octubre 09, 2011

nostalgia / día veinticinco [palabras y más palabras]

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Una llamada que despierta Nostalgia. La llamada de mi Amiga Karin, es la que me despierta, después de haber pasado una noche Bohemia saludando a mis amistades, aprovechando las vacaciones para nutrir los lazos que tengo con amigos de toda la vida. –Armando ¿Dónde estas?- se escucha con voz mandona. -en casa, ¿que milagro? respondo adormilado - -ven al cole’ para que juegues en el equipo de mi Prom- es cuando pienso: mi cuerpo ahora no me responde, ¿ y quiere que salga a cazar un balón?  Y como dice el dicho: TODO SEA POR LA PROM.
LA VERDAD ES ESA, LO QUE HACEMOS POR LOS AMIGOS SIEMPRE ESCAPA DE NOSOTROS.  Y SOMOS NOSOTROS QUE NOS SORPRENDEMOS AL FINAL, QUE ESE LAZO NO SE ROMPA. Caigo en el conteo de verme entre amigos y conocidos. El camino sigue siendo el mismo, y sin darme cuenta, recorrí el mismo camino cuando de Peque’, este me llevaba a las hojas negras y enormes. El portón de mi cole’ luce igual que hace 12 años. Las puertas de mi colegio…. mi Alma Mater,  Juan Ingunza Valdivia. Una llamada de nostalgia ahora me hace cruzar aquella puerta de Recuerdos, y verme de nuevo en las gradas que un día vieron mi rostro de cerca. –¿Aquí fue donde te caíste no Armando?- pregunta Dave. -No, aquí no fue- respondo Yo, con aires de mártir, ya que soy Yo quien más lo recuerda, y como película de terror, mi mente pasa de nuevo por esos 5 segundos de caída libre. Fue en un momento donde los días pasaban volando. Fue cuando los Sueños estaban a la orden del día, pero se quedaron estancados en la esquina de la vida, ya que no sabían mi dirección. Fue cuando era un adolescente y no encontraba todavía (y hasta hoy) un lugar en este ancho mundo.
Pero hoy no era un día de tristeza, hoy era un día de Sol en lo Alto, pasarla con amigos, saludar a otros que no haz visto en años, saludar a los profesores, a los que parece, no les afectan los años. –Profe’, caray, pareciera que usted será eterno, ¿Cómo esta profesor Juan Segovia a los años?- digo Yo altaneramente. -¡FIIIIIRMES!, ¡NOMBRE GRADO Y SECCION!- me responde, con una sonrisa burlona. -Armando Quiroz Cajan 5to E- respondo rápido como si mi vida dependiera de ello. Ya que al verlo todo el, de lomo blanco como los gorilas, me hizo acordar aquella vez en que salte de achorao’ cuando me dio una zamarreada de aquellas, cuando con el bastón de la escolta nos hizo entrar a palazos al salón, recuerdo que no éramos Ángeles, éramos una especie creo yo, como un virus, que pasado los años, nos nutríamos mas en el arte de hacer chacota. Pero pasaron las horas, y así paso el día, dejando de nuevo aquellas paredes que han visto mi regreso, y que espero, en un futuro no muy lejano vean el retorno de un QUIROZ.
Es aquí, donde me despido. Es aquí donde digo:

V O L V E R E!

Gracias Karin
Gracias Dave 
Que la vida los provea de felicidad y que Dios los colme de bendiciones.