enero 13, 2013

paradero [Armando Q. (Perú)] [Escritores Invitados]

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Escritores Invitados
por Armando Q. (Perú)

Paradero


Portada y Página Uno
Me tomo mi tiempo, miro alrededor, extiendo y afilo las hojas, las doblo a mi gusto, me siento en los maderos en forma de banca, extiendo mi existencia en el ancho confort, supe que los paraderos se quedan con algo tuyo, son animales que suelen drenarte tu tiempo, ya que estos te acompañan en tu espera y a la vez, tienen un precio por el tiempo que los utilizas, caballeros sentados a un lado de las carreteras, y leo, leo a conciencia, sacio mi curiosidad hasta mas no poder, y es cuando se hacen presente, de todas las direcciones, algunos con pisadas cansadas, otros con los ojos todavía lagrimeando, con sueño unos, con ganas otros, Yo, sigo mi lectura, apurados todos, quieren ir a su destino, apurados, con el reloj en la frente, la hora en la piel, los ojos puesto en lo alto, para adivinar la hora mirando al gringo que madruga con todos ellos, sacudo las hojas de vez en cuando, para agilizar la lectura, pero mi tranquilidad es única, me engrío con un cigarrillo, los labios lo cogen cual labios amatorios, seducirán los de una fémina, inhalo, exhalo, inhalo, exhalo, tranquilo mientras que, todos corren, todos apurados, me río para mi solo, las comisuras se arrugan aun mas, se me ve feliz, paso a la siguiente página. Encuentro interesante un articulo, lo leo una y otra vez, hasta estar seguro de haber digerido el mensaje de aquella noticia. Muere alguien a cada segundo, muere mucha gente en cada minuto que paso en aquella banca sin saberlo, solo estoy leyendo lo que pasó hace pocas horas, pero ya en las imprentas, andan cocinando nuevas noticias. Se me adormece el cuerpo, el viento esta corriendo hoy, viene este con polvo, cojo el diario y nuevamente lo sacudo. Mi vestimenta también es embestida por una ligera membrana de polvo, decido levantarme, me estiro, me ven estirándome, me ven y no saben porqué de mi tranquilidad, me ven y creen que estoy Loco, allá afuera anda el mundo andando, y Yo vengo a perder la vida, mi tiempo, sentado en estos maderos. Pero así decido vivir, tranquilo, sin que un reloj corrija mí paso, sin que me extiendan un boleto hacia el calabozo de la rutina, sin que me encasillen en alguna que otra oficina. Me expongo a que me miren, y suenan las bocinas, y los cobradores llaman y arrean al ganado, todo, empiezan a hacer largas colas, para poder subir a sus trineos, sus carruajes los esperan, los corrales con ruedas empiezan a llenarse, pero es el mundo el que anda apurado, mas ellos solo entienden que deben ya comenzar el día. Humedezco los dedos, siguiente pagina.

Pagina dos y tres
Las mismas caras, los mismos rostros, rostros familiares, rostros con la misma preocupación, algunos reflejan lo cansado de la semana, otros en cambio dan pelea, salto a la siguiente pagina, inhalo exhalo, los pierdo de vista, todos cogen sus ómnibus, algunos con el apuro se extienden por fuera de las puertas ya que los corrales andantes a esta hora de la mañana andan repletos, por apurados no miden el peligro, por llegar temprano al trabajo exponen su vida a que la muerte los atrape en el siguiente paradero, o por verse con la hora, se suben, así sea a un burro, la hora apremia, y los minutos cuentan. Yo sigo con mi lectura, me tomo siempre mi tiempo en el paradero, sin apuro, nadie me espera, nadie necesita de mi, nadie me extraña, nadie me encuentra a esta hora como un ser dispensable, nadie me busca, nadie osa siquiera molestarme a esta hora del día. Todos los días, la misma rutina, todos los días, pongo el stop, y me siento en el mismo sitio a terminar mi periódico, las hojas se doblan por el viento, sacudo una vez mas el conjunto de papel para que la lectura no se pierda entre las voces las bocinas y el humo, las cosas interesantes las dejo para el medio día, o las recuerdo, y las busco en internet, siempre cogiendo al autor del reportaje o al merecedor de mi aplauso, lo recuerdo para mañana mas tarde buscar mas información. Pagina Cuatro cinco y seis.

Pagina siete, ocho y nueve
Las entrevistas son mi comidilla, quien entrevista al iracundo cada semana, el personaje siempre tiene algo que contar, algo que decir, algo que puede subsanar, aconsejar, una palabra que se escabulle de todas, y se queda en mi memoria, siempre me ha resultado un habito aprenderme aquellas oraciones que me entregan aquel bocado que me exprime el aburrimiento. Salvándolo de entre muchas otras, para luego pasar a compartirla, si bien en este espacio, o en tantos otros. Es bueno siempre compartir las letras, sobre todo aquellas que no son para uno, son para la humanidad. Las experiencias siempre son las que mandan y conmueven al Respetable. Las que mueven a las masas, las que siempre suelen acordarse la gente. Las noticias locales, muertes que han sido siempre una cara completa, portadas de todos los diarios, no hay día que no vea una noticia, que no se trate de esa señora pendenciera. Ya sea mundial, ya sea loca, me entristece a mares, saberme en un mundo en donde la muerte es tratada como amiga, siendo, el peor de los inquilinos. Me inquieta verme mas adelante, siendo victima de los amigos de lo ajeno, y que el Estado, no haga nada al respecto, las calles andan mal, no hay un solo rincón, donde te sientas a salvo, mejor me quedo siempre en casa, mejor me veo alguna película, que me haga olvidar. Mejor sigo con las siguientes páginas. Talvez encuentre algo memorable. Que valga la pena mencionarle a mi viejo, para después hablarlo en el desayuno. Pagina diez, once, doce, trece.

Ocio y Espectáculo
Las figuras mediáticas, los que pretenden vivir de su Don, están los que solo hablan por hablar, los que esquivan la realidad solo con dejar un Twit esperanzador, los que se hacen llamar Figuras públicas, todos, a todos los encuentro en estas paginas, y los zombis siguen llegando, y Yo sigo orondo, viendo como se apresuran a subir a sus combis, salir apresurados a embestir al día que recién comienza, surcar las avenidas de la vida, seleccionar su destino, escuchar la bulla que se genera por el trafico, no es si no, que cuando llego a la pagina final, me acuerdo de que tengo que llegar a casa porque puede que mi suerte cambie y encuentre tamalitos calientes para el desayuno. Extiendo de nuevo el periódico. Leo nuevamente la fecha y escucho a un cobrador decir a viva voz mi destino, extiendo el brazo y mis piernas comienzan a moverse, raudo, me entrego también a ese mar de almas perdidas, llevadas por carruajes metálicos para comenzar de una vez por todas, con este día. Un buen premio seria que mi acompañante sea de aquellas muchachas lindas de traje elegante, labial y sombras. Ya que el viaje será largo.