Escritores Invitados
Por Dreyko
Este Capítulo de mi Vida se llama: Amigas, Noche, Sheila
Si fuera Alis, agraciada y
caderona, sería el boom en la cuadra Centenarios, pero no lo soy, escucho decir
estas palabras, a la rustica de Verónica, Vero
para los amigos, pero lo que me cuenta después, es a lo que llamo un cuento de
Placer: carne, miedo, susurros. Envidio a Vero, por ser tan suelta de huesos,
no podría ser tan fresca como ella, no podría siquiera pensar en hacer el amor,
con otra mujer. Pero como se lo dije a ella en un arrebato de sinceridad, las
cosas pasan, no puedes dejar que las cosas dejen de pasar, si te caes al pozo
del aburrimiento o te llegas a encerrar en la burbuja de lo cotidiano, nunca podrás
saber el ‘sabor’ de la vida. Si, para tú conocimiento la Vida tiene un sabor,
uno que solo tú le das. Al escuchar a Vero hablar después de mi explicación, mantra
incluido, haciendome una pregunta, me clavo ‘la daga oxidada’ en mi mente -¿qué sabor tiene la vida?- se le escuchaba
decir, puede ser el sabor de una fruta –dije sin pensar- ¿una fruta prohibida? siguió
preguntando, ¿Cuál puede ser el sabor…. de la piel risueña de Alis? –preguntaba
sonriente para mis adentros, debería entonces ¿acostarme con Alis, así como
Vero se acostó con ella para poder entender mas sobre el peligro de vivir sin
enterarme de los placeres prohibidos? –me preguntaba yo sonriendo, fue cuando
mis ojos se encontraron con los de Vero, no pude evitar sonrojarme por mis
pensamientos húmedos en ese momento. Se notaba en mis ojos, ya que me veía en
los ojos de Vero, suplicando que fuese verdad, que la Piel de Alis sea del
sabor más exquisito, uno que no ha conocido la humanidad. Ninguna de estas
preguntas fue contestada aquel día, pero pronto entendí, de que Vero y Alis,
eran de la misma camada.
Ah por cierto, mi nombre es…. mi
nombre es Nía, mucho gusto, ¿qué porqué les cuento lo que les cuento? ¿Y por qué
no? Que si estás haciendo algo, no hay problema, he sabido acoplarme a los
días, a las personas, no siempre encontramos publico cuando queremos decir algo
importante, o en este caso, contar sobre aconteceres de tu propia vida que
sientes, son importantes, vivencias que pretendes compartir, para que no se
queden en el baúl de los recuerdos. Quien sabe… la verdad quien está al otro
lado. Nadie. ¿Qué por qué?… dices,
preguntas ¿por qué? Dejemos que las
palabras hablen, y encuentres tu respuesta con el pasar de los minutos. Necesitaba
distraer la mente, por eso, y por otros motivos… que creo entenderás. No siempre sirve callar. No
siempre sirve llorar, a veces, es mejor enfrentar tus temores, y hacer de tus
errores y experiencias, algo positivo. Verle el lado bueno… ¡team woman!... ¿qué
diablos estás diciendo? Bueno no me hagas caso.. Tú sigue leyendo….
La verdad no entiendo mucho de la
vida, pero como he dicho siempre, me he aferrado a la dicha de entenderla a mi
manera. No me quejo, un trabajo me alimenta, un hermoso hombre me lustra las
escamas, me merezco mas, lo sé, pero no tengo apuro. La vida siempre llega de a
pocos, a menos claro que quieras tomar las riendas de la tuya. Ese sí, es otro
cantar.
Es entonces, que esa noche me lance
a la calle con mi mejores prendas, labial en mis labios carnosos que Dios me
dio, si, lo único bueno de mi cuerpo creo, que me hace sentir hermosa, mis
carnosos labios. Rojo vino, un sutil empujón a las horas, para que la noche se
aburra de la misma pesadez, y se vuelva una loca aspirante al Amor suelto.
Alis y Vero me esperaban en la
esquina cruce de Federal y Geraldo, saldríamos con otros amigos, saldríamos a
vernos en los ojos de otros, sentir el bullicio, sucumbir en el vaso de algún
coctel afrodisiaco de Teo, el barman que me gusta, pero que nunca le he
hablado, solo para pedirle mi trago, soy tímida con los hombres guapos, o en
este caso más que guapos, sacar las penas del corazón es bueno, y no sentirnos
menos mujer que ninguna, en esta parte de la tierra. A veces quisiera ser, como
Gatúbela, pero más perra. Pero no lo consigo, siempre algo me perturba y ese
trance nunca llega, creo que debo de estar en mis días.. No sé la verdad que es
lo que me pasa. Y si, sé que algo me pasa.
Vero se luce en la pista con un
chico que no alcanzo a distinguir, la sutil de Alis coge el celular para llamar
a su chico de turno, loca ella, escribe – ando Hot, vente- escrito esto, los
chicos aparecen en oleadas, Juan es quien llega primero, Luis es quien demora
en traer a Carlos Alfonso, el primero, es el único que cuenta con coche, pero
es el más recatado y siempre muestra respeto, de todo el grupo creo que es el
indicado en manejar, ya que los demás no sabríamos hacerlo, con trago encima. El
segundo, es un pelele, aunque creo que él, aun no lo sabe.
Llega Norma, la más pesada de mis amigas,
siempre está viendo que traemos puesto encima, para sacarnos en cara que lo que
llevamos puesto fue comprado en alguna tienda de segunda en la Av. Consolación,
o exigiéndonos que nos vistamos a la moda, pero Hoy, le hice caso, y no pudo
ella hacer más, que asombrarse al ver que llevaba puesto lo que me recomendó la
semana pasada. ¡Andas re-hot chica! –dice ella- pero la baba que caía de su
boca fue solapada por su acompañante, Daniel, es el chico de Norma, un chico
algo callado, pero sabe moverse en la cama, según lo que cuenta Norma, ya que
siempre suele hablar de sexo, sobre todo del sexo que practica con sus chicos.
Nunca habla de otra cosa que no sea: sexo, de ropa, moda, catálogos, y más
sexo, oírle hablar de otra cosa, sería un milagro.
Vero, agotada, se une al grupo y
se sienta a mi lado, me presenta a su acompañante, no recuerdo su nombre ahora,
pero creo que se llamaba Luz. No le prestó atención en ese momento, estaba ya
pensando en Juan, es una mujer de rasgos asiáticos, la verdad es hermosa, no
recuerdo que haya conocido antes a alguien como ella, no soy de las que salen
de casa y conoce a alguien, así de fácil, no, imposible, pero creo que Luz, es
muy atractiva. –demonios, si que ando mal, de ver a los hombres atractivos,
ahora me resultan las mujeres atractivas ¿está pasando algo conmigo?-
Distraigo la vista, viendo a los
que bailan en la pista, es cuando Juan con un gesto sutil rodeando con su brazo
mi cuello, me pide bailar con él, salto del asiento, unas de las cosas después
del sexo, que me gusta, es bailar, así lo dice mi tatuaje, cosa que llama la
atención. Pero a Juan no le importa mi tatuaje le importa el cómo me muevo en círculos
alrededor de él. Despierto en sus ojos, la lujuria me dice, la pista es de
nosotros, no hay nadie más en ella, más que dos cuerpos reencontrándose,
conociéndose, sacudir los huesos es bueno, para alguien de mi edad, es normal,
salir con tus amigos, conocer gente, pero luego de esta noche, vinieron las
dudas de que si en verdad Juan, seria o no, el chico que me atraía, hasta que
vi pasar por mi delante, a la chica más guapa, que jamás haya visto,
interrumpiendo mi ritmo, hacer palpitar mi corazón, colarse su sonrisa, y
responderle de la misma manera, algo simultaneo, sintiéndose ella
correspondida, -diosa de la noche- Me he enamorado de alguien que ha caído en
los brazos de mujeres, cedió antes que Yo a la fruta prohibida, y que no pierde
el deseo por lo hombres, alguien que no ha cabalgado antes por estos lares,
pero que estaba a punto de conocer. Pero Muy Bien. Ella era… Sheila.
Continuara ...
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