octubre 12, 2013

Obsesivamente desconfiado [por Kenny Yucra Lopez.(Perú)] [Escritores Invitados]

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Cayendo de un edificio

Obsesivamente desconfiado

Un viejo encorvado con los ojos dormitados pasa por tu delate tan lento, tan lerdo como un pesado tanque de guerra que agrieta y rechina sus cadenas pesadas, el viejo que arrastra sus años con la mirada nimia, casi muriendo, ese mismo viejo encorvado con llantas de tanque que casi está muriendo podría ser tu padre, o podría decirte ‘soy tu abuelo’, ¿Cómo no creerle a un anticuado hombre que de hecho ha vivido más que tú?, ha pisado la superficie de la vida mucho antes que tú. Cuando tú no existías, él ya tenía cinco novias, se casó dos veces quizá y se ha masturbado más de dos mil veces y entonces por desgracia recién naciste tú. Es entonces cuando te pones a platicar con tu interior y nace tus dudas, quizás sea cierto, en este mundo uno no sabe de las cosas que suceden. El hombre quien te mira por la ventana podría ser tu padre, o tu madre no es tu madre, eres adoptado, te recogieron en un tacho de cartón cuando un perro lamia tu cuerpo pensando que eras un pollo muerto y vinagrado, y empiezas a dudar obsesivamente de todas las cosas que suceden a tu al rededor.
Caminas por la calle y entre los quioscos de periódico lees las noticias y piensas que podrían ser una sarta de mentiras colgadas en cordeles con ganchos de ropa, podría o no ser cierto los titulares exuberantes que salen a diario, esas palabras perspicaces talladas en las redacciones podrían ser una clave de la manipulación. La comida que comes al almorzar, el arroz, las papas podrían ser no papas y el arroz podría no ser arroz, quizá es un experimento culinario, los chefs del mundo podrían estar engañándote, el cocinero en el restaurante podría llenar de agua cruda en el vaso de refresco y lo que tomas es agua de caño, o podría rellenarte de arroz caliente de días anteriores o de platos sobrantes, pero lo disfrutas, lo disfrutaste en el almuerzo, en la cena, y piensas que todo el mundo te engaña, solo a ti, solo a ti  y solo a ti. Como no dudar de las cosas, de los detalles.
Algo que me estropea—como a todo ser humano, porque somos sensibles de carne, huesos y órganos sensitivos—es el amor, no confío en el amor, esa palabra me causa miedo en estos momentos, me tiemblan las manos, los pies, me sudan las pelotas y solo quiero detener el latido de mi corazón. Esa persona a quien besas y mimas como a una muñeca hecha a crochet, inocente, angelical y delicada podría ser producto de una rabia, una metamorfosis bestial o una camuflada bomba de tiempo, podría ser parte de tu desgracia, podría traicionarte y escupir tu ego en cualquier momento, puede ser hoy o puede ser mañana, yo no lo sé, tu no lo sabes, no sabes cuándo y en qué momento puede destartalar tu actitud, violar tus leyes personales y luego podría desecharte por un pasadero de estiércol, te revolcarías como un pedazo bolo alimenticio que fue escupido por ser agrio, desastroso y asqueroso. ¿Cómo creer en el amor?.
Desconfió de las sombras que me rodean, desconfió de mi propia sombra bajo el sol o cualquier sombra producto de cualquier luz, pienso y siento que en algún momento su apariencia de fidelidad se convertirá en una masa y dejara de ser una simple sombra, entonces se convertirá en un monstruo hambriento, terminara exterminándome como extermina los gusanos a un difunto en un ataúd enterrado o en el peor de los casos simplemente huirán de mí y eso significa que tengo valor alguno, no hay razón para que una sombra se quede a mi lado. (Sombras = Amigos) Dudo de sus gestos amables, de sus afectos vocingleos y de sus hipocresías porque no hay sombras vagas, ni hay sombras gratis, todas las sombras hacen de feudales y de vasallos según a su conveniencia, sombras que aparentemente son aglutinadas por el lazo inmenso de la amistad, donde todos quieren su pedazo de carne, si es más grande la presa mucho mejor. Sombras hijas de perra.
Desconfío de mí porque sospecho que en algún momento explotara mi ira despechada y tratare de autodestruirme, porque seguro descubriré que no tengo alma, no existe dios ni los fantasmas, ni los espíritus, ni Scream, ni Jason, ni Freddy, ni Scooby, ni Manco Capac y Mama Ocllo, ni Papa Noel, ni los duendes, ni los pitufos, ni el asqueroso ratón que canjea los dientes por dinero a los niños. Dudó obsesivamente de los latidos de mi corazón, desconfió de mis páncreas, de mi pelo, del cuero cabelludo, de mi boca, mi nariz, mis oídos, de lo que oigo, de mi voz, mis dientes, mi obligo, mis piernas, mis pies, mi pene, de mis riñones, de lo que hago, de lo que escribo, etc, etc. En algún momento habrá un juicio final en donde todos desmientan y confiesen que todo fue una etapa única de mentiras, será como el Show de Truman, seré una burla, despertare una mañana donde no seré el mismo cojudo, entonces, me suicidaré, antes, escupiré a todo el mundo fabricando litros de saliva y los ahogarán como a lombrices entre una paila de ácido muriático, será cuando tenga que partir, cuando tenga que morir, y por fin se acabará esta suspicacia, esta tortura perturbadora y obsesiva que me consume y me angustia cada día.
Agosto 2013

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