diciembre 03, 2012

Café con el Moreno [por Armando Q.] [Escritores Invitados]




Escritores Invitados
por Armando Q. (Perú)

Café con el Moreno

Mi historia es creo, como cualquier otra, como han de imaginarse. Pero, en particular, la mía, tiene un agregado, el personaje principal de mi historia es sin duda, quien se lleva las palmas. Digo personaje con mucho cariño, porque sin duda alguna no tengo porque rebajarlo a ser parte de mis líneas. Pero quise valerme de su imagen y compañía para poder tocar a su puerta, para que siga protegiendo mis pasos.

Lamente no poder conocer la fecha exacta, por ello, decidí entrevistarme con quien creía podía darme una respuesta convincente, pero creo que a fin de cuantas, no tenia mucha importancia. Eliana, la Psicóloga del Colegio de Niños Especiales “Silvia Paola”, me dijo que el año exacto no lo podía calcular, no lo recordaba del todo, pero en conjunto, los años en que donaba mi tiempo, a esta tarea tan pero tan sobrecogedora, eran no mas de 12 años y no menos de 15, así que solo disfrute de aquella información, celebrándola con mi Madre, quien siempre me acompaña en esta labor, comprando un cuarto de pollo mas su rica gaseosa inca cola. Mientras ella saboreaba sus alitas crujientes, Yo seguía con las labores, tenia que terminar antes que se me hiciera tarde. Mi trabajo hasta la fecha ha sido silencioso. Creí en aquel momento, que este año (2012) debía siquiera tomarme mi tiempo para colgar en mi ventana algunas palabras referente a esta labor. “El Negrito” siempre se ha portado bien conmigo, y sin duda alguna, la protección que me brindaba, durante los 365 días del año, merecían una mención, por ello, decidí que este año debía escribir algunas líneas. Ya que habiendo tomado antes, un té con El Padre de Padres, que mejor que sacar el café colombiano de la alacena para disfrutarlo, en compañía de uno de sus hijos.
Me encontraba presuroso, así lo recuerdo, así que acelere más el paso, por la avenida Tomás Briceño, hasta llegar a la pequeña avenida que cruza la principal, la Avenida Central, desde allí, solo era cuestión de minutos para poder llegar a mi hogar. Un día complicado en el trabajo, una auditoría sorpresa, y algunos inconvenientes que al final, supieron ser solucionados. Estrés.
Al llegar solo tenía una cosa en mente. Las piernas me dolían ya que un día antes había practicado mi deporte favorito, pero no tanto como para caminar al encuentro con el “Moreno”, pero ya en adelante, todo es soportado para terminar mi tarea. No fue impedimento, ni mucho menos, hacia menos grata mi labor. Mas aun, sentí que debía escaparme de mi rutina rutinaria (la de cenar y luego rendirme a los brazos de Morfeo), que casi por inercia, mi cuerpo se dirigió a buscar mi maleta de herramientas, y saque de esta, solo las necesarias para mi compromiso. Pues, como dije antes, hace mas de 12 años o menos de 15 que no he faltado a mi sita con Él Negrito.
Me pare al frente del Colegio, fue mi Madre quien me abrió mi segundo hogar desde que tengo uso de razón, ya que esta casa me ha visto crecer, y puedo decirles sin temor a equivocarme, que “Silvia Paola” me estima, ya que por muchos años he sentido que al entrar en este ambiente, un calor cálido y purificante me ha invadido, olvidando los problemas y apartando las malas vibras que uno acumula en su diario vivir.
Ya instalado, me puse manos a la obra, los hierros oxidados, deben volver a brillar, los pernos deben ser ajustados, todo debe ser colocado con el amor y cariño prudentes, para que no haya mas adelante problemas, todo debe encajar a la perfección, y sin tener que mirar ninguna instrucción, como que pestañeas y ya, ya esta listo todo, sin demoras, sin fatiga, con el corazón rebosando de alegría, se yergue como una torre de hierro en medio del patio con su color dorado, sus maderos encuerados, y sus formas retas y cuadradas, el polvo es quitado suavemente, y la imagen de "San Martín de Porres" me mira, como si esperase mi regreso desde hace mucho, y siempre preguntándome, si es verdad que el corrige nuestro caminar, yo preguntándome que si los milagros existen, yo preguntándome que si es verdad que dio de comer a tres animalitos a la vez, yo preguntándome todas estas cosas, pero como ha de ser la vida, siempre he notado, que no hay circunstancia o problema que me prive, no tener tiempo para el, siempre he vuelto cada año, a ARMAR SU ANDA, esa que cargan los negritos andariegos por todas las manzanas del barrio, siempre he vuelto cada año, desde que mi Madre me dijo, que el Negro me ha escogido para esa simple y muy importante tarea. Aquí me tienes, siempre a la espera de colocarte tus flores y los retoques, para que no se te vea tan negrito y viejo; que si la escoba se rompe, se repara; que si a al gato le falta una oreja, cojo mi arcilla en no mas de cinco minutos lo compongo; que si sus manos ahora no cogen la escoba, improvisamos como se puede, pero el Moreno nunca a salido a su paseo anual, sin que cada cosa, cada rosa, flor, y demás accesorios estén en su lugar. A sabiendas que la campana siempre tiene que sonar cual cántico salvador, siempre hay que buscarle un sitio nuevo porque cada vez la carga cambia con el tiempo, y la fuerza de los cargadores con el tiempo, años más años menos, viene decayendo. Hoy consigo un año mas, darte de mi lo que quieras llevarte contigo, y si tienen que pasar Moreno, otros quince años. Que así sea. Solo dame la fuerza para seguir viniendo para la hora del Café.