero imponerlas es asqueroso. Se dan golpes en el pecho a más no poder, en primera fila. Creyéndose los más merecedores y practicantes, los más devotos y fieles. Luego en casa son los perros asesinos que jamás se puedan pensar. Inculcan la culpabilidad de base, ya nacer implica ser malo por venir de su pecado. Mientras me golpeaban no eran practicantes ni devotos, ni siquiera de la razón. Recuerdo el día de la primera comunión hace poco, a duras penas, lo más es que no quería ir, ellos siempre sembraban la culpa y la indignidad que no tenía cuerpo para decidir ser participe de teatros. Vomitaba cada vez que me probaban el vestido. Muchas veces rezaba el rosario hasta que las yemas de mis dedos sangraban de dar vueltas a sus cuencas. Pedía que se acabara todo, los golpes, gritos, todo. Pedía una explicación que había hecho mal para ese castigo.
Hasta que me cansé. Ni entendí ni entiendo ahora. Solo se que odio la falsedad y prefiero cometer sincericidio.
_Toma tu té Nerea y sigue contándome.
_A esa edad ya me sentía sucia, pecaminosa y culpable, me negaba a realizar la comunión porque era mala. Pero nadie escuchaba mi sufrimiento. Una paliza y comunión realizada. Los abusos sexuales sino los recordaba los intuía porque ya me sentía sucia y pecaminosa y más en ese ambiente de católicos practicantes de puertas para afuera solamente. Unas Navidades siempre pésimas marcadas en el recuerdo del olvido. Solo deseo un año nuevo mejor y saber caminar en las penumbras porque ésta siempre existirá.
Que por una vez llegue Papa Noel con el saco y no a dar por saco.
En ese instante, la señora Dolmán, invitó a pasarlas con ella y hacerle ver que hay otras navidades, ella aceptó su invitación.
Realmente fueron sus primeras navidades, sin muchos adornos, un árbol imponente que marcaba el centro del acogedor salón donde cenaron placidamente en el calor de una auténtica navidad. Sin consumismo ni materialismo tal como Nerea quería.
A la tarde siguiente no faltaba a su cita y Nerea allí estaba:
_Por qué no perdonas Nerea, el pasado, pasado está.
_ No puedo perdonar porque nunca se olvida y cuando menos se espera vuelves a verte ahí. Porque ni con evadirse, ni caer en roles o patrones que priven por instantes del recuerdo sirve.
Porque se informe dejando el alma impregnada de sangre hasta desfallecer para que no vuelva a suceder...
Por los miles de porqués que se resumen a que quiera cerrar los ojos a la inmensa oscuridad para apaciguar mi dolor, es mi condena...
Es lo que me llama y tienta cada vez que mi cuerpo no lo puede soportar.
Un descanso merecido y aclamado donde reposar mis alas y dejar de intentar volar.
Ahí en el vacío contundente de la oscuridad nada me daña, mi cuerpo y alma se liberan en una paz desconocida y anhelada durante mucho tiempo...
Para mí si es importante y nunca dejará de serlo. El dolor oprime mi pecho y dificulta respirar, todo es pesado y molestoso hasta mi propio latir.
Porque pido a la noche silenciosa que arrope mis peticiones, que ronde la morada del olvido y se apiade de los gemidos desesperantes de un condenado a vivir...
No perdono. Muchas veces me paro a pensar y tratar de entender cuando hablan del perdón.
_Creo que el único perdón disponible en estos casos es para uno mismo, decía la Sra. Dolmán, sin culpas y perdonándose. Pero siempre dicen que es egoísta un pensar así que todos merecen segundas oportunidades y que hay que ayudar al que obra mal y que eso es una forma de perdonar. Entre tantos puntos de vista reflexionas, podría pasarme horas escuchando esos argumentos y seguir sin entender...
_Nos acusan de victimizar, prosiguió Nerea, de casa de brujas por nuestro odio, de no enfocar correctamente y todo desde la base del perdón.
Muchos debates podrían abrirse pero no me serviría salvo para hacerme sentir más culpable y egoísta. Por no ponerme en el otro lado, no comprender o no ayudarles.
No es que no me ponga sino que al ponerme menos entiendo y comprendo...
No es odio es mejorar un futuro para el que llega, para los que están, concienciando de la gravedad...
Y todo hace sentirse más mal, si lo haces por qué lo haces y sino lo haces por qué no lo haces...
Sinceramente malmeten para fastidiar, para que no luches o es lo que prefiero pensar, porque depende de ti creer lo que te llega o no...
_Antes de molestar a una persona hay que pararse a pensar un poco, ya no hablo de moral, ética o de respeto sino de humanidad...Es cómo la típica frase “Antes de juzgarme usa mis zapatos un poco, te los dejo...”. Decía la Sra. Dolmán.
_Hay quien le gustaría que se lo dijeran porque si saben defenderse o el daño no les llega pero supongo que eso no interesa sino hacerlo...
Supongo que de algún modo algo ganan, algo les satisface con quien queda vulnerable y a la merced de oídos limpios pero no es un juego.
Las personas que sí somos personas ponemos punto y final a muchas cosas. No quiero oír, no quiero saber y no quiero pensar.
Hacer caso a la razón o al corazón...Depende de la cuestión, o perder el corazón o la razón...
_Un final que cae en el amor, Nerea, hacia uno mismo, en respetarse antes que esperar que te respeten. No amarse así mismo es rendirse a la no lucha, todo cae en picado y todo daña tanto que no se ve las fuerzas para enfrentar y luchar tanto para sanar como para seguir viviendo.
Te castigas tanto sin saberlo, sin darte cuenta o dándote cuenta que todo empeora cayendo en un abismo inútil y desbastador.
En nada confías y todo es confuso y extraño que prefieres esconderte y estar en tu hermética vida, por llamarla de algún modo, para protegerte del miedo y de tus sensaciones y sentimientos que confunden.
Nada ayuda y nada llega, perdida en una espiral sin vuelta atrás que arrastra y consume sin poder hacer nada para evitarlo porque no encuentras luz ni aceptas nada que pueda enmendar. No sabes explicar que ocurre y no te atreves a pedir ayuda porque todo es humillante e indigno, hasta lo que más amabas y los valores y motivos más vitales dejan de ser relevantes e importantes porque realmente crees que está todo mejor sin ti...
_Todos dicen que todo pasa por algo y que el sufrimiento tiene su recompensa luego que comprenderás todo y el alivio por una vida así tendrá su recompensa (me refiero a la justicia, que será divina porque otra no veo) pues yo quiero buscar la mía...
_ Nerea, el dolor que nunca sana es el dolor del Alma. Cómo negar si al hacerlo lo acepta el corazón. Es tu dolor. No importa reconocerlo. Que se lleva un gran dolor y dificulta soportarlo las miles de piedras que encontramos en la vida. Lo que importa es que no se va. Cuando se está afligido, abstraído y se necesita cuidados se queda uno perdido. Nada va bien, nada está bien. No entiendes sólo estás ahí viendo la película de tu vida sin tomar partido esperando que la tormenta pase... No pasa, no deja de doler.
Como payasita perdida sin sonrisa se la pinta para ver si brota y se la cree...
_He creído lo no razonable lo que no es cierto y ha crecido todo. He recuperado lo perdido distingo y conozco pero todo es peor no veo el camino. Confusión, caos...
BOOM!! Mi cuerpo explota...No obedece...Me pierdo...
No puedo gritar, no puedo avanzar, no comprendo sólo siento...
_Todos hemos llevado una gran carga, miedos, dolores, consecuencias muy duras para poder labrar una vida, para poder reconstruir lo que a golpes han robado, roto y destrozado...
_El dolor del mundo de los A.S.I es el dolor del alma. La mayoría dicen que se supera otros que no, yo sólo se que aprenderé a vivir con ello. Que mi alma empieza a liberarse y no voy a permitir que me la roben.
Mucho huir, negar, tratar de escapar hasta de mi misma. Fue tanto lo que me olvidé de mí que una mañana no pude respirar, sentí que me oprimía, volví a verme en aquel lugar y experimentar la misma sensación. Mi mente no hacía caso a lo que mi cuerpo experimentaba, el miedo, el asco, el dolor, todas las miles de sensaciones entraron hasta el alma...Cuando por fin pude entender que no era real, que no estaba pasando que no estaba allí , que ya era grande pude empujarle, pude gritarle, pude defenderme...Mi vecino abusaba de mi desde los cuatro años y esta vez pude empujarle de mi cabeza. Tras vomitar el asco y rabia, tras llorar la impotencia, dolor y tristeza empiezo un camino nuevo...
No se que pasará sólo se lo que siento y me dejo llevar espero levantar las veces que sean necesarias aunque sea arrastrando y sin aliento...
Rabia, dolor, humillación, miedo, desconcierto, pensamientos bañados en lágrimas desconsoladas, lamentos al vacío afligido y desesperado...Sólo se que me han robado una vida y no dejaré que me roben el Alma, ahora tengo un trabajo, amigos y a usted Sra. Dolmán, no pudo pedir más.
Nerea corrió a toda prisa se le había ocurrido una historia para su columna. Así que fue a casa de la Sra. Dolmán.
-Hola Sra. Dolmán, me alegro de verla. La andaba buscando ¿Cómo se encuentra?
-Muy bien querida, como siempre ¿Para qué me buscabas?
-Verá Sra. Dolmán, tengo que elaborar un artículo sobre el primer beso y me gustaría que me contara como fue el suyo, siempre la escuho cuando tengo tiempo libre y en ésta ocasión considero que nadie mejor que usted podría bordar mi artículo.
- jajá jajá Me halagas jovencita, siempre tan impetuosa. Claro que te lo contaré, siéntate prepararé un té. Este salón ha sido testigo de muchas de mis historias pero la de mi primer beso no sucedió aquí.
En aquella época residía en la casita de campo de la abuela, Me había costado mucho que el autoritario de Papá me diera permiso de bajar a la capital a realizar unas compras con mis amigas. Tras varios intentos fracasados lo conseguí. Sabía que él estaría allí y me puse muy bonita jajá jajá.
Toma tu té, es rojo mi favorito, disfrútalo mientras te contaré el mejor día de mi vida.
-Gracias me encanta su té, lo llamo el té sabio porque siempre que disfruto de él aprendo muchísimo de la vida.
- jajá jajá querida de eso se trata la vida, de aprender. Cómo sino hubiese llegado a ser una viejecita tan alegre y jovial jajajajaja.
Como te iba diciendo, me puse muy bonita, estrenaba un precioso vestido azul a juego con mis ojos, estaban como platos para no perderse detalle. Aquellos zapatos de bailarina tan relucientes, aquel sombrero que disimulaba mi timidez, todo para tan mágico momento ¡disculpa jovencita, tengo un poco de tos!
-No se preocupe Sra. Dolmán tosa tranquila, cerraré la puerta del patio, empieza a refrescar.
- ¡Si pero no se me distraiga, préstame atención que lo bueno empieza a rondar mis recuerdos!
- ajajá por supuesto, no perderé detalle.
- ¡ay!
- ¿Qué le ocurre?
- Nada querida, la nostalgia de aquellos quince años, los años dorados e ideales, llenos de sueños, inocencia y felicidad...
Sabes, fue una odisea llegar a la capital, no tenía tantos accesos como hoy en día ni tantos medios pero al final sofocada llegué y junto a mis amigas, sentadas en aquella cafetería le vi entrar. Era el chico más lindo que jamás había visto.
Mira ¿vez? Aún se me pone el bello de punta al recordarlo y me sube el mismo escalofrío por mis huesos y tengo las mariposas en la barriga...
-¡Que hermoso! Quisiera conocer eso algún día, sólo con esa sensación me conformaría...
- Llegará cuando menos lo esperes, no se busca.
- ¿Y qué pasó Sr. Dolmán? Me deja intrigada...
- jajá jajá paciencia las cosas saben mejor despacio. El era mayor, tenía 19 años esplendidos, su melena rubia siempre despeinada con ese aire de rebelde, sus grandes ojos marrones y esa encantadora sonrisa que me perdía...
Se sentó en la mesa de enfrente, le esperaban sus amigos, pero no dejó de mirarme.
En dos ocasiones se levantó al servicio de caballeros para pasar por mi lado y dedicarnos una sonrisa de cómplices...
En ese instante, el momento feliz se congeló y a todos se nos aceleró el corazón. Un atracador armado invadió el local y a todos al suelo obligó a tumbar. Pasé mucho miedo pero él sin ser visto fue arrastrándose a mi lado y bajo una mesa cobijamos el pánico.
El atracador se llevó su botín y todo fueron gritos y confusión mientras nosotros seguíamos allí los únicos sin incorporarse....
-¡Qué miedo Sra. Dolmán! Lo tuvo que pasar muy mal.
- No, desde que llegó a mi lado no sentí miedo. Antes de incorporarnos, nos miramos fijamente, el tiempo se paró para nosotros, mientras el caos reinaba en el local ajeno al momento más bonito de mi vida. Nuestros cuerpos fueron acercándose muy lentamente y sus labios se posaron en los míos. Destellos de luz iluminaron mis ojos, mi corazón quería salir del pecho y gritar al mundo tan vivo sentimiento. Sus labios eran dulces y me llenaron de placer...Mi primer beso.
- Fascinante Sra. Dolmán, pero por curiosidad, ¿qué fue de él?
- El teléfono discúlpame querida ya vengo.
- ¿Si? ¿Quién es?
- ah bien pero no tardes, ya te hecho de menos.
- Ya estoy querida.
- No se preocupe Sra. Dolmán ¿algo importante?
- ajajá si para mi, era el Sr. Dolmán, que se retrasará pero que no tardará para revivir el primer beso...