noviembre 27, 2013

borrachoso 4k [por Armando Q. (Perú)] [Escritores Invitados]

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Escritores Invitados
por Armando Q.
Perú
ADM/ADM
20min para escribir


Borrachoso 4k

Que quede escrito que no fui yo quien quiso llevarse el primer vaso a la boca, en primer lugar. Fui obligado por el stress, por la mierda en la cabeza, por las ganas de quitarme el peso de las obligaciones. Que quede escrito que no soy quién, para tirar la primera piedra, pero todo apunta, que la resaca llegara después. Así que aprovecho para descargar contra todo y todos. Me interesa mas, perderme entre mis venas ahora ahogadas en recuerdos, pudriéndose por dentro, entre el liquido grueso y pegajoso. Encuentro más satisfactoria la ventana de los ojos que ahora miran mi interior, y que me acompaña en esta noche. Encuentro ahora tentadora la forma en que me mira, y deja de hacerlo para llevarse la copa a la boca, aquellos labios que rozan con destreza el filo del vidrio plateado de la bebida que ahora nos hace compañía. Luego es cuando nos damos cuenta de los efectos, nos provoca tocarnos. Comenzando con las manos, despertando curiosidad, apagamos los celulares, dejamos de tararear las canciones de la rocola, para luego unirnos en una serie de interrogantes, despertamos en el presente, y no dejamos de ver el alma del otro. Presto entonces atención, y son solo imágenes creadas por el alucinógeno que ahora me estoy llevando a la boca. Luego miro a mi alrededor, y si, era solo mi imaginación, soy el único en la barra de este antro, ahogándome en el vaso de cerveza que simula las veces de receptor de mis penas.
Que quede escrito que solo este vaso de cebada pasara por mi garganta, que mas liquido impuro, no se posara entre mis labios. Que si incumplo esta promesa, creo puede el mundo sentirse ofendido. -¡Jajajaja!- suelto una carcajada y, el barman me mira asustado, piensa que me estoy riendo de él, pero no, luego al darse cuenta, que soy uno mas que cae esta noche, un cliente mas que solo posa su codo en la barra para poder soportar el peso, y al mismo tiempo las penas se dejan ver detrás mío, como una sala de cine. Me mira idiotizado, lo miro de reojo, para poder pedirle otra ronda más. El me hace el mero caso, mi reacción es torpe, pero consigo acercarme la bebida nuevamente a los labios. Rompí mi promesa de una sola copa esta noche. Lo siento.
Con dificulta mi sombra me persigue hasta llegar a la puerta, para luego tomar un taxi. El chofer me interroga, quiere este saber mi destino. Llévame donde las horas mueren, donde mi tiempo se ahoga, donde las gotas de agua se cuelan por el techo, y las sabanas no siempre son blancas, donde el sofá de la sala tiene décadas, y la silla de acero inoxidable rechina con mi peso cuando escribo en mi maquina antigua por las heridas. -Lleve a mi casa por favor-. Pone primera, la carcacha avanza. Me empieza a dar sueño, pero no quiero ser víctima de que me robe el hombre que ahora tiene las manos al volante, es cuando me doy cuenta de que llegamos al destino que en mi borrachera dicte al hombre que llevaba las manos en el volante, pago el taxi, y me dirijo a la puerta, el mecanismo se deja escuchar es distinto, no me doy cuenta porque. Mis manos frías buscan en la oscuridad el interruptor para las luces, pero no esta donde siempre lo dejo. Ingreso a ciegas, y golpeo todo a mi paso, consigo sentarme en un sofá, pero luego me percato que no es mi sofá de cuero, este es de tela, me sorprendo un tanto, pero sin prestarle mucha importancia, quiere vencerme el sueño, y es cuando mis ojos medio abiertos me dejan ver una imagen borrosa, se cuela una imagen incriptada por las lágrimas, es ella. –¿Qué crees que estas haciendo, entrando en ese estado a mi departamento?-. -¿y cómo es que entraste?, cierto, todavía tienes la llave- Mi sorpresa no es de las que de un brinco me levante del sofá, no, debo confesar que una leve sonrisa se dejo ver en mi adormecido rostro.
Mi sorpresa me lleva a la interrogante. ¿El alcohol en mi cuerpo me esta haciendo una mala jugada? O es que es cierto lo que mis ojos me muestran, y me encuentro en el departamento de mi Ex, con mis manos me froto los ojos, siento la burla de la desairada. Mi cabeza me da vueltas, pero luego pretendo justificar mi acción y mi atropello, con las palabras que dejan caer un látigo en el espacio, entre ella y Yo –solo por esta noche, no tengo a donde ir-. Para luego dejar caer mi cabeza, en el posa mano del sofá. Me resulta extraño ahora contar lo sucedido. Pero lo que vino luego me dejo algo intrigado. El silencio se apodero de la sala. Para luego solo escuchar el sonido de sus pisadas al salir de la sala. Pero la sorpresa, que no escuche la puerta de su cuarto cerrarse.