septiembre 21, 2011

úrsula |relato|

Compartir
Úrsula



Cuenta los días uno por uno, y no es que sea precavida, la ilusión la mantiene viva.
Las mariposas y mariquitas la esperan en el jardín de sus recuerdos, su sitio secreto es invadido por sustancias que hacen más peligroso el moverse, el aroma de las Flores que Mamá planto y esperan la primavera, ahora solo vienen a ella en sueños, ya que son lugares donde se sintió libre. Ahora esa palabra parece tan distante.

Cuenta Ella los días, tiene qué, espera pronto contarle a sus amigas sus aventuras y demás chiquilladas, aunque nunca haya salido de estas cuatro paredes, quisiera ella contarles, de todo un poco, de las personas que ha conocido, de los lugares que ha visitado con el poder de los somníferos. Ahora sabe cómo hacerlo.


Contar el momento en el que conoció al hombre que tiene un carnet en el pecho, blanco de fondo y de letras negras con una foto en primer plano, donde se lee -Dr. Fuentes-.
Quiere contarle a Papá, que ha sido buena, y que las mujeres que la vienen a ver, siempre puntuales en diferentes turnos: Yajaira en las mañanas, Dinoska en las Tardes y Gloria en las noches, esta última para arroparla, que ahora todas ellas son amigas.
Ya no las sombras, ya no las muñecas sin ojos, ya no sus miedos manifestados en color rojo. Creen que ya paso esa etapa. Ya no tiene ese impulso por lastimarse. 
Gloria, la más dulce,  le dice con una sonrisa en los labios, dejando ver sus pecas que sombrean su rostro haciéndolo mas hermoso, que pronto ira de nuevo a su casa en la playa. Vera las olas romper y podrá por fin, juntar piedrecillas para la colección que empezara tan luego le den de alta.
Pasar el verano con Papá, ha sido su deseo desde que Mamá la trajo a este edificio donde solo le escupen fuego, y se escuchan ruidos y gritos; mujeres y hombres que ahora sorprendidos, después de años en cautiverio,  se encuentran aterrados al saber que no estaban solos, puede que ahora sientan que si, de que es verdad lo que dicen las voces –de que están locos -. Ahora lo saben. Hay otro mundo muy allá afuera.

Cuenta los días ahora con tristeza en su rostro, porque no hay nadie quien escriba para ella, no ha tenido visitas hace dos años, todo esto sucedió porque no paraba de sentir esa picazón en las manos. Ahora calmado el dolor, no puede parar de temblar, y cuando surge otra vez la picazón, siente que la vida se le va, antes tiene que hacer que pare. Ahora le amarran las manos.

Cuenta los días, porque el Dr. Fuentes le dijo que la venda  se la quitaran el Miércoles y hoy es Lunes. Le darán un peine de dientes redondos para que no llegue a hacerse daño, y un espejo de marco de madera, esta vez bajo supervisión, para poder remover los nudos que se han formado en su cabeza.

Cuenta los días con esperanza, pero cree en verdad, que la esperanza se ha agotado, no se en verdad si sabrá que existe tal cosa, porque sus manos ahora son solo llagas, sus labios un remolino de cicatrices, y su cabeza  después de unos meses,  no ostentara cabello alguno que pueda ser cepillado.

Cuenta los días, para que el dolor se acabe, que si no es por las sustancias será por otro intento, otro que no tenga la misma fortuna, esta vez sabrá dónde cortar, esta vez sabrá dónde golpear. Cuenta ella los días, pero su conteo cesa, al darse con la realidad, que todos, no hacen más que prolongar su sufrimiento. Úrsula se llama, y la única ventana de la habitación ahora tiene barrotes. Así es como termina sus días, marcándolos con palitos, en la pared de su habitación. Recibió solo mentiras, estos últimos dos años.
Ahora Mamá tiene otra familia, Papá vive en Europa. Ahora solo recibe gritos, y sus días y energía se van en forcejeos. Sus comidas son papillas y líquidos. La noche siempre atada a su cama. Solo Yajaira, Dinoska y Gloria, hacen más llevadera su vida. Ahora ya no piensa más en escapar. Ahora sabe que no está sola.
Descubre después de mucho tiempo entre estas cuatro paredes, que sí, existe esperanza.

No hay comentarios: