Escritores Invitados
por Dreyko
Borrachoso
Me bebí la vida de alguien la
otra noche, hablando sin respirar, sacando lo malo de adentro pa’ fuera. Pero
no recupere nada de la mía, absolutamente nada… no beberé más dije entonces, gritándolo a las paredes
pintadas de un negro frio, y lo cumpliré para no verme con resaca, hablándole
al silencio, creyendo en la mentira mundana que todo el mundo llega a creer
cuando se dirige a casa, llegando a ver un techo diferente cuando se acaba el efecto -de que todo estará bien-.
Uno quiere escapar bebiendo, uno
quiere escuchar las voces que idolatran al cantante de buenas nuevas; pero
esos, los que oyen, a todos ellos, no puedes llamarlos tus amigos. Son solo
oídos de una noche, son solo clavos en la madera que pronto el moho devorara, y
se oxidaran junto con el tiempo. Para nunca más volver a verlos.
Reí, pero mi risa no encontraba
eco en ningún lado, sabiendo eso, me calle, y solo he hablado escribiendo, ya
que mis pensamientos no los entiende nadie, y no quiero gastar saliva, pues mi
saliva es el reemplazo de aquel elixir que me llevaba a una alegría limitada. Me
bebí la vida de alguien la otra noche, no siendo liquida, hable palabras añejas,
hable escribiendo de un personaje que siempre aborda mis escritos, y es cuando
en este golpeteo me encuentro con la sorpresa que suelo adherirme a mí mismo en
mis historias, adherir mi carne en mis relatos, es mi vida la que encuentras
entre letras. Es mi vida la que comes todas las veces que pasas a visitar al borrachoso de entradas pronunciadas, de
frente amplia, sonrisa chimuela, es mi vida la que se escapa y no quiero hacer
nada, por eso bebo de otros la suya, por eso no puedo callarme, ya que me
alimenta el estar activo, me alimento de los ojos ansiosos de aquellos que
quieren escuchar mis historias, es mi vida la que reclamo mía, pero es el público
– lector- que no quiere devolvérmela.
Creo que el beber la vida de
alguien no lo ayuda a uno a encontrarse, ya que he conocido a personas que consumen de ese aire, y estoy
seguro que de sus bocas solo expulsan suciedad que se pega en tu ventana, es
por eso que pasas la vida, limpiando la ventana que más adelante necesitara
mantenimiento, porque no siempre veras claramente por esta. Así es la mente
humana, una maratón para lo incierto, hay un loquerio en las cuevas
prehistóricas de la mente, así somos todos, nos bebemos la vida de alguien, al
punto de no saberlo.
Me dije entonces que me dedicaré hacer aquello, a solo ver como cae la lluvia sobre el cemento, a como se
escurre por mis dedos la vida mía, como se va a pasear mi alma en lo soleado
del día, a ver, como se escapa mi alma en el humo del cigarro que estoy
golpeando, me dedicaré a solo ver las gotas caer, y no hare nada, mas que solo
ver cómo se evaporan las gotas en mi
piel, ver como todo consigue su curso, todo se escapa, se desvanece igual que
el tiempo, solo encontrare tiempo para fumarme un pito, mi vida es una
conjugación de fricciones, y de vez en cuando, ayudare a un verbo a que sea el
manifiesto del hombre, la verdad de los sentimientos.
Un gusano más que quiere ser
escuchado, pero esta vez, quiere que le pongan atención, ya el tiempo en este
siglo, vale oro, oro es lo que no tengo en el bolsillo. Solo cargo bronce.
Gracias por tu tiempo.
El Borrachoso.
Papeles Olvidados
por Dreyko
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