canela
capitulo ocho
-despertar-
Hay noticias que te roban algo
siempre, unas son el comienzo, el inicio de momentos inolvidables; otras son deseadas, celebradas
con platillos y globos de colores.
Pero las noticias llegan, con el
canto de la Sorpresa. Dibujadas por la gente o dichas al vuelo, pero de igual
manera, saben contagiar.
Y si, también algunas destruyen,
se confunden con el aire, y se hace difícil el respirar, un polvo que se mezcla
y como una manta encuentra como tapar
todo, cambiando en segundos tu Día Alegre por uno parecido a tu peor Pesadilla.
Sabía que no tenia porque ser así,
enterada estaba que no siempre Dios actúa de igual manera para con todos sus hijos,
me convencí, que era la mayor de las pruebas para nuestro Amor, que
confieso, estaba dormido en lo más profundo de mi ser, y al sentir el peligro
de que este puede desaparecer, al sentirse el peligro latiendo en todo el
ambiente, quise confiar en mis agallas para que no se pierda; pero ha de pensar
la gente, que uno no tiene como cambiar
el Destino, mi destino lo dijo un hombre el cual no conocía, un hombre que en
mi vida había visto.
Mi destino fue escuchado por toda esta Ola de desconocidos. Y este, era el de ser Madre. Bendición que ha sido una sorpresa, la mayor de todas, merecida tal vez. Pero por mucho que quiera mostrarme feliz, en mi cabeza, la noticia de que el Padre del fruto de este Amor, yace ahora absorbido por un Sueño tan profundo que no puede ser despertado por nada, hace de mi cuerpo un saco de boxeo. La vida me golpeaba de forma que no podía protegerme. Ilusionada me senté al filo de la misma, para contemplar mis opciones, teniendo a Alonso en la cabeza de la lista. Pero la verdad, mis fuerzas se agotaban al pasar los minutos, y es cuando caigo en el hoyo de mis problemas.
Mi destino fue escuchado por toda esta Ola de desconocidos. Y este, era el de ser Madre. Bendición que ha sido una sorpresa, la mayor de todas, merecida tal vez. Pero por mucho que quiera mostrarme feliz, en mi cabeza, la noticia de que el Padre del fruto de este Amor, yace ahora absorbido por un Sueño tan profundo que no puede ser despertado por nada, hace de mi cuerpo un saco de boxeo. La vida me golpeaba de forma que no podía protegerme. Ilusionada me senté al filo de la misma, para contemplar mis opciones, teniendo a Alonso en la cabeza de la lista. Pero la verdad, mis fuerzas se agotaban al pasar los minutos, y es cuando caigo en el hoyo de mis problemas.
Ya que se siente atraído a ese
mundo, y no quiere el despertar, porque se dio con la sorpresa que ese mundo
insustancial, es mejor, o mejor dicho, igual al de los vivos, porque es Él
quien todavía no se ha enterado, que Estoy Yo aquí, a unos pasos de su habitación,
cárcel de la que hasta ahora no llegan a brindarme la llave para darle libertad,
preguntándome a mi misma como hago para poder llegar a él, sin que resulte
nuestro encuentro en un desmayo de mi parte. Quisiera hablar con El ahora, pero
el miedo me tiene apresada a este sillón. Siendo mi último refugio en este
planeta.
La noticia que me dicta aquel hombre
de cabellos blancos me hizo caer a un pozo desconocido, no oscuro, tampoco de
agua, uno de confusión. El miedo recorrió todo mi ser, y se sembró de manera inhóspita
en mi corazón. Pensé en aquel momento en mi reacción, que estaría mal el de sentirme así, fría, un
saco de papas, un maniquí, no dije palabra, no podía, no supe que decir. Y hasta
ahora no resuelvo si me encontrase de nuevo en ese mismo instante ¿cual serian
las palabras adecuadas? No lo supe en ese momento, tampoco ahora.
Mi Alma abandonaba mi cuerpo y,
paseo por todas las esquinas de esa sala, me veía a mi misma en los ojos de
aquel hombre, y me sentía sola. El miedo no desaparecía y nunca lo hizo. Siento
miedo porque este aparece envuelto en un papel de regalo, y es que soy de las
cobardes cuando se encuentran con una noticia inesperada.
El mal no es
en esencia una sustancia, sino la ausencia del bien; del mismo modo que las
tinieblas no son más que la ausencia de luz. No recuerdo donde leí estas
palabras.
¿Qué hago? ¿Sera
que Dios, de vez en cuando, da pruebas al azar? Me duele el Alma y es una dolencia más, a las que ya
tengo. ¿Qué hacer? Que si hubiera un procedimiento para estos casos, lo seguirá
sin importarme nada, hasta de nuevo verlo en pie. Las heridas que acumulaba, ahora son pasadas por sal. Mis preocupaciones
aumentan. Y ese hombre de cabellos blancos ha dicho que seré Madre. Oh Dios, tu
bendición me resulta ahora una prueba, en la que creó el resultado será fatal, fallare
no hay duda, ya que El ha sido mi fuerza. Y ahora Alonso esta unido a una cama,
siendo dilatada su vida por el deseo nuestro de no perderlo.
¿Soy inmortal? ¿Lo seré? Pregunto
porque ahora más que nunca la interrogante se presenta de noche, un café amargo
con cuatro cucharadas de dudas, me dejan ese sabor cobarde en el paladar. La
respuesta rehúye. Lo pregunto porque puede que el sueño de Alonso durará más de
lo esperado, siendo ahora piel que lleva huesos, sin entender en verdad el de porque
él, se aferra a la vida, creo que está luchando, lo pregunto por si tengo que
esperarlo una eternidad, para estar preparada. Ya que uno, nunca está realmente
preparado para nada.
Lo pregunto porque me parece
extraño, el suelo ha desaparecido, siento volar, no sé cuando, pero creo estar
dormida. O es que seré de aquellos, que cuando sienten temor se disfrazan y huyen a ese lugar donde nadie
los podrá ubicar. Todos menos Yo saben la respuesta a estas interrogantes.
Lo que ven mis ojos, el rio que
se forma y ninguna canoa en el ¿será que nadie ve lo que yo? ¿Será que estoy en
un Sueño? Recuerdo la última vez que hable con ella, con Canela, cuando puse mi
mano derecha al rose con su mejilla. Y le dije con elegancia -mis poemas, serán
para ti, pero habrán miles quienes con un solo toque o un click, pasara a ser
infinita la lista-. Fue cuando su palma encontró destino en mi rostro. Fue la
primera vez que me abofeteo una mujer, así fue, si, así como lo vengo a decir
hoy, no fue brusca, tampoco estaba amarga. No, nada de eso, temía que lo
estuviese, pero al prestar atención, su gesto se convirtió en una caricia algo
suelta de huesos. Si, se había sonrojado, y no sabía ocultarlo. Por eso la
caricia a mi rostro, más que una caricia una advertencia –¡no digas eso!- fue
cuando enloquecí, si, así iba acabar todo, los dos ….al segundo, descubrí su
cintura, su aliento, sus manos, sus hombros, su cuerpo rodeándome, sus manos
pasando por detrás de mi cabeza. Si, así fue, lo recuerdo. Entonces….. pregunto
¿me recordaran?.... ¿puedo ser Inmortal? Tal vez te guste, pero no creo que
ninguna mujer o hombre le guste vivir 100 años en eterna soledad.
Después todo se oscurece, miro la
nada y no me produce ningún asombro encontrarme con que el rio ahora encuentra
como adentrarse entre la multitud, el Rio son mis Letras… la multitud son mis
Seguidores. A ellos me debo. Pero en este espacio no hay nada. ¿Así es la
Muerte?
No se la verdad, pero lo que si
se, es que no puedo el ver mi cuerpo, mis manos y demás. Algo pasa, pero no
entiendo que es. A los que aun sin medir hora, llueva, tristeza o alegría.
Contagiados por mi sentir, siempre se acuerdan que hay quien habla con vocales,
juntando consonantes, palabras y creando oraciones, generando rimas, y mucho más
si el tiempo permite. Pero creo que la verdad, mi Obra, no será recordada.
¿Pero ahora que me queda? Nada!. Si,
eso, nada, más que solo uno que otro recuerdo de ella. Su piel al roce de mis
manos, cuando se eriza, un miedo controlado más que nada una señal para deducir
que ella también siente lo mismo, o mejor dicho, sentía. Ya que ella no está aquí
conmigo en la Nada. Poco a poco siento que los recuerdos se tornan más
borrosos, la estoy perdiendo. Lo sé, escucho voces, pero no sé si es Ella,
Canela que me está llamando. Es cuando pienso en aquella última vez que nos
vimos, pero la imagen ahora no tiene como ser más clara. ¿Estaré Muerto? ¿Es así
como se debe sentir? No lo sé, pero espero pronto recuperar la conciencia, no
me gusta aquí, no me gusta, es tan desolado que hasta ahora no me cabe en la
cabeza que este solo con la Nada. Espero pronto alguien venga a buscarme. Tengo
miedo. Nunca lo he sentido, pero debe ser parecido a lo que ahora siento.
Y miro el techo, si, otro techo
desconocido.
Alonso me espera ¿y porque no
puedo verlo? Si me lo han permitido, si, el caballero de cabellos blancos me
dice que esta esperándome. Solo hace falta, que mi cerebro le dé ordenes a mis
piernas y brazos….. que se muevan. Muévanseeeeee!... muévanse les digo, pero
no, no puedo, es cuando Joel, me sujeta la mano, en un intento por querer darme
valor. –ve, ve a verlo, el te espera, no lo hagas esperar, te ha esperado
siempre, el te sigue Amando, no seas Tonta-.
Mi brazo era suyo, mi boca era
suya, mis ojos son suyos, mi piel es su campo, mi corazón necesita de él. -Mi
Amor a donde hemos venido a parar… tu allá en cualquier lugar, pero Ya, ya
estoy aquí-
Fueron palabras que me nacieron
del Alma, sin pensarlo, ya me había sentado en una silla al lado del Hombre que
Amo, sin remediar tiempo o espacio. Ya escudriñaba sus cabellos con mis manos,
y con los dedos seguía las líneas de su rostro, contemplaba al hombre que me
Ama y que Yo amaba con locura. Y las cosas cambiaron. Mis miedos se disiparon,
me sentí Feliz, si, es cuando Supe el Nombre que le pondría a nuestro Hijo. Fue
cuando sentí el rose, el de su mano, sujetar la mía. Mi piel se erizo, creí
soñar. Pensé que había caído en un sueño profundo, donde él era el REY, pensé eso
y más. Pero no, estaba ahí, y su reacción mecánica, el de sujetar mi mano, como
si no fueran desconocidas, pasaron a saludarse en un acto que hizo vibrar mi corazón,
me hizo creer que pronto despertaría. Si, la Fe que creí se había esfumado volvió.
Un milagro estaba siendo contemplado por mis ojos, y mi voz fue una herramienta
para que esto sea posible. Así lo quiero creer, así pasaron las cosas, cuando
con mi voz algo cansada y apagada de tanto luchar por querer verlo dije….
-Alonso, despierta Amor, vas a
ser Padre-
Cliquea para leer el siguiente Capitulo: Canela Novela Online
Cliquea para leer el siguiente Capitulo: Canela Novela Online
No hay comentarios:
Publicar un comentario