Escritores Invitados
Papeles Olvidados
por Armando Q.
patio trasero
Un trompo falto de
color, el polvo lo a tratado con amargura,
atrapándolo en una dimensión desconocida, silencioso yace en una maseta rustica
que ha sido su escondite, después de haber abandonado la esperanza, buscado un
sitio decente para convertirse en polvo, unirse con la tierra y ser parte de lo
irreparable, las esperanzas se han perdido, ya que éstas, desaparecen al pasar
el tiempo; esperando desconsolado algún día de nuevo volver a girar, esperando paciente
que su dueño logre cogerlo de nuevo
entre sus manos inocentes, con esa misma alegría, su llanto desconsolado sea
escuchado, luego limpien el olvido, limpien esa ligera capa de polvo que ha
sido su encarcelamiento, para luego girar como antaño, cuando los chavos del
barrio veían con sonrisas sus giros desenfrenados, sedita lucia sus colores
vivos, -¡la envida de todos!-, el complemento de tantas alegrías, los días
pasaron y ahora no goza de aquellos cuidados, se desvanecieron con el tiempo
las esperanzas al igual que sus colores, los que lo hacían el juguete ideal. No
encuentra sitio, solo ese espacio que el tiempo le a otorgado para poder acabar
sus días dignamente, la sonrisa de aquel niño ahora no es si no, la de alguien
que no cree, no siente, menospreciando el poder de la imaginación, lo coge
siempre despierto, ya que solo duerme para darle descanso al cuerpo, ahora no
cree, antes era por más que las cosas iban mal, nunca dejaba de lidiar con sus sueños que lo
envolvían para escapar de su realidad, encontraba como escapar de ella, anidándose
en los incontables mundos que solía visitar con su eterno compañero de
aventuras, dándole por nombre Choloman. Ahora solo se resuelve a esperar a que
el tiempo siga su curso y lo coja desprevenido, para luego dar paso al futuro. Uno
que parece ser hostil.
En mi casa hay un apartado, donde puedes encontrar al pasado
sentado en gradas de tierra y resguardado por gras marchito, latente entre
paredes, se esconde en este espacio los años que han dejado este cuerpo como lo
vez ahora, en la parte trasera de mi casa puedes apreciar un patio de olvido,
un sitio donde encuentras al pasado lidiar
una batalla contra el futuro. Lugar
donde solía jugar a las escondidas, a salirme de mi carne y dejar mis huesos
correr sin alma, a vista y paciencia de mis padres, un lugar donde esperando
estaba siempre la aventura, cogiéndome entre manos cálidas; un lugar donde podía
espiar a los vecinos por los agujeros que lograba hacer, a las paredes
debilitadas por el moho y el salitre. En mi patio trasero era el rey, el príncipe,
el mendigo, encontrando en cada uno, lo que me hacia único. Un lugar donde
encuentras cajas llenas de recuerdos, una cocina devorada por el oxido, un
cuadro que desafortunadamente no encontró espacio en mis paredes, una bicicleta
que ha escapado de las manos de aquellos ropavejeros que se llevan tus
recuerdos en triciclos de olvido, lo que podría ayudarla en su lucha porque
sería como darle un descanso digno, mas no quisiera perderla, porque con ella
se iría parte de mi, mi historia, mi infancia, mi patio trasero me lleva
siempre a recordar, las veces que he buscado aventura bajo aquel palto de hojas
verdes, haberme trepado en el, gritando a todo pulmón un grito Tarzanesco, es
el alimento que siempre busco, es un bocado grueso, húmedo, sanatorio, un lugar
que ha sabido envolverme, y llevado a mi pasado, un lugar que nadie ha sabido
apreciar mejor que Yo. Un lugar en donde se lee mi vida en letra Courier, escape
que encuentro reconfortante cada vez que la duda se apodera de mi cuerpo sin
antes haberla invitado, un espacio donde se respiran los recuerdos que han
sabido hasta ahora colarse en este papel para nunca ser olvidados.
Escritores Invitados
Papeles Olvidados
por Armando Q.
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