Por Armando Q.
Domingo 20 de Noviembre
Después de la oscuridad
La mirada que se clavo en nosotros, un dardo corrosivo y dañino nos decía con repulsión que no éramos bienvenidos, no la apartaba en ningún momento celoso de nuestro atrevimiento, me pesaba el cuerpo al sentir tanto desprecio, el dueño de esa mirada tenía motivos para creer que éramos intrusos en su tierra y, simulaba estar contento con nuestra presencia, de sonrisa fingida, nosotros no sabíamos si sonreír o rendirnos a la realidad, entrabamos a un ámbito en donde no había leyes, guiados por nuestro deseo y la fuerza, la de la Amistad. Quien nos recibe por su apariencia engañosa a la vista, era quien tenía el respeto de los que compartiás también de sus Demonios en aquel lugar, y administraba el antro. Llamado por así decirlo, Clínica de Rehabilitación. Consientes que no teníamos como comprender ese mundo, no creo que haya alguien que haya vuelto de aquellas tierras áridas, y decir que volvió completo. Fue por entonces, en aquel Año, en que decidimos no hacernos de la vista gorda para con alguien, que en su momento necesito de nosotros. Pero ahora que comienzo este escrito, me doy cuenta también, que fue una situación que nos unió más. Supimos dar la mano a quien nos necesito, y por razones que ahora comprendo mejor, no ha cambiado con el tiempo, siempre pendientes ellos para conmigo, y Yo pendiente de ellos.
Un grupo se formo, y aquella
llamarada de amistad, fue cultivando en nosotros eso que por mucho que
inventes, o intentes tener, solo algunos lo consiguen. Encontrar el verdadero
significado de la palabra ‘Amistad’. Amigos de Verdad. La amistad es la Cebada
Dulce de la Vida.
Pero allí estábamos los tres: el
Cholo, Malograo’ y quien escribe. No sabiendo porque mi cuerpo no dejaba de
temblar, mirándonos las caras al sabernos inquietos por llegar a la verdad. Esa
que en ningún momento, en nuestras conversaciones más locas, viviríamos. Era
sin lugar a duda, una realidad muy
distinta a la que deseábamos, para con un amigo. Entendí en ese momento, que si
fuera el caso de cualquiera de los Cuatro, sabia por mucho, que los aquí
presentes, siempre estarían para aliviar cualquier Dolor que padeciese en el
futuro. El consuelo de que la vida haya sabido regalarme algo, ese regalo son
ellos, mis Amigos. Los Buenos Muchachos. ¡carajo!, así me jodan, o que suene a cliché,
solo canto con la verdad, y la verdad es la que me impulsa a escribir esta
noche. Hoy es Cumpleaños de mi Compa’ y me vienen los recuerdos, y dormir es lo
último que quiero. Decir cuánto es que estoy agradecido, es lo que deseo hacer.
Espero no defraudarlos nunca.
La fachada de aquel recinto de
vidas sin alegría, no cavia en mi mente en aquel momento, sentía que había una
ventana en frente pero estaba distorsionada, ahora no puedo olvidarla, simula
la locura de una mente maestra, un artista incomprendido, esta llevaba los
colores que un dibujante de Grafitis que puedo haberla pintado al vuelo,
conocedor de aquel vientre plano de donde él, de seguro, también se junto con
el Diablo para tomar café, y proclamaron la independencia ‘alma y cuerpo’, lugar de donde no hay retorno sin que
sea de la mano de Dios, o por otra fuerte razón: ayudado por la palabra de Un Ángel
que sabe guardarte en sus brazos. Sabíamos que hacíamos lo CORRECTO, pero lo
correcto hasta estar frente a aquella puerta que nos conducía hacia el nido de monstruos
y habiendo sido gobernado por los maligno, era solo una palabra que al
principio nos era familiar, pasada a ser común, luego llego a tener un peso
inimaginable.
Pensar en que había retorno de
donde se encontraba mi Amigo, en aquel entonces, decirlo al vuelo era para no creértelo
del todo, miedo olían los cuerpos y temblaban los labios cuando hablabas de
ello, pero he pensado ahora, que hay todavía como pensar que no hay porqué, no
tener fe, depende también que lo poco que ha conseguido, no se derrumbe, no sea
de nuevo corrompido por la maldición echa vicio. También nosotros somos su
motor. Ahora entiendo que poco o nada se ha hecho, para comprender que no, él
ya no llegará a ser el mismo. Pero es un esfuerzo que hemos querido hacer, el
de volver al encuentro con quien nunca dejo de ser un Amigo.
Que poco sabemos de la vida, y
que poco comprendemos del ser humano. Si te pones a pensar en cómo cambiarias
en algo tu vida, solo unos minutos, pararte, poner un stop, sacudirte el polvo,
sentarte, pensar, mirar, ajustar, y volver a pensar pero ahora sabiendo ya, que
debes cambiar, para no seguir en lo rutinario. Caminar derecho, a paso firme,
mirar a los costados en cada esquina. He ahí la solución. Dependemos mucho de
la gente de afuera, y salimos siempre diciendo –la culpa fue de él o ella-, mas
no dejamos de engañarnos, hasta ya venos al borde del colapso. La vida solo la puedes
ver de frente, debes saber que tiene muchos ángulos. Que si tu pasar por la
misma no llega a tener un porqué, es mejor darse cuenta a tiempo cual es el
camino que quieres llegar a hacer. Conozco mucho de Nada. No soy nadie para dármelas
de sabio.
Si quieres entender el de ¿Por
qué suceden las cosas? pierdes tu tiempo, mejor dedicar ese tiempo a mejorar tu
estancia en este mundo, eso es lo mejor. Que si me decían que esa era la puerta
a la boca del infierno, no tendría porque creerlo, pero sentado en aquella sala
de espera improvisada, a que le den aviso a mi Amigo que tiene visitas, vi como
el tiempo se detuvo, nunca he de olvidarlo. Al cruzar esa puerta, el miedo fue
lo segundo que se esfumo, lo primero fue el recuerdo de mi amigo, cuando de años
anteriores estaban gravados en mi memoria, todavía éramos chiquillos en la búsqueda
de un destino promisorio. Ahora eso es solo un recuerdo a veces vago, pero que
no se olvida, siempre está ahí.
Desde que cruzamos esa puerta que
nos conducía a otro mundo, quedamos perplejos al darnos cuenta que no había
retorno, tenía que hacerse, teníamos siempre la imagen de aquel Amigo, al que
veníamos a visitar, de cuando por culpa
del vicio, era ahora un ser convertido en zombi, sin nada más que el espacio de
un patio reducido a unos cuantos metros para poder estirar los huesos, y
recorrer las esquinas mohosas de esa edificación. Lo descubrimos sentado en una
de las esquinas, en una banca de madera, sentado en una banca de madera que más
que nada eran trozos de juntas, eran el puente de encuentro con Choclo, Yo sentía la garganta seca y el miedo
no era silencioso, aquí, en este edificio viene uno disque, a volver a encontrarte, aquí es donde queda
ese pasado putrefacto de ti, a convertirse en solo una especie de saco con
huesos móviles, es donde nosotros tallamos, aquí no consigues nada si no tienes
a donde ir, a donde volver, con nuestra visita le decíamos –vuelve compare’ al círculo,
con nosotros, con tus amigos- no has de querer ganar una guerra sin tener
armas, las armas éramos nosotros, y la guerra estaba ya dada, y teníamos por
delante, mucho tiempo para poder crear un camino, y ver volver de nuevo a
nuestro amigo seguir viniendo cuando la nostalgia lo visite, venir a visitarnos
cuando sus miedos quieran cogerlo del brazo, y sin remedio y esperanza clavar
las dagas del Vicio. Nosotros gritábamos pero su dolor gritaba por aquel
entonces más fuerte. Pero juntos supimos que gritar no era la solución, si no, era
llamarlo por su nombre. Alexis.
Los demás seguían sus rutinas,
otros también como nosotros, yacían a metros, siendo también visitados por
familiares, amigos, temía en verdad que no supiéramos a qué atenernos, pero no sabía
cuan doloroso puede ser, llegar a ese estado. Ver la carne pudrirse, al tiempo
que puedes tu no darte cuenta, si me lo preguntas, o mejor dicho te hacías la
pregunta en un comienzo –las drogas no traen con ellas, la felicidad- es una
felicidad con caducidad, conduce al aislamiento y deja ciertos impedimentos, estragos,
cogiendo lo mucho de valor que emanas, para convertirte en presa de ellas.
Recuerdo los rostros de el Cholo,
y mi compa’ el Malograo’, perdían la sonrisa con la sorpresa del rostro sin
vientos de nada, de nuestro amigo. Una mirada perdida, un sin gesto, solo ahí
mirando a los otros. Si hubiera un cuadro igual o similar, de aquella escena,
la verdad estoy seguro que lloraría al verlo. Pero somos siempre cuatro, cuatro
buenos muchachos que han deseado siempre el bien por igual, para todos. Sabiendo
que esta era de las pruebas para el grupo supimos distinguir el grito
silencioso de nuestro amigo. Decidimos estar juntos. Un día escribí de ello, y
a manera de relato deje mis palabras, nunca me he arrepentido de mis escritos, hoy
escribo porque el recuerdo estuvo golpeándome la cabeza, y anduvo latiendo en
mi pecho, hoy quiero dejar en claro que por el hecho de tropezarse con un obstáculo
en el camino, no quiere decir que deja de ser la persona que es. Lo que
representa, lo sabemos quienes lo conocemos. Siempre he deseado lo mejor para
todos ellos. Y esta noche solo he querido escribir por mi Amigo. Ya que El No dejara
de serlo. Al igual que Yo no dejare de escribir pensando en que algún día,
pasado el tiempo, descubriremos que quemamos etapas, y que llegaron tiempos
mejores. Feliz Cumpleaños Choclo.
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