noviembre 01, 2010

Mónica

CompartirCuando la silla rechina, pierdo inspiración, las moscas hacen de mí, un bocadillo para el viaje, la muerte de este día, se acerca lentamente, pero las horas pasan lentas, haciendo mas larga esta peregrinación, mi Conciencia dicta unas palabras, y es esta fecha, en que recae, mi látigo  para con lo que le debo a esta persona que menciono en estas Líneas.
Digo entonces cual será mi manera en que comience, mi relato, mi escrito o mi Poema, si, dejare un Poema, aunque no soy de prosa endulzada, más que nada, solo se dejar lo que dicta el corazón. Y como muchos piensan erróneamente, aquí, Yo, no me creo nada.
Las moscas, hacen giros improvisados, el almuerzo no tuvo sabor, quería el comenzar desde temprana hora del día, lo que viene a dejarme lo que representa.
Los que hasta hoy son, mis Pilares, seguirán siéndolo hasta que se acaben mis días, es mi Ángel mi Abuelita, a la que quiero dedicarle estas líneas….

Viejo mándate con una Ranchera,
de esas que cuentan las lagrimas,
mira que puede que Dios haga el favor,
Que mi Abuela, este escuchando mis Palabras.

Tomate tu tiempo para escogerla,
ya que hoy yace bajo tierra y cemento
Tiene que ser esta, algo más sentida,
Llámala y cantale con tu talento.

Y Yo, aquí te tiro el Coro.
habrán paso, que viene Don Wili,
con su chulo Talento, a cantarle a la Doña,
quien en vida fue dueña y reina
de  tus melodías.

Viejo, anda no seas Malito,
No compres Girasoles,
Cómprale Flores, Rosas en Botones,
Cómprale algo bonito.
Tienta a la Divina que cantaba en la Cuna,
Soñaba con que sea Yo, Profesor, Policía o Cura,
….O por ultimo un buen Hombre.

Canta tú, que a mí me da vergüenza,
No soy, ni seré digno de tu voz, ni de tu calida experiencia.
Ya que no tengo más, que la tonta idea de escribirle Hoy,
Hoy feriado, cuando visitan a los que ya nos dejaron.
Ellos que en caravanas, cantan a los que yacen en vertical.
Viejo vamos, a visitar a la Doña, quien en vida,
también fue una de mis Madres.

Viejo mándate con una Ranchera,
Canta, grita muerde y llora.
Que hoy Mónica ha de estar escuchándote.
Viejo canta, y entona cada palabra como Grande,
anda, no seas joda.

Viejo, he sido fuerte hasta ahora,
Perdóname, pero es hoy cuando me Quiebro.
Mándate carajo una mexicana, que Yo  grito,
Así, mi canto parezcan chillidos.
No, soy Yo, quien esta llorando,
…Sumario de  gemidos.

Viejo canta, que se hace ya tarde,
Nos espera un viaje Largo,
No vaya ha ser que nos agarre la Noche.
No vaya ha ser que ya no cantes.


  Mónica
La silla, rechinando, no entiendo el porque me confunde, me dictan la hora, es ya tarde, pero mi Mando perdura hasta llegada la Noche, debo ser firme con mis allegados, que entiendan que el Servicio no se deja, -solo muerto-. Así sea hoy, Feriado, un Feriado donde se recuerda a los Muertos.
Mi Abuelita ha de estar viéndome, ha de querer preguntarme algo; -¿que ha pasado?-, si me dejo ella, en buen camino y en buen estado, ha de preguntarse, -¿por qué he caído tan bajo?-, de seguro muy pronto me pedirá el confesarme.
La recuerdo, si, como si fuera una Mañana Soleada, de aquellas, en donde las primaveras dictaban al Viento, el sacarla a ella en su silla de ruedas al Patio, para que agarrase color esa piel lampiña, me miraba intrigada siempre, escuchando de sus labios, aquellas palabras que me gustaban- ¿Será ese, hijo de mi Wili?- debo confesar, que siempre me robaba una sonrisa, siempre.
Me acercaba siempre a donde ella posaba su existencia, siendo este su trono, donde ella Gobernaba, me decía ella siempre, que le haga el favor de traerle cualquier cosa, de los tantos viajes que hacia Yo, era para ella un ‘Viajero’, siendo mis viajes, no tan largos, solo a la puerta de la cocina, o al refrigerador que se encontraba en la Sala, - Lamento el que no sea un viajero Abuela, pero te traigo un Platanito, el potasio es bueno- le decía.
Decir, o que no decir, hablar o que no hablar sobre mi Abuela, seria el querer decir siempre mi verdad de cómo, ella se  gano, y siendo este ya, un sumo derecho, el que siempre, me acuerde de su Imagen, de su sentir, y de su presencia. No tengo que pedirle permiso a nadie para hacerlo.
Me veo siempre, en aquella Cama, compartiendo la misma Vista, aquel techo de Eterní, debe de tener el mismo color, y sin mentir, aquel cuarto hecho de Maderos, sigue teniendo el mismo aroma. Guardo siempre una foto, entre mis pertenencias, de aquella Señora de cabellos blancos, piel suave como la seda, arrugadita y hermosa. Guardo como un tesoro, aquellos no días, si no, Años en que mis manos, fueron en ella, caricias, y para aquellos cabellos, blancos como la nieve, de ellos no quiero el olvidarme, que fue con ella, con quien compartí mi niñez, y una buena parte de mi Adolescencia.
Te Extraño Abuela, lo vengo diciendo. Lo digo ahora, con mis Palabras. Viejo mándate con una mexicana.



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