junio 26, 2013

hoy se malogró el grifo por Armando Q. Escritores Invitados

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Escritores Invitados
por Armando Q.

hoy se malogró el grifo


Hoy se malogró el grifo. Mi Madre, como es ya costumbre, me priva de mi rutina diaria, al gritar mi nombre, encolerizada, ya que el grifo se ha malogrado. Y no puede ella ver, nada en casa, estropeado. Ya que atrae la mala suerte. Eso último es lo que yo pienso. Ya que aquellos gritos me levantaron de mi sofá cama, de un solo brinco. El grifo se malogro Armando, lo debes reparar en este instante. Mami, ¿pero tienes el repuesto?, ¡¡repáralo!! Grita ella desde donde se encuentra, y yo no tengo otra opción, que reparar el grifo estropeado. Sin tener claro el repuesto necesario.
Es cuando pienso en esta trivialidad, de lo necesario del grifo, y como este puede cambiar el ambiente de mi casa en solo unos minutos. Si así de fácil se acabaran lo problemas. Solo girando la llave del grifo. ¿Qué fácil seria la vida no? Girar la llave, y todo solucionado. Las cuentas pagadas, la del colegio, la de la universidad. Todo bien, todo normal. Excelente.
Pero no es como lo mastico, es mas, tengo que salir por el repuesto a la ferretería de la esquina. Es cuando recuerdo que tengo también que pagar la factura del celular y del teléfono fijo. Aprovecho entonces, ya que la agencia se encuentra de camino. Al hacer los pagos, camino a mi casa, recuerdo que debo también comprar el repuesto. Vuelvo sobre mis pasos. ¡¡que cabeza la mía!! Saludo con un “buenos días”, a Don Lucho, interminable caballero de poco cabello. Esperando que tenga lo que necesito, nunca me ha fallado. Así mi travesía por algún repuesto siempre comienza y termina en su establecimiento. Él con sonrisa grata, me recibe y, después de recibir mi pedido, de inmediato se pierde entre los estantes. Siempre he pensado que una ferretería, es un mundo por explorar, columnas y columnas de herramientas y repuestos, accesorios y no se cosas mas puede uno encontrar entre tanto. Un laberinto, una aventura que de pronto, deberá esperar. Don Lucho sale corriendo de una esquina, me muestra su descubrimiento, y yo asiento de felicidad. Me llevo Diez Don Lucho. Él siempre sabe que prefiero llevar de más, para  tener en mi casa un almacén variado, es por ello que en mi caja de herramientas hay cosas infaltables para poder estar a la expectativa de los gritos de mi madre. Uno nunca sabe, que otra cosa se puede dañar en una semana. Me despido de Don Lucho, me dirijo a mi hogar. Luego recuerdo que es la primera vez que Don Lucho no me ofrece comprobante o boleta, cosa que siempre entrega. Se le habrá olvidado me digo a mi mismo. Mi paso es apurado, no debo demorarme. No hay nada mas peligroso que una mujer a la espera. Y no queremos que este domingo se convierta en un día gris. Así que ya en casa, y frente al maldito que oso malograrse en mi día de descanso. Lo tomo por el cuello, lo disuado, lo revuelco, quiere resistirse pero la llave inglesa me sirve para disuadirlo. Es cuando el repuesto cumple con su objetivo, unos ajustes, y Listo. Nuevamente la vida sigue adelante. Puedo volver de nuevo a mi sofá cama. Puede que las cuentas las he pagado Yo, con mi dinero. Pero no hay nadie que pueda cambiar este pensar: cerrando el grifo, deja de gotear el planeta. Debe uno siempre cuidar de nuestros recursos. En esa parte tratamos siempre de ser responsables. Saludos.