Escritores Invitados
por Dreyko(Perú)
Ayer me canse de esperar
Ayer me canse de esperar, a que
pases por mi puerta, la puerta, la arranque de su marco.
Me senté en
una banca cubierta de piel de León, mirando mis dominios, toda la camada se
encontraba a la vista, la banca la hice añicos, las cenizas de ese y otros demonios,
volaron con el viento de la tarde. Utilice una silla de roble, estuve quieto
por dos horas interminables, los siguientes minutos los utilice para
destrozarla -¿Por qué NO vienes?- me preguntaba angustiado, sumergido en un mar
de dudas. Habrá pasado algo, me preguntaba mientras acicalaba mi pelaje, sacudía
el polvo de mis hombros, encontrándome ya con la noche, escuche unos pasos
pausados, de un sonido algo mas que agudo, eran aquellos zapatos aguja, que al
contacto con el suelo, dejaban aquel sonido encandilado. Elegante. Era mi
señal. Tu caminar es sin duda alguna, el cantar que atrae al hombre
desprevenido, que sin darse cuenta, encuentra la red que dejas a tu paso.
Enamorado, dicen algunos, no, no lo creo. Es mas, no pienso que sea eso, no, me
cuestiono y no cuadra, no encaja, el amor es de Dos, y este apego es de uno,
ella aun no sabe, no imagina, ni siquiera me he presentado, al verme los días
sentado a un lado de la acera, solo, con los espejos empañados, no podría
alguien llamar a eso una presentación adecuada, ella pensara si, que soy solo
un loco que ando en busca de una moneda ¿habrá algún día, preguntado por mi? el
porqué siempre me encuentra en su camino, sin mencionar una palabra, ya que ese
desfile lo encuentro como mi descanso del día, mi adoración para con la diosa
de aquella melena negra, caminar encandilado, destronando a otras musas que también
exhiben a la misma hora su belleza. Pero ella tiene como atraer tu vista, su
aroma lo respiras antes que doble la esquina, impactante, te enchufa, conquista
con sus curvas, corteja con su sonrisa, escuchar su risa debe ser el sueño
perfecto, una realidad que para todos no es mas que eso, un sueño. Si, lo se,
es una cosa de locos. Me doy cuenta que soy un cobarde, un mísero ser que no
merece pararse delante de ella, para pronunciar un nombre tan común, lo soy,
seria como empobrecer su día con mi presencia. Ya que anda siempre sonriendo,
no es mi intención apagar su día con mi sombra, ya que al darle el sol, es ella
quien florece, un girasol que mira la luz que propagan tus ojos si eres digno,
y tan luego pasan unos segundos. Listo, enamorado cual tigre de bengala, es
como un día en la playa mirando el ocaso, pero es el mar que te llama, te
susurra, son sus olas las que deberás sortear, su aroma respirar, y al degustar
su piel salada, olvidaras quien eres. Es ella quien camina sin apuro,
demostrando su mejor sonrisa, camina sin percatarse de este vago, que eligió
este día, para dedicarle lo mejor de su repertorio.