enero 06, 2012

¿Romeo y Julieta? |por Yajaira Martínez Cruzado||escritores invitados|

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¿Romeo y Julieta?


  -Te quiero mucho amor mío-,  fue lo último que él dijo cuando me estaba ayudando a clavarme  el cuchillo.

Pronto todo se volvió tan efímero que perdí el sentido del tiempo y con ello empecé a formar parte de un mundo paralelo. El tenia mi cuerpo aferrado a su pecho, y  yo intentaba hablarle  pero no había más que silencio - Estoy aquí, también te quiero, espero por ti querido-  el no me escuchaba.

Aquella impotencia me hizo vagar por nuestros recuerdos, nos vi en la primera cita y cuando mis padres me negaron verlo, nos vi en nuestra boda y cuando decidimos acompañar a los muertos, porque no podíamos huir mas de mi padre que siempre se interpuso en lo nuestro creyendo que sus millones podían comprarme los sueños. - Papa porque no entendiste que lo amaba, que tan difícil era voltear tu mirada y ver el brillo en mis ojos cuando él decía que me adoraba-.

De pronto sentí un leve viento rosarme el cuerpo, regrese al cuarto, estaba tirada en el suelo cubierta por una manta,  las ansias me embargaban esperando llegara la hora de que el hombre que amaba me acompañara en aquel mundo de las almas.

Pero unas risas provenientes de la sala captaron mi atención y al traspasar las paredes  a pesar de estar muerta pude sentir como se quebró mi corazón; ahí estaba él regalándole sus besos a otra mujer, - lo logramos Muñeca, lo logramos ahora si somos millonarios, con Sofí muerta soy yo quien recibe la herencia-  , no lo podía creer me había engañado. 

Papa había tenido  razón al decir que  él era solo una sanguijuela ansioso de vivir una vida buena a costa de lo que sea , papa había luchado tanto porque yo me diera cuenta, pero estaba ciega y ahora estaba muerta.

Perdida en aquel mar de mentiras, había ido contra mi vida, me había matado creyendo en el pacto de los amores rechazados. Pero el estaba vivo y gozaría con otra de mis alegrías y eso yo no lo permitiría.

Grite, grite y grite, hasta que mis gritos pudieron le pudieron poseer,  dueña de él lo ayude a clavarse el cuchillo , uno, dos, tres, ahora si viviría mi infierno eternamente   junto a él. 

Yadema M .C. 




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