Eduardo & Lola
A las once soy tuya
Llevada la conversación que tenia con sus
miedos a otro plano mas confiado, entendió que todo se trataba de saber leer
sus labios, y confiar que la mujer a la orilla de la mesa, era en aquella
ocasión un rio manso, no había razón para sacar conclusiones que a la larga
resultaran erróneas (después de unos meses se volverían verdades), su corazón
apaciguado por el ir y venir de los minutos, estuvo tranquilo al ver el magma que
terminaba en el océano de su alma pasiva, solo hay que saber que el viento a su
pasar dejaba pequeñas pistas y que si era sumamente atento a estas, sabría cómo
encontrar el camino para salir airoso, esto al principio a Edu no le importaba,
ni le prestaba la debida atención, pero el aroma que emanaba de ella era para
no querer despertar jamás, Eduardo dedujo por razones evidentes, que no tenía
porque verse, en la tarea de llamar la atención de Lola, lo inteligente de ese movimiento
-esperar- a que la distancia sea nula, era lo que le dictaba en ese momento su
corazón, después se acordó de las palabras de Hitch – ella ya acepto tu
invitación, tu tarea ahora es solo no decepcionarla - que no haya más que solo el
espacio que crea esa sensación de condescendencia y merecimiento, que no
involucre el tener que pensar que cosa podría salir mal, solo bastaba para
Eduardo desear, siquiera verla por más de una hora, como mujer, contrariado por
una molestia que encontraba siempre cuando en su mente se dibujaba esa niebla
de porques, Eduardo fue en aquel entonces considerado con ella, un merito que encontró
en la niña de sus ojos un lugar donde florecer, mas aun cuando solo vez en esa
persona… ‘Amistad’. Eduardo entendió en aquel momento, aquella tarde de
almuerzo, que no debía mal interpretar las cosas, que debía entender las
diferentes pistas, que escondidas bajo una sonrisa consideradamente hermosa, de
que la mujer con quien compartía la mesa, era una mujer Todo Poder, ese
alguien, quien llenaría aquel vació que deja la ausencia de una presencia femenina
en su diario vivir. Eduardo entendió que estudiarla ahora seria en vano,
viniendo de una familia de hombres, sería un pésimo movimiento saber en qué
piensa la mujer que se encontraba en su delante, ya que es como si quisieras
ver el mundo siendo este un poro en tu piel, no es que sea mágico, no es que
pierda su esencia, sin duda alguna es imposible a simple vista desenrollar ese
pergamino de pasiones sin antes dar primero un vistazo. Escrudiñar, atento al
desenvolvimiento de aquella Musa hecha carne.
Después de sentir él, que solo son
temores que engordaban con las horas, pensar en que aquella amistad le hará
bien a su corazón dolido, ese corazón que tomo la sabia decisión de tomarse un
descanso, un año sabático. Eduardo y Lola se conocen en circunstancias, las
cueles favorecían a las dos partes. Hoy él, puede darse cuenta de ello. Pero ahora
al encontrarse hurgando en sus vivencias, se da con un detalle, que no pudo ser
más amarga la verdad, un detalle que florece cual flor en primavera, fue tomado
con los pantalones a bajo, y sin mencionarlo nunca, quiso estar seguro, la
verdad siempre sale a flote, es una bolla, y cuando esta un día toca tierra
ayudada por la corriente, se encuentra con los cuerpos ya destrozados, los
corazones engomados y putrefactos, liquidados por las mentiras y el desprecio
que se crea al ser resultado de una mentira.
La mujer al comienzo, encontraba con
mucha rapidez, un sitio entre sus amistades, convirtiéndose en una buena
concejera y amiga, Eduardo la nombro Amiga con Derechos, pero para terminado el
mes se convirtió en una de sus Mejores Amigas. Tubo creo Lola, también razones
para buscar una imagen varonil y entrar a la caza de aquellos caballeros que al
parecer yacen extintos. Ahora comienza todo de nuevo, es mejor dejar que las
letras hablen.
Pero cambian las cosas, cuando encuentras
indicios de que no siempre las palabras, saben a Verdad, Eduardo entiende que
no es así, como debe de sentirse, ese vinculo lleva maldad, es cuando piensa mas
ahora en las veces, que de aquellas conversaciones sin importancia aparente,
Eduardo coge siempre emociones y recuerdos que le sirven de muestra para poder
elaborar teorías, y razones para no enamorarse de este juego que deciden llevar
estas dos diferentes creaciones del Señor, sin importancia entonces, se dio
todo para coincidir en espacio-tiempo, las verdades salieron a luz, como cuando
cae la lluvia, por inercia se siente en tu frente fría y humedad, pero estas tenían
un sabor amargo cuando cogían terreno, Lola mentía con sus palabras. Mentía de
manera no grotesca, pero al final, mentía, se mentía así misma. Y mentiras,
para Eduardo, son muestras de desconfianza. Lola dijo en un comienzo que su
soledad se debía al destino de haber encontrado a un Hombre que al final le fue
infiel, y cuando encontró las ganas de nuevo jugar al baile del cortejo, para
ese entonces dicto que se encontraba sola. Pero más adelante, Edu escucha de
boca de ella, enterarse de que había alguien sumergido en su mente y tomando su
corazón desprotegido. Lola mintió, esa fue la primera vez que le mintió a Edu,
y aun después, esperaban creo que algo pasara, ya que aun pensando en otras
cosas, sus caminos no se alejaron tampoco sufrieron por el clima, para seguir
siendo lo que a los dos le convenga más. Seguir siendo lo que a los dos le
resulte. Solo un conocido llegando poco a poco a sentirse un confeso, un
confidente. Un Amigo en quien confiar, ya que al parecer a eso lleva ese camino
que con niebla o sin ella, el Destino tiene para Edu.
No se puede callar por mucho, lo que no
quieres decir, eso le enseña hoy la vida a los Dos. Edu entiende que hay cosas
que salen a flote sin ayuda de nadie, sin esfuerzo ninguno, más que del mismo
tiempo. Las cosas siempre tienden a limpiarse con la brisa de la verdad, los
ojos calmos siempre ven a un ángel, una persona la cual, puedes el dejar
entrar, pero como siempre hay algo que sale mal. Eduardo, hace entonces
formulas y crea distancias, o como ella lo dejo dicho un día: – mis ganas de
seguir adentrándome a ti, se dan de golpe con tu bloque de piedra (tus miedos)-
es cuando ella entiende que es mejor estar a la defensiva y no resultar
engañada o golpeada en lo profundo y vulnerable de su corazón, cuando ya no se
pueda reponer, y que logre quebrar esto que los dos han creado, en algo que no
pueda ser reemplazado o digerido.
Es cuando Eduardo no logra entender el
conflicto que se creo, cuando por ingenuo, sabía él, que estaba por coger el
queso en la trampa, pero no lo hizo por prudencia, mando a su corazón a que se
aventurara a hacerlo. Algunos ya saben ese cuento.
A estas alturas, no hay ahora experiencias
que juegan a favor, curiosamente puede el, tentar a la verdad, de buscar ese
verso que ahora huye de sus labios teñidos de uva, me cogen de nuevo esas
piezas, armar el rompecabezas que encierran la historia de su vida. Me coge
contar la Historia de estos Dos, hombre y mujer, que hasta el día de hoy,
siguen en una pelea de señales y contradicciones. Me dejo llevar por ese deseo
de llegar hasta el final, es entonces es cuando me da miedo el adentrarme a ese
mar de dolores. Ya que por así decirlo también soy un Soñador, y temo
encontrarme con otras cosas que no pueda el controlar. De mi depende ser
prudente.
La mujer, es un cumulo de hechizos, y es
mágica la verdad al final, cuando se encuentra la indicada, pero hay quienes
creen en los hechizos y son siempre el resultado de conflictos cuando este Amor
que creen rezar, se gasta o pierde fuerza, y el hechizado ya no tiene como
seguir enamorado. Por ello los rompimientos. La hechicera termina por
desengañarse, y dicho amor termina yéndose por la tubería.
Cuando las tardes son hechas para ti,
cuando los días son tomados como solo eso, días encontrados al azar, quedarte
sentado a que pasen las cosas, sonar la campana, y solo eso. Paso a paso, se dan
las cosas, entiende Eduardo que Lola, no es esa musa, que dibujaba una telaraña
en su vida, esa era otra historia, que no se sumaba a los triunfos que un día,
piensa tener en la vida. Eduardo solo coge su frase y la hace suya, - las
paredes las viene creando ella, hoy digo con voz en cuello y mi mano en el
pecho encontrando mi corazón, que solo seré el más fiel caballero, mas nunca me
enamorare de esa Reyna de cabellera azabache y ojos redondos gastados en fuego,
he dicho-.
Eduardo, espera paciente el siguiente
encuentro, los términos de su peregrinar se acabarían al saber las intenciones
que escondidas en sumas platicas sin cesar, acabaría sabiendo, cuáles eran los
motivos que terminaba siempre contestando al Celular.
Dejen y les cuente, permítanme un
momento, y les cuento la historia de estas dos personas. Disculpe Usted, si
molesto o si ocupo su tiempo, pero Yo he sido un espectador en esta historia, y
le digo la verdad…. Vale la pena contarla….
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