septiembre 06, 2011

Canela -prologo- |Nov. Online| |Derechos Reservados|

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Veo que hace mucho estas Instalada en Lima. Recién me entero. No lo sabía. Por lo visto ya también estas trabajando, escondida en el Sur, ya que si no es por este vendito invento que es el teléfono, ni cuenta me doy que hasta haces encuentros con amigos en común, o haces espacio en tu agenda para verte con alguien, menos conmigo.

Triste. Pero cierto ¿Qué hacer entonces? Nada. No hay nada por hacer. Por ahora. Bien dice el dicho que – quien no te llama, es porque no te extraña- así es de simple la historia de la vida Amical, Social y Familiar. Hace falta que pasen cosas que escapan de nuestras manos para darnos cuenta que hay errores que no se pueden remediar. Hace falta que tengas frio para que te des cuenta que no hay quien te de abrigo.

Tenía la barba crecida, no me he dado cuenta hasta esta mañana, en que he tenido que darle muerte. Darme cuenta que hay quienes pueden tener ese poder sobre ti, como para no interesarnos por nuestro aspecto. Mis zapatos son los mismos hace ya varios años, no he sentido  la necesidad de comprarme ropa, y esto, no es por no contar con el dinero necesario. Traigo los mismos trapos hace ya varios años. Una vez más, el Dinero no importa. Si no encuentras la felicidad en la vida. Nada importa. Es simple como cuando el sol sale. Sale este para despedir a la Luna. Eso no cambia. Así como no cambiara el Cariño y Respeto que  merece  nuestra Amistad.


Dejo siempre saludos. Dejo siempre letras, para aquellos quienes brindan su cariño sin mirar a quien. Respetando espacio y la intimidad de una charla amena. Ya que las palabras siempre encuentran por donde escapar, hasta el día de hoy, mi boca siempre se encontraba sellada. Por esto te pido perdón. Hoy recién me he dado cuenta que hay cosas por hacer, y cosas que decir. Hay que Eliminar números que están ocupando espacio. Y Fechas que recordar. Nombres por borrar, capítulos que seguir. Páginas que pasar. Hay que buscar como pasar los días, sin pensar en que estoy aun sin merecimiento de tu presencia. Ya que todavía algo duele, o pienso Yo algo te preocupa. Cosas de la vida. Cosas de uno, problemas de otro. Hoy no disfruto el despertar, porque me falta ese alguien, que me diga qué vestir. Si vestir para nuestro encuentro, o vestir para el velorio de nuestra Amistad. Hoy dice el calendario que, si, hoy tampoco me llamaras. Como tampoco buscaras formas para enterarte de mi proceder. Hoy tampoco existo para ti.
Bueno, solo me queda como ocupar mis horas. En parte es fácil. Solo tengo que seguir con lo mío, dejando siempre que los días vengan, nunca ir a buscar destinos que no convengan. Distraerme viendo una película, o solo buscar en la biblioteca un Buen Libro. Hoy dejo esas horas perdidas para mañana, en esos paraderos en que nos encontrábamos para darnos los buenos días. Hoy pienso seriamente en que es mejor dejarte atrás. Para poder Yo caminar.

Hoy comienzo a escribir nuestra historia y le doy por título tu Nombre. Pero no estoy completamente seguro, si me hará bien el verte en cada página. Pero como dijo un día un hombre: Un libro no debe requerir un esfuerzo, la felicidad no debe requerir un esfuerzo. Si leemos algo con dificultad, el autor ha fracasado. (El libro, por Borges) es cuando mis manos se mueven solas. Me llamo Alonso Vásquez Piedra, soy, que tonto, debería decir mejor ‘fui’… Periodista en el periódico La Prensa, ahora radico en Europa, he dejado todo por escribir: mi trabajo, mis amigos, amigos donde la gran mayoría era amigos que me presentaste, y he decidido hacerlo por mi cuenta, ayudado por algunos familiares, me he instalado en esta parte del mundo. Y esta es mi historia. Una como cualquiera, pero finalmente genuina como ninguna. Quise el comenzar mi Deseo, el de volverme escritor, y es cuando el Teléfono sonó.
–¡aló!- hola soy Yo, me dijeron que estabas de viaje – si, ¿quién te lo dijo?- ¿sin saludar primero?
–Ah.. hola ¿qué tal? mucho tiempo ha pasado, ya me había olvidado tu forma de ser –¿así? ¿Dime, es verdad que estas por Europa?  -Sí, hace un mes, recién he llegado a instalarme ¿Por qué?–
ah bueno, por estudios también he llegado a perseguirte sin querer ¿quieres que nos veamos? … solo se escucha mi respiración….

Recuerdo tu respuesta como el Día a la Noche, zapatos de tacón y ese labial que enloquecía este corazón tallado en mármol. Duro como el cedro, blando contigo. He decidido pasar a olvidarte. Pero no sé cómo, espero que escribiendo encuentre la respuesta.


Y me veo…… en esa misma mesa, con mis zapatos lustrados por las lágrimas que caían a cantaros…. desolado por tus palabras…. todos cantando su vida triunfal, pero yo solo viéndote partir… desconsolado pido la cuenta…. después todo se borra…..

 

A la Diosa de Ébano.
 
Cliquea Aquí para leer el Capitulo Uno:   Canela Cap. I 
 

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