junio 09, 2012

el daño a su circulo [por dreyko] [Escritores Invitados]

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Escritores Invitados
por dreyko

el daño a su circulo


Recuerdo haberla visto conversando con alguien, a primera vista era un amigo, no con ese aire de seducción, cuando quieres ser apetecible, accesible, dueña y ladrona de corazones, pero su andar y su manera de mirar era de una ladrona aburrida de su acompañante, me acerque a la barra donde estaba con su muñeco sin chiste, le dije al barman que me consiga una helada, suavemente me acerque a su alcance, sintiendo que el daño a su circulo fue solo un mero encuentro con mi certera presencia, -es una niña bonita- dijo calladito mi corazoncito alegron –hola, perdona si te molesto, creo conocerte de algún lado- dije no queriendo coger premio, solo quería ver la reacción de la niña bonita, mientras su acompañante noto que ella, solo atinaba a mirarme sin perder detalle, sin hacer gesto alguno –no lo creo guapo, estoy segura que no nos conocemos- segundos después que cerro los labios. – Leopoldo, mucho gusto- sonrió, un aire fresco se coló entre las dos miradas, que no dejaban de verse, su amigo sabiendo que estaba de mas, se perdió entre los cuerpos que se movían al son de una canción de salsa de moda, ella miraba mis ojos pardos, yo me encontré con que sus labios se encontraban finamente humedecidos en un labial transparente, cuando logre sentarme mirando hacia ella, ella por fin logro reponerse de la facilidad con que me hice de su atención –¿cuantas veces has hecho la misma parodia, y te ha ligado?- - sos la primera corazón-, los dos reímos, y pedimos dos tequilitas, las canciones pasaban y pasaban, prestaba atención cuando tocarán una que siempre me ha gustado, pero nada que la ponía el Dj, es cuando en la conversación me pregunto por mi proceder, las palabras salían de mi boca, mis ojos la miraban, desnudándola sin aires de ser un violador, solo un curioso, me apropie de su rostro, sus labios, me apropie de sus ojos líquidos, sus pómulos, y creé una imagen a su semejanza, para guardarla en mi memoria, sentí que la había conocido, pero por mas que hiciera intentos, no recordaba dónde, la lleve de la mano hacia el centro de la pista, se apoyo en mi hombro, se dejo llevar, las palabras cogieron una línea –solo déjate llevar- las personas que nos rodeaban no sentían lo que Yo, las personas solo continuaban con lo que andaban haciendo mientras que Yo, cojia terreno, y en poco tiempo, entre en calor, salto a mis oídos las primeras melodías de la canción que andaba esperando, es cuando su cintura encontró como reposar en mis manos y después en mis brazos, la encontré carreta, un trompito que buscaba la pongan sedita, un huracán que quería sentirse brisa otoñal, una monita que se columpiaba de mano en mano. Fue así como comenzó nuestra amistad, fue así como conocí a aquella dama de piel blanca, de ojos claros, mañas para el baile, la que nunca llego a sentirse cohibida en mis brazos, no soy de los que asustan, soy de los que quieren solo pasarla bien. Y en buena compañía. Sus ojos se anclaron en los míos, sus manos rodearon mi cuello, su figura se hizo mas pequeña, cuando su camino era el mío, al ver su rostro a sentimientos del mío, sus labios eran gruesos,  y sus dientes blanquitos como la luna, alas, solo me faltaban alas, para sentirme en verdad un ángel. Después de mucho tiempo llego a encontrarme de frente con el destino, y es este que me da las buenas nuevas. Cayó las 2 de la mañana, y quiso que la acompañe, -nene déjame en mi depa, que no estoy para caminar sola- la noche nos acogía en su silencio, las calles andaban vacías, nuestros pasos eran audibles a lo largo de la berma, mientras nos encontrábamos en una conversación que nunca terminaba, me veía relajado, ella también, se sentía bien, la sentía bien alegre, se le veía tranquila, me veía yo, tranquilo. Mas se lo dije, y fue ella, quien también encontró que tenia razón, -¿qué nos paso?- le pregunte, -no creo que pase nada, si nos vemos mañana, tiempo ha pasado, que no la pasaba también, gracias nene por traerme- el mecanismo de la puerta se dejo escuchar, sus labios todavía con ese ahora a claveles, y húmedos, fueron tocados por los míos, y fue un adiós solo con la mirada, las luces color carne venían a mi encuentro al dar mis primeros pasos, tenia ganas de cantar, pero las melodías de mi cuerpo se fusionaban con el silencio, no quería arruinarlo, con pensamientos futuros, o adivinanzas que no llevan a nada, solo quería vivir el momento, y es así, que cuando la puerta la escuche cerrarse, al pasar a la salita de mi departamento, recordé cómo y dónde hasta inclusive quien me la presento, y fue cuando una carcajada se escucho entre las cuatro paredes, y fue cuando agarre el celular para desearle buenas noches.