octubre 28, 2011

eduardo & lola (a las once soy tuya) |Nov. online||derechos reservados|

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Eduardo & Lola
A las once soy tuya

Llevada la conversación que tenia con sus miedos a otro plano mas confiado, entendió que todo se trataba de saber leer sus labios, y confiar que la mujer a la orilla de la mesa, era en aquella ocasión un rio manso, no había razón para sacar conclusiones que a la larga resultaran erróneas (después de unos meses se volverían verdades), su corazón apaciguado por el ir y venir de los minutos, estuvo tranquilo al ver el magma que terminaba en el océano de su alma pasiva, solo hay que saber que el viento a su pasar dejaba pequeñas pistas y que si era sumamente atento a estas, sabría cómo encontrar el camino para salir airoso, esto al principio a Edu no le importaba, ni le prestaba la debida atención, pero el aroma que emanaba de ella era para no querer despertar jamás, Eduardo dedujo por razones evidentes, que no tenía porque verse, en la tarea de llamar la atención de Lola, lo inteligente de ese movimiento -esperar- a que la distancia sea nula, era lo que le dictaba en ese momento su corazón, después se acordó de las palabras de Hitch – ella ya acepto tu invitación, tu tarea ahora es solo no decepcionarla - que no haya más que solo el espacio que crea esa sensación de condescendencia y merecimiento, que no involucre el tener que pensar que cosa podría salir mal, solo bastaba para Eduardo desear, siquiera verla por más de una hora, como mujer, contrariado por una molestia que encontraba siempre cuando en su mente se dibujaba esa niebla de porques, Eduardo fue en aquel entonces considerado con ella, un merito que encontró en la niña de sus ojos un lugar donde florecer, mas aun cuando solo vez en esa persona… ‘Amistad’. Eduardo entendió en aquel momento, aquella tarde de almuerzo, que no debía mal interpretar las cosas, que debía entender las diferentes pistas, que escondidas bajo una sonrisa consideradamente hermosa, de que la mujer con quien compartía la mesa, era una mujer Todo Poder, ese alguien, quien llenaría aquel vació que deja la ausencia de una presencia femenina en su diario vivir. Eduardo entendió que estudiarla ahora seria en vano, viniendo de una familia de hombres, sería un pésimo movimiento saber en qué piensa la mujer que se encontraba en su delante, ya que es como si quisieras ver el mundo siendo este un poro en tu piel, no es que sea mágico, no es que pierda su esencia, sin duda alguna es imposible a simple vista desenrollar ese pergamino de pasiones sin antes dar primero un vistazo. Escrudiñar, atento al desenvolvimiento de aquella Musa hecha carne.
Después de sentir él, que solo son temores que engordaban con las horas, pensar en que aquella amistad le hará bien a su corazón dolido, ese corazón que tomo la sabia decisión de tomarse un descanso, un año sabático. Eduardo y Lola se conocen en circunstancias, las cueles favorecían a las dos partes. Hoy él, puede darse cuenta de ello. Pero ahora al encontrarse hurgando en sus vivencias, se da con un detalle, que no pudo ser más amarga la verdad, un detalle que florece cual flor en primavera, fue tomado con los pantalones a bajo, y sin mencionarlo nunca, quiso estar seguro, la verdad siempre sale a flote, es una bolla, y cuando esta un día toca tierra ayudada por la corriente, se encuentra con los cuerpos ya destrozados, los corazones engomados y putrefactos, liquidados por las mentiras y el desprecio que se crea al ser resultado de una mentira.
La mujer al comienzo, encontraba con mucha rapidez, un sitio entre sus amistades, convirtiéndose en una buena concejera y amiga, Eduardo la nombro Amiga con Derechos, pero para terminado el mes se convirtió en una de sus Mejores Amigas. Tubo creo Lola, también razones para buscar una imagen varonil y entrar a la caza de aquellos caballeros que al parecer yacen extintos. Ahora comienza todo de nuevo, es mejor dejar que las letras hablen.
Pero cambian las cosas, cuando encuentras indicios de que no siempre las palabras, saben a Verdad, Eduardo entiende que no es así, como debe de sentirse, ese vinculo lleva maldad, es cuando piensa mas ahora en las veces, que de aquellas conversaciones sin importancia aparente, Eduardo coge siempre emociones y recuerdos que le sirven de muestra para poder elaborar teorías, y razones para no enamorarse de este juego que deciden llevar estas dos diferentes creaciones del Señor, sin importancia entonces, se dio todo para coincidir en espacio-tiempo, las verdades salieron a luz, como cuando cae la lluvia, por inercia se siente en tu frente fría y humedad, pero estas tenían un sabor amargo cuando cogían terreno, Lola mentía con sus palabras. Mentía de manera no grotesca, pero al final, mentía, se mentía así misma. Y mentiras, para Eduardo, son muestras de desconfianza. Lola dijo en un comienzo que su soledad se debía al destino de haber encontrado a un Hombre que al final le fue infiel, y cuando encontró las ganas de nuevo jugar al baile del cortejo, para ese entonces dicto que se encontraba sola. Pero más adelante, Edu escucha de boca de ella, enterarse de que había alguien sumergido en su mente y tomando su corazón desprotegido. Lola mintió, esa fue la primera vez que le mintió a Edu, y aun después, esperaban creo que algo pasara, ya que aun pensando en otras cosas, sus caminos no se alejaron tampoco sufrieron por el clima, para seguir siendo lo que a los dos le convenga más. Seguir siendo lo que a los dos le resulte. Solo un conocido llegando poco a poco a sentirse un confeso, un confidente. Un Amigo en quien confiar, ya que al parecer a eso lleva ese camino que con niebla o sin ella, el Destino tiene para Edu.
No se puede callar por mucho, lo que no quieres decir, eso le enseña hoy la vida a los Dos. Edu entiende que hay cosas que salen a flote sin ayuda de nadie, sin esfuerzo ninguno, más que del mismo tiempo. Las cosas siempre tienden a limpiarse con la brisa de la verdad, los ojos calmos siempre ven a un ángel, una persona la cual, puedes el dejar entrar, pero como siempre hay algo que sale mal. Eduardo, hace entonces formulas y crea distancias, o como ella lo dejo dicho un día: – mis ganas de seguir adentrándome a ti, se dan de golpe con tu bloque de piedra (tus miedos)- es cuando ella entiende que es mejor estar a la defensiva y no resultar engañada o golpeada en lo profundo y vulnerable de su corazón, cuando ya no se pueda reponer, y que logre quebrar esto que los dos han creado, en algo que no pueda ser reemplazado o digerido.
Es cuando Eduardo no logra entender el conflicto que se creo, cuando por ingenuo, sabía él, que estaba por coger el queso en la trampa, pero no lo hizo por prudencia, mando a su corazón a que se aventurara a hacerlo. Algunos ya saben ese cuento.

A estas alturas, no hay ahora experiencias que juegan a favor, curiosamente puede el, tentar a la verdad, de buscar ese verso que ahora huye de sus labios teñidos de uva, me cogen de nuevo esas piezas, armar el rompecabezas que encierran la historia de su vida. Me coge contar la Historia de estos Dos, hombre y mujer, que hasta el día de hoy, siguen en una pelea de señales y contradicciones. Me dejo llevar por ese deseo de llegar hasta el final, es entonces es cuando me da miedo el adentrarme a ese mar de dolores. Ya que por así decirlo también soy un Soñador, y temo encontrarme con otras cosas que no pueda el controlar. De mi depende ser prudente.
La mujer, es un cumulo de hechizos, y es mágica la verdad al final, cuando se encuentra la indicada, pero hay quienes creen en los hechizos y son siempre el resultado de conflictos cuando este Amor que creen rezar, se gasta o pierde fuerza, y el hechizado ya no tiene como seguir enamorado. Por ello los rompimientos. La hechicera termina por desengañarse, y dicho amor termina yéndose por la tubería.
Cuando las tardes son hechas para ti, cuando los días son tomados como solo eso, días encontrados al azar, quedarte sentado a que pasen las cosas, sonar la campana, y solo eso. Paso a paso, se dan las cosas, entiende Eduardo que Lola, no es esa musa, que dibujaba una telaraña en su vida, esa era otra historia, que no se sumaba a los triunfos que un día, piensa tener en la vida. Eduardo solo coge su frase y la hace suya, - las paredes las viene creando ella, hoy digo con voz en cuello y mi mano en el pecho encontrando mi corazón, que solo seré el más fiel caballero, mas nunca me enamorare de esa Reyna de cabellera azabache y ojos redondos gastados en fuego, he dicho-.
Eduardo, espera paciente el siguiente encuentro, los términos de su peregrinar se acabarían al saber las intenciones que escondidas en sumas platicas sin cesar, acabaría sabiendo, cuáles eran los motivos que terminaba siempre contestando al Celular.
Dejen y les cuente, permítanme un momento, y les cuento la historia de estas dos personas. Disculpe Usted, si molesto o si ocupo su tiempo, pero Yo he sido un espectador en esta historia, y le digo la verdad…. Vale la pena contarla…. 


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