julio 16, 2012

jamás debió regresar [por Glendalis Lugo ( Puerto Rico)] [Escritores Invitados]

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Escritores Invitados
por Glendalis Lugo


Jamás debió regresar

El bosque… perfecto testigo del tiempo, amigo silencioso cómplice de muchas historias a veces sin nadie habérselo pedido…
-“Lo siento, ya no te amo”-estas fueron las últimas palabras que Ricardo escuchó de los labios de su prometida aquella tarde en la cual se despidió de ella para siempre. Sus palabras resonaron en todo el bosque. El silencio que siguió fue asfixiante, las ramas crujieron, solo se escuchaba el lamento del bosque que sin duda era su corazón en pena. Después, muy abatido, se embarcó a un país lejano por mucho tiempo, quería controlar el sentimiento que lo obligaría a buscarla de nuevo.

Cinco años después… regresó a ese lugar del bosque en el cual había empezado su desgracia. No entendía el por qué de hacerlo pero muy dentro de sí lo sabía; allí ella estaba enterrada: aquella fatídica tarde no soportó su rechazo, esas palabras habían destrozado su corazón de una forma cruel y despiadada. En medio de un forcejeo desesperado, ella se resbaló, cayó y se golpeó la cabeza con una piedra muriendo en el acto. La desesperación de querer besarla por última vez y la negativa de ella lo cegaron hasta el punto de querer obligarla, lo cual culminó en ese trágico desenlace. No supo qué hacer, solo lloró hasta que no pudo más, pensó en llamar a la policía pero se negaba a pagar en la cárcel por un accidente que jamás quiso que ocurriera. Desesperado y asustado, cavó una tumba, le sembró rosas amarillas para acordarse en donde la había enterrado y huyó de allí.

Actuó como un cobarde y ahora que regresó los remordimientos lo acechaban. Milagrosamente esas rosas todavía estaban vivas pero se habían multiplicado tanto que ya no sabía exactamente donde estaba la tumba. Quería encontrar su cuerpo y entregárselo a sus familiares para pagar en la cárcel como debió haberlo hecho mucho tiempo atrás, pero por su cobardía no había ocurrido. De repente comenzó a sudar profusamente era como una fiebre, temblores recorrían su cuerpo y empezó a tener alucinaciones, entonces vio salir del rosal a una enorme mariposa negra.

Curiosamente se acordó de que esa mariposa se había aparecido en sus sueños varias veces, entonándole melodías; para él eran como un tipo de mensaje. Algo en su interior le decía que su ex novia le pedía justicia. En esos momentos se aclararon sus sueños, entendió claramente ese afán de regresar a donde la había enterrado, ella lo había llamado. La mariposa se posó frente a él y emitió una nostálgica melodía casi fúnebre.

Empezó a cavar totalmente confundido, cuando terminó se dio cuenta de que no había nada en la tumba, estaba vacía. De repente todas las rosas amarillas se tornaron negras y empezaron a atacarlo pinchándolo con las espinas por todo su cuerpo. Las raíces lo estaban atrapando. Quiso escapar pero fue imposible. La mariposa dejó de cantar y alzó vuelo, al tratar de seguirla cayó en la tumba, intentó escapar pero no tenía fuerzas, las raíces poco a poco empezaron a ahorcarlo; su final ya era inminente la mariposa lo había traicionado obligándolo a cavar su propia tumba; hoy rosas amarillas esconden un terrible secreto que solo el bosque conoce.


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