ESCRITORES INVITADOS
por dreyko (Perú)
Las aventuras de Choloman y el Mono
gusano
Dirigimos nuestras miradas al
hallazgo, pero no podíamos minimizar nuestro asombro, nuestros ojos despegaron
de sus orbitas, Choloman trago saliva, me dispuse a tocarlo pero mi
precipitación fue controlada por un rápido golpe, la mano de Choloman, creo,
eran las mas indicadas para un trato cirujano, nuestro descubrimiento, lo merecía.
Muy pocas cosas han de pasar en nuestras vidas, que hayan sido celebradas, muy pocas cosas, pueden resultar en un bien, en una alegría, muy pocas veces puedes encontrar, con un poco de suerte, a personajes, que contigo, prendan la mecha de la imaginación.
Nuestras miradas se golpearon
seguidas de una sonrisa cómplice. –¡Lo encontramos!- grito Choloman, eufórico,
me contuve un poco, porque creía que era algo pequeño, creía que debíamos
seguir buscando, y la impaciencia y lo fácil con que Choloman se ponía eufórico,
nos llevaba siempre al fracaso. Pero al ver mejor nuestro hallazgo, con mas
detenimiento, y con ya nuestro animo contenido, y los gritos llevados a un silencio,
tuve que mirar bien, con detenimiento, contar hasta diez, hasta cien creo Yo,
concentrarme en los detalles, creo que habíamos descubierto, una nueva especie.
Y nadie sabría de ello, si no es porque ahora me vino la gana de querer contarlo.
No es que sea una especie nueva, es si no, el tiempo que congelo en mi memoria, aquel día, en que mis manos fueron cuna de aquel animal, y solidario con mi amigo, gritamos al unísono, que habríamos descubierto al padre de los gusanos de hoja.
Los chavos se acercaban, se asombraban
al ver todavía al animal comiendo, extendiendo de vez en cuando, cada tanto,
todo ese cuerpo verdoso, dejando ver su gigantesca existencia, nos asustamos
-¿y si crece mas? tan grande como una casa- todos reímos, todos nos miramos,
unos a otros, pensando en las palabras, sueltas, a manera de advertencia,
cuando me encontré con otra duda, que podía resultar, en el exterminio de
nuestra especie. -¿Y si, este, fuese solo el hijo? ¿Cómo seria el papá?- las
risas callaron de golpe, cuando aquella advertencia, salida de los labios de
Choloman, quien llevaba el ejemplar con las dos manos, ya que una no bastaba,
puso a pensar a los ahí presentes, diciendo que no había cómo tener tan mala
suerte, sosegados, y a la avispados, nos juntamos, dándonos la espalda, no vaya
a ser, que desde la jungla, cual bestia por su presa, salga a darnos el
encuentro un monstruo, en busca de venganza, al ver que atrapamos a su hijo,
aun en las manos de Choloman. En las pelis el Personaje principal, siempre
pierde la vida.
Si la amistad, fuera solo una palabra, no escribiría de ella, escribiría de nubes, de paisajes, de personas sin chiste. La amistad, es lo que dura, lo que queda, lo que anda congelada en los corazones, esperando que llegue el calor de la sangre llamada “te recuerdo”.
-¡Debemos darle muerte!- dijeron
algunos, no podemos dejar que siga creciendo, hagámoslo ahora, sino, mañana
será tarde, ¿quien puede decirnos, que no crecerá, tan grande como una casa,
quien puede decirnos que es mentira, lo que dice Choloman? ¿los adultos?- hablo
un crío. -¿Los adultos? ¡va! Ellos solo andan preocupados por la hora, y por el
presidente, por los precios bajos, y por no se que otras cosas, esto es una
emergencia nacional, ellos, no podrían con esta responsabilidad, además, nos quitarían
el crédito-, hable Yo. -Debemos ser precavidos, que de este circulo, no salga
ni una palabra, esperaremos hasta mañana, debemos estar seguros, no vaya a ser,
una especie de otro planeta, y terminamos peleados con seres extraterrestres.
Debemos ser precavidos- concluyo Choloman. Y bien, los valientes, se dirigieron
cada uno a su casa, era la hora del lonche, se citaron a la misma hora al día
siguiente, habrían dejado todo listo, para el sacrificio, honorable y sin
preguntas, ¿valdría la pena la humanidad? ¿lo valdría?, -¡lo vale!, siquiera lo
valen las madres del mundo!- dijo la voz asustada de Carlos, viéndolo bien,
pareciera que fuera a caerse de tanta presión en el aire. Al despedirse, los
amigos, calmaron sus ansias por lo peligroso de la oscuridad, en la noche, saldría
uno de los involucrados, a ver el hallazgo, e informar su estado al líder del
grupo. Fue cuando paso, lo que paso, a la mañana siguiente, nuestro hallazgo, había
desaparecido, nuestra suerte estaba hecha, había venido alguien cuando estábamos
durmiendo, y se había llevado nuestro descubrimiento. Las 5 personas aquel día,
juraron nunca hablar de esto. Hasta hoy, sigue siendo un misterio. Hasta que
alguien me corrija. O cambie de matices la historia, que hoy, quise contarles.
Creo que tenés razón, la culpa es de uno, por crecer. El tiempo es perverso.