Estafador
por Armando Q.
20min para escribir
Estafador
Me imagino a un tinterillo, me lo
imagino con su maquina de escribir, vieja pero fiel, una esposa que no te quita
todos los centavos del bolsillo, ganados con el pala-fraseo; sus papeles en
mano, algunos dentro de un sobre manila, dejándose llevar por las horas sentado
en busca de clientes. Periódicos pasados, entre aquellas hojas que hacen las
veces de documentos sumamente importantes: el sudoku, nivel cinco. Y una que
otra publicación del Chesu. Siquiera
él, dicta sus vicios, hace ver como es que gasta su tiempo, es honesto en el
sentido de la responsabilidad, cuando suena la alarma, para salir a la misma
esquina, esperar a algún incauto, un civil en problemas, y poder escribir un documento
legal. Un escrito a dos soles, otro mas dolido a cinco, mejor que
nada, mejor que aquellos abogados, que estafan a la gente por un sello.
Mejor que nada, mejor que aquellos estafadores que merecen estar tras las
rejas, no como los hombres que son sus clientes. Pero que piden justicia, la
que no llega. Vivir de la necesidad, un juego peligroso, uno muy buscado entre
los oficios hoy en día, que deja de ser un juego cuando es la libertad la que
esta en juego, me imagino a un tinterillo merecedor de mi respeto
porque se gana la vida honradamente, dejándose llevar por las horas del día,
saliendo a trabajar todos los días, a menos que la SUPREMA se encuentre en
huelga, cosa que esta pasando muy seguido. Más, por estos meses, en que el país
esta dolido que lo engañen, que el pueblo haya salido por fin de la depresión,
de dejarse engañar por palabras, para poder buscar hechos.
Pero no me imagino al tinterillo
hacer el amague para llamar a sus contactos, para que le ayuden en un “caso”,
el cual puedo dejar una buena tajada de billete fresco, no, el tinterillo deja
su labia en aquellos logros de prosa procesal para que aquellas letras,
eslabonadas con tino y precisión, dejen a un “sujeto de corbata”, desmallado,
cojudo, por tamaña hazaña. Pero la gente no puedo siempre vivir de las
propinas, por ello todo es corrompible. Todo, absolutamente todo tiene precio,
y este es llevado a un criterio mas pobre, cuando le pones precio a la
libertad.
Mi amigo ahora quiere llevar
su barco, hacia esas aguas agitadas, dejándose llevar por el juego: quien tiene
mayores contactos, puede hacerse de más plata. Porque al final es eso, lo que
mueve a la gente, el dinero. Ya que sin dinero no puedes hacer nada, mas que
nada solo es un juego que ahora por mas que quieras, no puedes salirte. Me he
preguntado, ¿para esto es que se quemo las pestañas leyendo el Código Penal? ¿Para
convertirse en uno mas del montón? ¿Para que entonces? Si es que lo que hace
uno, puede hacer la diferencia, que si quieres dejar un legado, debes hacer las
cosas bien, que si pretendes dejar las cosas como están, es cuando fracasas. Nadie
puede entender como funciona el mundo de un Abogado, nadie tiene como
expresar la facilidad con la que se maneja un tinterillo, pero no son ajenos,
tampoco los puedes comparar. Son hombres y mujeres que se mueven en un mar
controlado por gente más poderosa. El sistema es este, el sistema es solo uno,
quieras o no, puedes moverte con la corriente, o puedes remar en contra, pero
lo segundo trae consecuencias. Dispongo de tiempo para poder escribir hoy, pero
me encuentro muy perturbado, en como la vida nos corrige, nos atrae, a mundos
distintos, y como por magia, podemos adaptarnos a todo. Volviéndonos ciegos a
las injusticias.