Escritores Invitados
por Armando Q.(Perú)
ojos cansados
Me duelen los ojos de andar
viendo esta pantalla, que me dicta solo mentiras. Lo sé, el dolor pasará, de
igual forma nadie podrá devolverme el tiempo que invertí en leer las líneas en el
monitor, ajustar el contraste de las imagenes, encender la luz del pequeño globo en
la mesa que se encuentra junto a la cámara que petrifica objetos y rostros, el
peine en el suelo, lo come el polvo, me recuerda que hace mucho que los alambres
de mi cabeza no han sido peinados; sonidos allá afuera, nada a cambiado después
de estas pocas horas, no hay quién piense que he dedicado mi tiempo en solo
perderlo. ¿Ocupado? No, solo Inmóvil, por un momento, un instante de ausencia.
Es cuando entiendo que te
extraño. Que me haces falta, tonto yo, por no entender que nos paso, o siquiera
poder haber leído bien los pergaminos de nuestra vida juntos. Como hubiese
querido saber el futuro. Ser adivino.
Pero que tonto para escoger este
día para solo hablarte de mis problemas al comer, mis problemas al dormir, de
mis noches en vela, pensando en nuestros días pasados, que tonto, que tonto. ¿Soy
estupido por sentir este ahogo?, si solo supiera que hacer, si solo entendiera
de señales, sabría como acercarme de nuevo. Pero el ser cobarde me aprisiona,
me nubla, entiendo que me haces falta, entiendo que nadie a ocupado tu lugar
después de tus palabras -goodbye my lover-, nadie a podido ocupar tu lado de
la cama, nadie a encendido de nuevo el caldero de mi cuerpo, las velas de mesa
nunca mas fueron utilizadas, todavía las puedes ver en la caja, nadie a querido
pasar por detrás de aquellas cortinas, menos saber hacer el café como solo tu
lo sabes hacer. Me creo un estupido por recordarte ahora, en poco tiempo
encontrarás a otro, mucha mas apuesto, mucho mas elegante, mucho menos cobarde,
en poco tiempo, se te hará fácil, nunca supiste saberte vieja, ni joven, ni
hermosa, siempre al natural, radiante por todos los poros de tu cuerpo, de piel
singular y voz franca. Hace pocas horas que estoy queriendo encontrar en mí, el
suficiente valor para llamarte. Pero las líneas que leo en el monitor no son
alentadoras, mis ojos andan cansados, la luz ahora apagada, la cámara intacta,
controlo mi entusiasmo, y cojo el auricular, marco un numero de 9 dígitos, tan
simple esa palabra, tan fácil es decir -Hola-, pero.. solo tu “hola” hace mucho que lo extraño.
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