Escritores Invitados
por Armando Q. (Perú)
Equilibrio
cumpleaños menos
Encontrar el equilibrio entre la realidad y la fantasía, puede ser un
problema, a veces las imágenes se transforman en más que solo líneas, que encienden
la curiosidad. Se mezcla todo, y vivimos en confusión. Y cuando queremos
volver, la realidad nos da lo mismo, ya que su sabor nos es, indiferente. Algo nos atrae a crear
historias, y vivimos las mismas cual si fueran reales. Nos entendemos con
nuestros personajes, nos hablamos de tu a tu con ellos, nos encontramos con
mundos que por mucho, uno piense que no es así, también forman parte de nosotros. Ya que
salieron de lo profundo de nuestro ser. Las imágenes son más que, círculos que
fueron formados por líneas, líneas enlazadas, un río manso de miles de colores,
que nos confunden, nos atraen, nos encogen, nos emocionan. Las historias son eso,
el mejor de los regalos. Decidimos seguir creando, para no pensar en la
realidad. Es tiempo de buscar el Equilibrio.
La luz se volvió una barra luminosa
que cortaba el aire, en la que se podían apreciar pequeñas partículas de polvo
bailar. Todo ese tiempo, en esta cueva se transforma, se resume en lo acumulado del
polvo, de la tierra que ahora es mi Sahara, lo acumulado de la vida pasada, se ve en los cuadros que
yacen ahora en cajones, no suelo colgarlos; mas que alegrías, me traen
recuerdos que por mucho, cogen el camino de la tristeza. Estaba ahora seguro,
de que había por fin amanecido. Un día distinto y a la vez, tan igual, que
todos los días hasta hoy.
2
Hoy cumplía un año menos de vida, y me disponía a solo calentar la cama. El
dolor que sentía en el estómago no me dejaba pronunciar palabra alguna. Estaba cansado,
era eso y permanecer en cama descansando de los 30 años que llevaba sin que eso me gustase, sobre los hombros. De la vida
nocturna, del trabajo sobre todo de amanecida. Todo se había juntado, cada
golpe, cada recuerdo; gran parte del espacio estaba ahora ocupado por
singulares recuerdos. Pudiendo mencionar más encuentros, más fragmentos, más
acontecimientos importantes, pero la realidad es que mi vida es muy monótona. No es que
este disconforme. No, solo es eso, una vida, como cualquiera. Tan simple como
eso. Tan aburrida como cualquier otra.
El calor acumulado en el
ambiente, pasado el medio día, me dice que es hora de levantarse, es mi
estomago, que ahora espera ser alimentado por la sazón de mamá. La verdad, si
algún día me viera forzado a no seguir probando la sazón de mi madre, haría los
esfuerzos necesarios, para poder siempre contar siquiera, con alguien que tenga
sus dotes culinarios. Si esto me lleva a tener que buscar por algunos años mas,
debo de coger fuerzas de donde sea, ya que sé, que será una muy ardua tarea.
Tener a la orden el poder de
volver a la niñez, con un solo bocado, es sin duda una ventaja, volver a vivir
lo de niño, un trocito de tu vida pasada. Los días, me han enseñado a no
moverme deprisa, es por ello, que nunca me apuro, siempre hago las cosas con
calma, dejando siempre casi todo al azar. Nadie sabe lo que puede pasar, es por
ello que suelo dejarme llevar por las aguas de la vida, montado en mí cámara de caucho.
3
Los minutos pasan, y de nuevo el
caballero que refleja mi imagen, me dice que estoy viejo, la imagen que es reflejada
en el caballero de plata, me viste como un demonio, un loco, un don nadie, pero
eso no me importa. Barba de días, cabellos revoltosos, piel seca, los labios
cuarteadfsos, no creo en este momento despertar ningún suspiro de alguna fémina,
pero eso, tampoco me importa a estas horas del día. En este momento es cuando
el estomago manda.
Lo rutinario se vuelve mi Biblia,
la misma rutina, deshacerme del polvo y escamas secas que tengo sobre el
cuerpo, a ver si un duchazo puede despertarme del todo. El reloj ha cantado las
dos de la tarde, me dispongo a ver que hay en la cocina, para merendar, pero el
silencio me indica que estoy solo en casa, salio mi madre temprano por unos
mandados, por lo que decidió que hoy, no cocinaría. Pensó que como en otras ocasiones,
yo me encontraba en el trabajo, así que solo cocino para mis abuelos. Error que
ha pasado muy seguido en estos últimos meses. Entonces, deambulo por la casa.
Queriendo encontrar algo por hacer. Mañana seria feriado, y hoy tenia que
trabajar de amanecida. No hay mejor forma de pasar un cumpleaños que trabajando
como negro. Eso o esperar a que la vida me encuentre y me reste el año que
adeudo. Así que no quiero pensar en ese detalle, ya el viernes la pase con
algunos amigos, el sábado con amigas del colegio, y el domingo con mis choppcheras del barrio fino, suficiente
como para decir que he pasado un buen cumpleaños, sin contar con el buen
almuerzo que me invito el lunes, mi gran amigo el Ing. Saenz. Esa sopa
ancashina estuvo veinte puntos. Lo mejor que he probado en este ultimo mes. Es
por ello, que celebrar mi cumpleaños, estaba descartado, era un día de laburo,
así que no tenia razones para faltar al trabajo, decidí ir, sin más que decir.
Sin dejar ninguna opción. Ya que no encontraba ganas para celebrar, el que te
descuenten la vida, no es motivo de celebración. El cumpleaños menos entonces era razón suficiente, para dirigirme a mi
cárcel, y acuartelarme hasta el día siguiente. Lo único, que en verdad, puedo
celebrar, es que en mi camino, he podido encontrar y a la vez,
saber, quienes en verdad son mis amigos. Quienes en verdad, me desean lo mejor,
no solo de boca para afuera, para mí y mi familia.
4
La casa era un cementerio, ni un
grillo chillaba, nadie, absolutamente nadie, un silencio absoluto había
absorbido todo. Encendí la rocola, pero pasaron los minutos, y la apague. Fue
entonces, cuando descubrí un jeans que estaba sobre uno de los muebles, rebusque
entre los bolsillos, deseando algunos pesos para poder ir al mercado Modelo por algo que apacigüe el
hambre. Encontré los cinco que
necesitaba, me puse algo por sobre mi camisa, y me dirigí al mercado Modelo, a unas cuantas cuadras
de mi hogar. Me pedí un menú de a cuatro pesos, le dije a mi amigo Robert (dueño del local de comida) que
ha sido casi un placer venir a visitarlo, por si no fuera, porque la ensalada no tenia suficiente limón. Pero no hay que verle el lado negativo. Estomago
lleno, corazón contento.
5
Camino a casa, me encontré con
que mi hogar, este que me ha resguardado del sol y la lluvia, me quede mirando
pasada la berma, me senté junto al ficus que me traje de mi Colegio Juan
Ingunza Valdivia, un obsequio de aquella época de Libros y Cuadernos, como si se hubiera achicado, pensé en aquel
momento que aquella edificación ya no era la misma, como si sus dimensiones
hubieran sufrido por el paso del tiempo, aquel pensamiento me lleno de
recuerdos, al saberme en un lugar que me ha cobijado por años, me encontraba
con que aquella casa, tiene mucho que contar, y tiene mucho tiempo todavía para
seguir en pie. Aquellos tiempos, donde la edificación se sostenía a troncos
anchos, por sobre encima del metro y medio, y los eterní, se veían de techo. Aquel
tiempo donde la puerta de madera, era atrancada con un grueso tronco
apolillado. Aquellos días, fueron los más felices. Los más vividos, los menos
tristes. Los más queridos. Aquellos días los guardo en mi memoria, los vivo
cuando quiero, los recuerdo con nostalgia. Es hoy cuando decido buscar el
equilibrio, decido entregarme al lienzo blanco para crear una historia
masticable, una en donde la tristeza sea vencida por el amor de Madre, los
Lazos familiares, aquellos recuerdos en donde los vientos de nostalgia se
esconden bajo la calida sabana blanca. Es mi decisión compartir con ustedes mis
vivencias, es mi decisión querer compartir con ustedes mis recuerdos. Pero no
puedo ayudarlos a distinguir entre la realidad y la fantasía. Eso, se los dejo
de tarea.