Escritores Invitados
por Armando Q. (Perú)
Café con el Moreno
Mi historia es creo, como
cualquier otra, como han de imaginarse. Pero, en particular, la mía, tiene un agregado,
el personaje principal de mi historia es sin duda, quien se lleva las palmas.
Digo personaje con mucho cariño, porque sin duda alguna no tengo porque
rebajarlo a ser parte de mis líneas. Pero quise valerme de su imagen y compañía
para poder tocar a su puerta, para que siga protegiendo mis pasos.
Lamente no poder conocer la fecha
exacta, por ello, decidí entrevistarme con quien creía podía darme una
respuesta convincente, pero creo que a fin de cuantas, no tenia mucha
importancia. Eliana, la Psicóloga del Colegio de Niños Especiales “Silvia Paola”,
me dijo que el año exacto no lo podía calcular, no lo recordaba del todo, pero
en conjunto, los años en que donaba mi tiempo, a esta tarea tan pero tan sobrecogedora,
eran no mas de 12 años y no menos de 15, así que solo disfrute de aquella
información, celebrándola con mi Madre, quien siempre me acompaña en esta labor,
comprando un cuarto de pollo mas su rica gaseosa inca cola. Mientras ella saboreaba
sus alitas crujientes, Yo seguía con las labores, tenia que terminar antes que
se me hiciera tarde. Mi trabajo hasta la fecha ha sido silencioso. Creí en
aquel momento, que este año (2012) debía siquiera tomarme mi tiempo para colgar
en mi ventana algunas palabras referente a esta labor. “El Negrito” siempre se
ha portado bien conmigo, y sin duda alguna, la protección que me brindaba,
durante los 365 días del año, merecían una mención, por ello, decidí que este
año debía escribir algunas líneas. Ya que habiendo tomado antes, un té con El
Padre de Padres, que mejor que sacar el café colombiano de la alacena para
disfrutarlo, en compañía de uno de sus hijos.
Me encontraba presuroso, así lo
recuerdo, así que acelere más el paso, por la avenida Tomás Briceño, hasta
llegar a la pequeña avenida que cruza la principal, la Avenida Central, desde
allí, solo era cuestión de minutos para poder llegar a mi hogar. Un día
complicado en el trabajo, una auditoría sorpresa, y algunos inconvenientes que
al final, supieron ser solucionados. Estrés.
Al llegar solo tenía una cosa en
mente. Las piernas me dolían ya que un día antes había practicado mi deporte
favorito, pero no tanto como para caminar al encuentro con el “Moreno”, pero ya
en adelante, todo es soportado para terminar mi tarea. No fue impedimento, ni
mucho menos, hacia menos grata mi labor. Mas aun, sentí que debía escaparme de
mi rutina rutinaria (la de cenar y luego rendirme a los brazos de Morfeo), que
casi por inercia, mi cuerpo se dirigió a buscar mi maleta de herramientas, y
saque de esta, solo las necesarias para mi compromiso. Pues, como dije antes,
hace mas de 12 años o menos de 15 que no he faltado a mi sita con Él Negrito.
Me pare al frente del Colegio, fue
mi Madre quien me abrió mi segundo hogar desde que tengo uso de razón, ya que
esta casa me ha visto crecer, y puedo decirles sin temor a equivocarme, que “Silvia
Paola” me estima, ya que por muchos años he sentido que al entrar en este
ambiente, un calor cálido y purificante me ha invadido, olvidando los problemas
y apartando las malas vibras que uno acumula en su diario vivir.
Ya instalado, me puse manos a la
obra, los hierros oxidados, deben volver a brillar, los pernos deben ser
ajustados, todo debe ser colocado con el amor y cariño prudentes, para que no
haya mas adelante problemas, todo debe encajar a la perfección, y sin tener que
mirar ninguna instrucción, como que pestañeas y ya, ya esta listo todo, sin
demoras, sin fatiga, con el corazón rebosando de alegría, se yergue como una
torre de hierro en medio del patio con su color dorado, sus maderos encuerados,
y sus formas retas y cuadradas, el polvo es quitado suavemente, y la imagen de "San Martín de Porres" me mira, como si esperase mi regreso desde hace mucho, y
siempre preguntándome, si es verdad que el corrige nuestro caminar, yo
preguntándome que si los milagros existen, yo preguntándome que si es verdad
que dio de comer a tres animalitos a la vez, yo preguntándome todas estas
cosas, pero como ha de ser la vida, siempre he notado, que no hay circunstancia
o problema que me prive, no tener tiempo para el, siempre he vuelto cada año, a
ARMAR SU ANDA, esa que cargan los negritos andariegos por todas las manzanas
del barrio, siempre he vuelto cada año, desde que mi Madre me dijo, que el
Negro me ha escogido para esa simple y muy importante tarea. Aquí me tienes,
siempre a la espera de colocarte tus flores y los retoques, para que no se te
vea tan negrito y viejo; que si la escoba se rompe, se repara; que si a al gato
le falta una oreja, cojo mi arcilla en no mas de cinco minutos lo compongo; que
si sus manos ahora no cogen la escoba, improvisamos como se puede, pero el
Moreno nunca a salido a su paseo anual, sin que cada cosa, cada rosa, flor, y
demás accesorios estén en su lugar. A sabiendas que la campana siempre tiene
que sonar cual cántico salvador, siempre hay que buscarle un sitio nuevo porque
cada vez la carga cambia con el tiempo, y la fuerza de los cargadores con el
tiempo, años más años menos, viene decayendo. Hoy consigo un año mas, darte de
mi lo que quieras llevarte contigo, y si tienen que pasar Moreno, otros quince
años. Que así sea. Solo dame la fuerza para seguir viniendo para la hora del
Café.