Escritores Invitados
por Flor V. Chávéz (Perú)
“Por eso te escribo”
“Y entonces se enamoró, de la única forma en que las mujeres inteligente
pueden enamorarse… Sí, así como una “idiota”, aunque él nunca fue capaz de
entender todos los poemas que le leía para explicar su amor…”
(Ángeles Mastretta)
No quiero
olvidar que sucedió.
Que me miraste
y sonreíste como antes y que todo volvió a tener sentido, no quiero olvidarlo.
Por eso te
escribo, porque sé que el tiempo me hará olvidarte, porque es el tiempo que juega a mi favor con mis ganas
de olvidarte y de recuperar la alegría sin ti, juega en contra de tus recuerdos
y también de tus sonrisas, pero yo no quiero olvidarlo. Créeme es importante,
no voy a olvidarlo.
El tiempo es
tan efímero, se lleva tus recuerdos, porque aunque no quieras la memoria falla,
sé que olvidare cosas importantes, sé que con el tiempo, olvidare ese brillo y
ya no tendrán en mis recuerdos, tu sonrisa color.
Por eso te
escribo, para inmortalizar tu mirada en una hoja de papel, en los archivos de
un blog electrónico. ¿Lo puedes comprender? Quiero que vivas por siempre en mí.
Aun puedo
verte viniendo hacia mí, queriendo o sin querer, solo tú lo sabes, pero no me
lo hagas saber, al menos no aun.
Camine
despacio sin saber que haría mi corazón a continuación, si te dejaría pasar,
las piernas me temblaban, te vi acercarte despacio, como si fuera en cámara
lenta, pero tú ibas despacio, te detuviste, y a mí se quebró la voz, era como
si todas las palabras se hubieran atorado en mi garganta y yo luchaba por no
dejarlas salir. Y no lo hice, y no se me si arrepentirme.
Pero tú me
sonreíste y mi cielo gris, mi mundo que se arrastra con mi pasos, sonrió; y por
esos cinco minutos todo tenía sentido, la lluvia que caería dentro de unas horas
y aun no lo sabía, el llanto del bebe de la esquina, los enamorados besándose
en el callejón, el cielo gris de invierno. Todo. Todo tenía sentido, todo era
perfecto cuando sonreíste para mí.
Por eso lo
escribo, para recordarlo por siempre, que una tarde fría en lo inconstante de
la vida, en mis días fríos de invierno, en que decidimos vivir separados, sin
premeditarlo, sin un plan, mi corazón me escupió en la cara la razón por la que
siempre voy a amarte. La razón por la que solo verte sonriendo con esa mirada
que te delata, con esos ojos que me escrutan, te amo.
Y por eso te
escribo, por si un día el tiempo me roba este día y tu recuerdo se va
empolvando, leer estas líneas me impedirá olvidarlo.