Escritores Invitados
por
¿Dreyko?
¿Armando Q.?
¿Akina?
Pen Name
D
Cuando Armando me llamo, pensé
que ya había amanecido, pero no, era todavía Viernes, encontré el celular, palpando
el piso, pero no pude responderle al primer pitillo, el sol entraba por la
ventana, y me impedía decir el Aló
que buscaba; Armando estaba llamándome, pero muy tarde comprendí que ese día,
la mera verdad, no era de los días en que te vez viviéndolo, siempre es mejor
permanecer en cama si no te sientes con ganas de caminar…
A
Llame a Dreyko, pero no respondía,
como siempre, ya muchas veces me había comentado, que se dedicaba a su libro,
todos los días, tarde por la noche, pero no encontraba nunca como comenzarlo, así
que muchas veces decía que, los relatos, los pocos relatos que escribía, eran
pequeños capítulos de su novela. Su obra maestra. Pero creo que un día antes había
asistido a un encuentro de escritores en pañales, y cuando lo llame horas antes
de que él partiera a ese evento, sabiendo lo mucho que no le gusta verse entre
mucha gente, le deseé buena suerte, tomándome la molestia de decirle, que no
aceptara ninguna invitación, ya que teníamos que reunirnos con Akina, y por más
que quisiéramos, no podíamos cambiar de día. Tenia que ser la noche del
Viernes, Akina nos visitaba desde España para conocernos. Bueno no precisamente para
conocernos, pero éramos los primeros en su agenda, tan pronto pisase suelo
Peruano. Según palabras de ella…
Ak
Era creo una decisión extrema, querer
conocerlos, me dijeron que los espere en el Aeropuerto, que ellos venían a
buscarme, aunque sus palabras fueron: ‘será un placer, conocerte’.
No tenia idea de lo lejos que era
Perú, pero no quería dejar pasar la oportunidad de venir al país que me vio nacer. Si,
nací aquí, pero me criaron fuera, quise venir porque lo que me contaban Dreyko y
Armando, cosas maravillosas de este país, quise verlo con mis propios ojos, y sentirlo
en piel viva. Estaba segura que nuestro encuentro me resultaría una Odisea,
pero como siempre he querido pensar, nunca es tarde para hacer amigos, y no soy
de las que se echan para atrás, sabia que conocerlos cambiaría en algo mi
manera de ver las cosas, y me resultaría muy provechoso, saber lo que piensa en
verdad la gente de mis letras. Antes ya, los había contactado, también recuerdo
haberles mandado algunos escritos, para que cuando nos viéramos me dieran su
honesta opinión, y si es en mas, hablar de todo un poco. Muy poco había conversado
con Dreyko, solo por chat, hubiese
querido conocerlo mejor, así no se me formaría un nudo a la garganta cuando lo
viera, pero al saber que Armando estaría también, ese puente seria fácil de
pasar, con su ayuda claro. Ya que a Armando le tenía más confianza…
D
Armando quería que nos viéramos
en el bar de la esquina, mas de acuerdo no podía estar, nada como un almuerzo
Alemán, desconecte mi mp4 de la PC, tome mis audífonos, me puse lo que había en
el suelo, una camisa y cogí los anteojos negros de la mesa de noche, descargue
la noche anterior Cincuenta sombras de Grey, porque me lo recomendó Akina, quería
tener una noción de lo que ella escogió para mi, interesante las primeras líneas,
quería preguntarle muchas cosas, de cómo fue que se dedico a este oficio, y
porqué no a querido venir nunca a su país de origen. Aquí podía hacerse también
conocida, cuando saliera su segundo libro…(..)
A
No se cómo Dreyko puede dormir de
día, la verdad no entiendo como es que ese minúsculo ser, pueda estar tan
cansado, como para soportar el calor de Lima, ya que puede ser llamado
tranquilamente el enemigo del Escritor, nadie puede estar en casa, sentado
frente a un monitor, creyéndose Mario Vargas Llosa, con 26 grados de calor. Me
acuerdo que por eso prefería la noche, una taza del mejor café, del mejor:
tenia que ser colombiano. Él se dejaba llevar por lo primero que le venia a la
mente, en cambio Yo, solo puedo escribir en absoluto silencio, sin interrupciones,
sabiendo que mis letras serán mas que nada, una frase que no llegara a nadie,
pero siendo el primer escalón: ser valiente. Para poder crear sin que importe
el que dirán. Es uno de los primeros pasos a seguir.
Ak
La noche que llegue al
Aeropuerto, una noche muy clara, pero me extraño no ver estrellas, solo alguna
que otra luz que destellaba pero que eran las luces de los aviones que
despegaban. Había un café bar, donde podía esperarlos, pero no estaba muy
segura si podía esperarlos ahí, me decidí por, esperarlos viendo la oscura de
la noche desde un lugar prudente, había ventanales enormes que miraban hacia la
entrada del aeropuerto, estaba segura, que si me instalaba de este lado, de seguro vería llegar a mis anfitriones, sentada junto a mi
equipaje, recuerde que traje uno de mis mejores libros conmigo. Borges me
acompaño a Perú.
D
Armando encontró un buen sitio en
el Bar, donde usualmente nos sentábamos, no sin antes haber esperado unos
minutos para que se desocupara la mesa, tuvo que esperar a una pareja que no
hacia mas que bazuquearse y, nada que terminaban su coca cola. Cuando encontré
como llegar al bar, ya que me molesta mucho caminar por el barrio, siempre hay
ojos que murmuran y bocas que miran. Llegue con intención de invitarle una
ronda a Armando, pero ya este, se había pedido dos tequilas, lo acompañe con
una cerveza, las veces que nos veíamos, le entrábamos al trago, narrando historias
que nos pasaban durante la semana, o historias que oíamos a otras personas ya
sean familiares o amigos, después de todo éramos Escritores. Queríamos creer
que lo éramos, aunque no hayamos escrito ninguno de los dos, un libro que lo
acredite. Pero eso no nos hacia menos, sabíamos lo que éramos, y así lo creíamos.
Armando no encontraba nada por esos días, de que escribir, así que se refugio
en su Blog y en el alcohol, cada vez que me llamaba era para pasar la noche, en
el bar de la esquina, seduciendo a la botella, escondiéndonos de la rutina, y
siempre encontrando una buena historia para el Blog que el administraba. En
algunas oportunidades colabore con su Blog, pero no he tenido la oportunidad
ahora último de escribir algo juntos, me lo propuso, lo recuerdo, pero por la
distancia, y las maltitas rutinas, encontrarnos era cosa de celebrar y no
hablar mas que de libros y de infinidad de tonterías. Escupió aquella idea de
vernos con alguien creo en la noche de aquel viernes, pero por mas que
intentaba contagiarme por el, no entendía cual era mi vela en aquel entierro.
No sabía quien era Akina, bueno, sabía quien era, pero no me nacía el
conocerla, no es si no, cuando escuche su nombre, me resultaba pensar en ella,
como una ostentosa, pomposo y cruel hacedora de letras, que se computaba la
ultima chupadita del mango. Así que le dije a Armando que no tenía ganas de ir.
Pero él insistió, y ya sabia que cuando a Armando se le entra una idea, nadie
puede en su contra. Recuerdo el Challenger verde, que manejaba por aquel
entonces, antigua carrocería, todavía con la pintura original, algo precario
pero con estilo, que tenía un ruido majestuoso y muy llamativo que salía del
tubo de escape, atraía los ojos de quienes pasaban a su lado, un esplendido
auto. Quizá uno de los primeros autos que si me propusiera a comprar uno, seria
uno igual al que Armando conducía, exactamente igual. No sé, uno se siente más
que protegido por ese grueso armazón y el motor a prueba de bombas. Degustamos
nuestra ultima cerveza y pagamos la cuenta, ya era de noche, si no me equivoco
Akina ya andaba preguntándonos por facebook, qué a que hora llegaríamos a
buscarla, pero Armando como siempre, galante, le dijo que estaríamos no bien
bajase del Avión, su vuelo de traslado seria una penuria, así que era
impredecible saber a que hora exacta llegaría, por eso, decidimos esperar a que
ella nos dijera cuando estuviese ya en el aeropuerto, nos encontrábamos a pocos
minutos, así que no había problema, según ella, en esperarnos unos minutos. Fue
así que salimos del Bar…
A
Tres cervezas, y se fue el día, y
la ansiedad me estaba matando, la primera persona que había creído en mi, como
escritor, estaba a algunas cuantas cuadras, esperándome, pero que no estaba
seguro que impresión le daríamos, al ver ella a dos muchachos, con las camisas
a medio planchar, dos dólares en el bolsillo, sin una tarjeta dorada, salir del
coche para coger su equipaje, y darnos a la aventura, Dreyko como siempre,
tenia la necesidad de salir corriendo, pero sabía Yo, cómo hacer que hiciera lo
que le pidiese. Dos latitas habían en la guantera, le dije que las sacara, y
que me abriera la mía. Su sonrisa fue la pauta de la noche, sus ojos se
iluminaron, pasamos la entrada del Aeropuerto, nos dirigimos a la salida de
vuelos internacionales, y si, podíamos ver que la noche se prestaba para
convertirse en la mejor noche. Nadie predijo lo que ocurriría…
D
Era ella, si, ella tenia una
gorra muy ñoña, así como usan las modelos, gorra de lana que le caía por la
oreja derecha, en verdad era hermosa, las fotos que me enseño Armando no le
daban el crédito que merecía, aquellos ojos claros se dejaban ver desde lejos,
silenciosa hermosura, algo extraño en Armando, nos dirigimos hacia donde ella
se le veía sentada, fue cuando Armando dijo la palabra mas utilizada en nuestra
generación “Hola”, Hola Akina, ¿cómo estas?, para luego inclinarse para besarla
en la mejilla, estaba nervioso, lo sabia, en cambio Yo, me presente, Hola, soy
Dreyko, mucho gusto, fue cuando ella de emoción, nos abrazo dos veces a los
dos, siendo para ella este encuentro, algo muy esperado. Se le notaba, porque
no dejaba de sonreír, lindos dientes, pensé en aquel momento…
A
A Dreyko creo, le agrado Akina,
porque sin duda alguna, ella decía lo que pensaba, no tenia porque forzarse a
agradar a la gente, siempre con las palabras justas, nunca se esforzaba por
corregir sus pensamientos, solo los decía y Ya, no encontraba como disfrazar su
curiosidad, eso me encantaba a mi, mujeres así ya no abundan. Menos por estos
lares. Encontramos su equipaje, nos dividimos sus maletas entre Dreyko y yo,
siempre conversando, del clima, de lo negra que esta la noche, de lo callado
que era el aeropuerto a esta hora, pero que pronto se convertiría en una mezcolanza
al estilo del mercado mas concurrido del planeta. Llegaban los vuelos, y
nosotros no decidíamos a donde ir. Fue cuando propuse mejor ir a un lugar
sencillo, donde podríamos hablar sin ser interrumpidos por ruidos extraños o la
presencia de algún ebrio, comer algo, y no pensar en otra cosa que no sea en
nosotros tres. Mi idea le gusto a Akina, Dreyko solo quería beber una cerveza
mas…
D
Armando me dijo que Akina había
escrito un libro, que la crítica la había aplastado como gusano en primavera, y
sin importar como se sentía salio a decir que estaba segura que escribir era
lo suyo. Si no me equivoco, en ello, tuvo que ver mucho Armando, ya que la saco de
aquel hediondo hueco en donde se encontraba, y le dijo que primero se
familiarizará con las personas, y que mejor idea que escriba para el blog que
Armando administraba con devoción, de vez en cuando Akina, mandaba algo para el
Blog, pero no siempre encontraba tiempo para poder escribir, ya que los padres
de Akina, la metieron a estudiar Derecho, cosa mas interesante y productiva no
puede haber, entre las clases, y las muchas materias que tenía que estudiar,
descartaba por completo volver a sentarse solo a escribir, fue cuando Armando
trato de seguir animándola, para salir con ella a pasear por las veredas de Papeles
Olvidados. Que no haga algo que usualmente hace, que solo escriba, las
cosas que según ella, quiere escribir, sin que sepan su nombre, anónimamente
por entonces, escribió. Fue aquel encuentro, lo que lo llevo a crear *La
Comunidad, si, así fue, eso fue lo que paso. Hay personas que quieren ser leídas,
hay gente que quiere algo nuevo, eso es lo que encuentras en Papeles Olvidados,
según las palabras de Armando…
A
Cuando entramos al auto, ella pidió
que encendiéramos la radio, para escuchar música mientras contábamos las
ultimas novedades, pero sin duda alguna, la Salsa que tenia Dreyko en su
cabeza, y mi combinación de discos de Rock de los 80’s no caerían bien, así que
mejor pusimos solo la radio, ella escogió la emisora, studio 92, Dreyko minutos
antes había subió el equipaje en la maletera, y partimos. Lady Gaga sonaba en la
radiola. Ella contenta, Yo feliz por haber conocido a Akina, pero Dreyko desilusionado. Nada puede contra
la Salsa Dura…
D
Tres personas, una de ellas
desconocida, Armando mi amigo de toda la vida, y Akina, una chava de lo mas
nais, nos dirigimos a ‘El Huerto9’, un bar de lo mas chido, para poder conversar
de lo lindo, fue lo que pensó Armando, y lo primero que hicimos, fue darnos
valor con una copita de Tequila, para que las palabras, y la conversación
encontraran oídos, y no se instalaran en nuestro organismo para después olvidarlas.
Armando encontró una rocola, puso una de Gilberto Santa Rosa, gran acierto,
Akina en cambio nunca había escuchado a el grande de los grandes, una
desilusión que se dejo escuchar, pero fue sanada con la primera cerveza. Akina
no tomaba, pero hizo el esfuerzo, me gustan las chavas con cojones…
A
A Dreyko lo note mas animado,
Akina disfrutaba de nuestra compañía, fue cuando en una servilleta, antes que
se le olvide, nos apunto su dirección para otro día quedar en otro encuentro,
algo mas formal. A Dreyko eso de Formal,
le pareció aburrido, su mueca se dejo ver, pero después Akina concluyo con, y
por su puesto su brindis como debe de ser. A Dreyko, se le dejo ver una sonrisa,
menos mal, dije Yo. La conversación, se volvió una entrega a todo dar, Akina
encontraba muy sinpatico a Dreyko, y eso ayudaba mucho, para que Dreyko, de su cátedra
de mejor bebedor, contraria a la de escritor, preguntándole a Akina, que si
nunca había tomado y escrito a la vez, fue cuando Akina nos contó que si, cuando rompio con un Enamorado, tubo que romper el escrito, porque las verdades que habían en ese
papel, la asusto. Tamañas verdades que pueden corregirse, pero que después de
la resaca, no pudo recordar. Nos reímos, nos parábamos de tanto en tanto, para
poner algo en la rocola, y nos dijimos entonces que podíamos escribir algo
juntos, juntar nuestras lindas y geniales cabezas, para poder lidiar contra la
critica, pero sin antes de vernos envueltos en medio de la jungla, sabernos
guarecer del ácido hediondo de las lenguas insípidas. A Akina y a Dreyko, le
vino bien la idea, en vista que le agrado mucho la presencia de Akina, ya
sabiendo que no estabamos hablando con una engaña mentes. Nos propusimos
juntarnos, no sabiendo en mas que las personas encuentran mas atrayente, el
mundo escrito por Tres, que por uno solo. Supimos en ese instante que el proyecto cogería
fuerza en poco tiempo. Pero los tiempos y la agenda de Dreyko, y los estudios
de traslado de Akina, dejaron en el aire la genial idea…
Fue entonces cuando nos dirigimos
al Hotel de Akina, tratándose de unos caballeros, debíamos dejar a la dama en
su hotel, nos invito a pasar, pero no queríamos molestar, sabíamos que conocer
a los padres de Akina, en el estado calamitoso en que estábamos, no era la
mejor idea. Así que desistimos, ella comprendió, y nos dio el beso del Adiós. Nos
sin antes, quedar en que pronto nos volveríamos a ver. Pero eso, creo seria cuestión
de tiempo…
¿Alguno puede creer, que hablamos de
tres personas diferentes, siendo solo una la que escribe? Muchos pueden pensar, al leer
este relato, que son tres personas las que narran la historia, que encuentran
este relato algo torpe y sumado a la rutina, de lo mucho que se escribe en este
espacio. Pero han de saber, que Akina no existe, mas solo son hormonas
femeninas, y Dreyko un pedazo de cuervo que siempre ha sabido habitar en el
cuerpo de quien escribe esta pesadumbre. Ahora piensen bien, han sabido ser
buenos lectores hasta aquí, han sabido ser siempre buenos anfitriones ya que me
dejan entrar a sus hogares, disfrazado de mis personajes, siendo también para
mi, algunas veces difícil poder escribir, sin una mascara, un seudónimo.
Buscando, encontré dos: Akina y Dreyko. Estos son solo seudónimos que utilizo,
que cuando han de juntarse conmigo, he ahí, cuando las palabras son eslabones
perdidos que al encender el fuego abrasador de mis pensamientos, sueldo cada
palabra para poder entregarles lo mejor que hasta ahora puedo darles. Pero no
encontrando aun, la mejor de mis formas, pregunto entonces, si han leído hasta
aquí, para convencerse, que sigo siendo, Armando, a veces Dreyko, y también
Akina…