CANELA
capitulo cinco
- se le apago la luz-
-Hola, ¿cuéntame como estas?- al preguntar tal cosa, me
doy con la realidad, que nunca podré entender la situación en que se encontraba
Alonso, soy una inepta por preguntar tal cosa, pero ya cuando quería cambiar la
pregunta, su silencio me hizo cambiar de parecer, estar en sus zapatos seria
como ahogarse uno mismo, con su propia saliva. Había algo que lo consumía
pero él era Valiente, nunca ha cambiado
en todo el tiempo que llévanos conociéndonos. Hubiera cambiado la pregunta pero
es él quien contesto con la franqueza que lo caracteriza y lo ha puesto entre
mis mejores amigos. Es cuando escuche atenta a sus palabras, de momentos su voz
se apagaba y habían pausas, pero lo que ahora más me dolía era que en sí, no
podía hacer nada…
Diría ahora que siento
en el pecho un vacío, pero no por que murieron los seres más importantes de mi
vida. No porque ahora este manejando sin rumbo por la vía a la nada, no porque
encuentre que Lima no me quiere en sus tierras, no porque me este ahogando y me
falte el aire. No porque tenga miedo. Si no, es la primera vez en mi vida, que
he perdido, he perdido el camino, no sé qué hacer. Fue cuando me encontré con una realidad
distinta a la que imaginaba para nosotros. Alonso como siempre se habría a mí,
después de todo lo que le hecho pasar no deja de confiar en mí.
Si fuera él, estoy segura que no
tendría como sobreponerme, si fuera él, estaría ahora cayendo pero nunca de
pie. Si fuera ahora su luz, estaría ahora conmigo y no tras un volante que no está
dirigiendo, lo dirige el Diablo. Piensa ahora en el suicidio. Y es cuando le
digo con piedrecillas en la voz… las palabras que ha buscado que diga durante
todo el tiempo que hemos estado separados.
-vuelve a mí. Encuéntrame- le
digo, y mi voz era una esperanza, quise que fuera así, ¿lo quise así?, si, así
es, lo quiero y lo querré siempre, quise que me encontrara, que volviera a mí,
le dije también que había llegado en un vuelo desde el País que resulto ser mi
refugio, ya que sentía y, quería estar a su lado en estos momentos. Pero la
señal se perdía, la batería de mi móvil anunciaba que se agotaría en cualquier
momento, estaba entonces en el destino que llegase a ocurrir nuestro encuentro,
me sentí como un grano de arena en la playa, tan diminuta, tan sola en lo
inmenso de este mundo. Me sentí la salvadora, pero al contrario, ese pensar
solo duro unos segundos. Lo sé, ahora lo sé, lo quiero, fui una tonta al no
darme cuenta antes, quise estar con él, pero él estaba a miles de kilómetros de
donde me encontraba, lo he sentido distante, he sentido que se aleja mas y mas,
pero ahora sabe que lo Amo, que quiero verlo, que sin Él, no puedo si no
respirar solo lamentos, ya que me arrepiento de no darle – el sí acepto- cuando
me lo pidió de rodillas, en verdad fui tonta. Me encontraba en mi Casa, Mamá
todavía no llegaba del Entierro de los Padres de Alonso. Así que agarre un
abrigo y Salí de mi cuarto donde él estuvo la noche anterior, pase por la sala
y la puerta se encontraba a unos pasos, la abrí, y ya me encontraba ingresando
a la Av. Principal. Sentí que me faltaba algo, y ese algo era Alonso, pero no
es hasta ahora que me doy cuenta de ello. Las manos comenzaron a sudarme. Mi visión,
me era difícil distinguir la calzada, no es cuando me faltaba el aire, que decidí
parar. Y ya, me encontraba en nuestro Lugar. Aquel Lugar donde siempre nos encontrábamos cuando queríamos saber uno
del otro, ya que es así como nos conocimos. Sabíamos que llamar a la Casa, sea
quien tuviera el impulso, llamar dos veces y que nadie responda, sabíamos que
era nuestro código. Y ese era el código para vernos al día siguiente. Y si era
cosa de urgencia, eran tres tonos y que nadie contestase, para saber que era
importante, y vernos ese mismo día en la noche en nuestro Lugar, esa era la
forma recuerdo. Ya que él lo decidió así. Utilizamos eso hasta llegado los 13, éramos
amigos desde los 8, estudiamos en el mismo colegio y siempre parábamos de
arriba abajo juntos. Ahora, ahora es distinto, necesitaba verlo pero no sabía
cómo hacer para que el supiera que lo necesito. Fue cuando mis ojos se llenaron
de agua, y no era el agua que buscaban los sedientos. Mi cuerpo encontró que la
banca estaba fría, tan igual como la tarde. Y de pronto se oscurecía. Ya de
noche, me di con la verdad, de que él no vendría. Así aceptaría su respuesta. Y
así debía de ser.
Escuche su voz y no podía creer
el poder de su voz, Canela me había dicho que me quiere, y quiere verme, fue
cuando la señal se perdió, y no alcance a escuchar su paradero, y me perdí,
sentí el miedo recorrer mi cuerpo, me detuve en medio de la carretera y no pude
hacer más que detener mi vida por un momento, unos cuantos minutos, el
chevrolet dejo de rugir, he sentido antes esta felicidad, esta que suele ser
mas grande, después de ver que mis Padres ahora yacen bajo tierra. Escucharla me
ha llenado de vida. De nuevo puedo pensar en Dos. De nuevo puedo hacer lo que
estaba planeando. Casarme con ella.
Pero cómo encontrar a alguien, a
estas alturas, puedes pensar que solo siguiendo sus pistas, llamando a sus
amigos, si no sabes en realidad su paradero, ¿cómo encontrar a esa persona con
quien comienza y termina tu día? ¿Cómo hallar
a la persona que es tu complemento en esta selva de cemento?. Este mundo lleno
de egoísmo y de más maldad que hasta pudiera pensar que está equivocada la
gente al nombrarla Tierra, debC�a ser su nombre más familiar: El Infierno. ¿Cómo
saber en verdad que aquella persona esta mas allá de aquellas aguas a las que
estoy acostumbrado navegar sin brújula?
Mi miedo se solidifica, mis manos
comienzan a sudar ¿y si la pierdo? Si pierde ella en este tiempo que demore en
verla de nuevo, ese deseo que ha comenzado a florecer de nuevo, el de querer
verme, ¿y si al estar frente a ella me dice al verme que No? , que no sabe qué ha
pasado y que solo fueron palabras para poder sacarme de las vías, y no matarme
en un accidente de tránsito pronunciado.
Fue cuando el miedo sujetaba mi
existencia al Asiento, y me vi queriendo encender el coche, al sentir que el
motor daba su primer rugir, aceleré a 60 kilómetros por hora. Solo había un
lugar en este planeta al que acudiría, y sabía cuál era. Solo había un sitio al
que acudiría para verme y Yo sabía cuál era, no podía fallar mi intuición, ya
que siendo hombre, cuando se trata del Amor, el amor es quien nos guía. Solo
hay un lugar suficientemente Puro para comenzar de Nuevo. Y ese era nuestro Lugar, mi paradero. Lo sabía, pero los
semáforos me impedían el trayecto directo, y no quería llamar la atención de
cualquier patrullero y pasarme una luz Roja, y terminar en una comandancia.
Debía ser prudente o amanecería detrás de barrotes, y malograría el resto de mi
Vida. Debía de llegar sano y salvo.
Al encontrarme cerca, a unos
minutos, mi mente se puso a jugar con las palabras. El miedo de no encontrarla
me disolvía el corazón, me acobardaba, me quedaría de nuevo con las palabras en
la boca. Es, y era irónico. Alguien como Yo, quien crea libros de Amor, y sabe
de frases y poemas. No podía encontrar las palabras adecuadas para que mi
corazón hable. No podía creerlo. Solo tenía que abrir la puerta del Auto y
buscarla. Pero mi cuerpo no obedecía a mi corazón, y mi mente tomo posesión de
mis pensamientos. Debía de hacer algo. Y ese algo debía de hacerlo ahora.
Canela estaba ahí, a unos pocos metros, así lo sentía, así quería creerlo. Y si
la encontraba seriamos por fin felices. Después de tanto, después de todo. Baje
del Auto, sin mirar antes el espejo
retrovisor…..
Sentí el golpe de la vida, la
calzada fría, mis ojos estaban mirando al cielo negreado, de nubes negras, las
personas estaban acercándose, escuchaba a la gente pero no entendía nada de lo
que decían. Mi voz la perdí, quería gritar su nombre pero no podía….
Canelaaaaaaaaaa!!!!!!! Estoy aquiiiiiiiiiiiiiii!!!!.... pero no podía. No es si
cuando vi a un uniformado pedirme que le dijera si algo me dolía, fue cuando
entendí lo que había pasado, estaba en medio de la Av. Larco, boca arriba. Un
coche me había quitado todo, un conductor imprudente me había quitado mi Vida.
Y no podía Yo saber que pasaría después. -No, no- quería hablar, pero no podía
mi saliva no me dejaba hablar, mi cuerpo no me respondía. Mis manos estaban
ensangrentadas. Mi cabeza me dolía.
Canelaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!
Quería el gritar, pero mis gritos eran solo lagrimas de mi corazón, sentí de
nuevo el golpe del destino hacer su jugada. Quise salir de mi cuerpo y dirigirme
a donde se encontraba ella, en nuestra banca, al lado de aquel Árbol donde
pusimos nuestras iníciales, enlazado con un corazón. Quería por fin decirle que
la Amo. Pero solo el golpe me aturdió. Cuando abrí los ojos –otro techo que no
conozco-.
No vino, me sentí miserable. Me
sentí despreciada. Alonso no vino porque no quiere saber de mí, aunque en el
móvil sonaba distante, al escuchar mi confesión sentí que quería decir algo,
pero la batería colapso. Y no escuche que quería decirme. No vino porque no
quiere verme. Ya pasaron dos horas. Sentí que la gente se movilizaba con pánico
hace unos minutos, al parecer hubo un accidente de tránsito, algún loco al
volante había atropellado a alguien. Me entro un pánico y quise acercarme pero
no podía, no debía, ya que después me entraba el miedo de que Alonso no me
viera en nuestra Banca. Sentí la soledad y aquel desprecio que yo le propine
aquella vez cuando le dije que no, a su pedida de Mano. Me sentí miserable y a
la vez con justa razón. Sentí los puñales en mi espalda y ya no podía moverme.
Me quede allí, sentada pensando en lo nuestro. Me dispuse ir a casa. Pero mi
cuerpo ya se movía solo. Sin pensarlo ya estaba de nuevo en mi cuarto. Y fue
cuando mi Madre toco la puerta, sin que yo le diera el pase, se sentó a los
pies de mi cama, y prendió la televisión. Sin decirme nada. más que solo el pánico en su rostro.
Mis ojos no podían creerlo, y mis oídos sentían las lijas, aquella mujer dando
las noticias que creía que eran mentiras. Pero a parte de aquella desgracia.
Había algo que me dejaba una luz de esperanza. Alonso, mi Alonso….. no pudo
pasar a verme, sabía que estaba en nuestro Lugar, pero a metros el Destino lo
mando a un Hospital.
-sentimos
interrumpir la sintonía, pero tenemos una noticia de último minuto. El
reconocido Escritor Alonso Vázquez
Piedra a sufrido un accidente, siendo atropellado en la Av. Larco, cerca del
Parque de los Recuerdos, según el personal de Emergencia llegando al Hospital se pudo saber
que recobro la conciencia. Las últimas declaraciones del Conductor,(se llega a ver
a un señor de edad en la pantalla)
-el señor Alonso
bajo inesperadamente de su vehículo, no sabiendo que se encontraba en una
Avenida recurrente y de mucho tráfico. No pudiendo evitar el accidente, tuve
que frenar con brusquedad-. Al
conductor lo llevaron a la Independencia más cercana para su declaración. Así mismo
se supo que el Escritor no quiso recibir a nadie. Al dejar en claro que solo
esperaría la visita de alguien dando indicios que fuera una mujer. Por lo
especifico del pedido a los guardias de seguridad que custodian su habitación.
Por el momento no tenemos más detalles seguiremos informando más adelante-.
Cuando termino de hablar aquella
mujer, que daba la noticia más increíble, mis pensamientos se fugaron de mí,
haciéndome caer en un estado de dilatación, extendiendo mi existencia a lo
lejano de este espacio conformado por cuatro paredes. Alonso había sufrido un
accidente. Y quería verlo, mi Madre me dijo que sería imprudente el querer
verlo hoy, ya que ahora habría muchos reporteros custodiando el lugar. Y no
quería más escándalos que una mujer entrase a ese hospital solo para declarar
su Amor.
Mamá entendió mi sufrimiento y al
verme empeñosa, y con el abrigo puesto, no pudo impedir mi caminar, al pasar
junto a ella, sus manos me sujetaron fuertemente. Como cuando dejas a ese alguien,
para que pase por la puerta de la vida. –ya eres una mujer, y puedes decidir tu
misma. Si es a él, a quien le entregaras tu vida y tu corazón, que así sea-. No
podía creerlo, mi madre me hablaba, que por fin después de tantos años,
aceptaba que lo mío con Alonso, no era un Amor no correspondido, si no un
Amor Verdadero, de aquel que es más Puro
que la vida misma. Mamá comprendía que debía serle fiel a ese amor, y que no
podía más que darme la bendición. Como hubiese querido que Papá también me
hubiese visto tomar mi vida por el cogote. Como lo está ahora haciendo ahora mi
Madre. Mis pasos los sentía seguros, deje la puerta detrás. Mi madre la cerraba
pero con una delicadeza que dejaba ver sus ojos cafés teñirse con las lágrimas
que caían sin cesar. Mis manos sudaban de nuevo, no podía más que pensar en
Alonso, y estaba de nuevo en la carretera. Quise pensar en otra cosa, para que
la angustia no me perjudicara y me hiciera perder el control del coche. Es
cuando sonó un claxon, la luz de nuevo en verde, mi avanzar era lento pero
firme. Tenía que verlo. Tenía que verlo, y decirle lo que sentía por él. Que al
principio fue una tonta. Tenía que sentir de nuevo su aliento enredado con el mío.
Quería sentir de nuevo su cuerpo, inundado por el mío, sus latidos y todo su
ser. Quería verlo y tenía que verlo hoy, no mañana, si no hoy. No cuando se pueda,
si no Hoy. Mamá tenía razón habían reporteros por todos lados. Mi Amiga
Graciela Zarate, me podría ayudar. Esperanzada a que estuviera de turno, y
habría sabido de la noticia, de que Alonso estaba internado en su Hospital. Fue
cuando la llame y me contesto: -sabia que llamarías, ya tengo todo listo amiga,
se cómo puedes verlo sin que los reporteros se den cuanta, pero tienes que
entrar con la Ambulancia que mandare por ti- gracias Amiga, muchas gracias, no
sabes cuánto te lo agradezco.-pido solo, ser la madrina de tu segundo Hijo- no
podía el sonreír pero mi sonrisa no fue impedida. –gracias a ti, porque me das
la oportunidad de ayudarte-me decía ella, Graciela, era una amiga mía de la
infancia, nunca hemos perdido contacto, desde que supo que estaba saliendo con
Alonso, siempre estuvo ahí para mí. y hoy que le pido ayuda me la da
desinteresadamente. Un ángel me manda el Señor, siquiera una señal de que hay
un Dios allá en lo alto.
-¿Ud. es Canela?-
-Si Soy Yo-
-Suba, tenemos instrucciones de
llevarla, nos manda su amiga Graciela-.
Una esperanza, después de ver cerrarse
tantas puertas. Una esperanza, una Luz.
Siguiente entrega Jueves 13 de
Octubre. Esto es Papeles Olvidados. Derechos Reservados.
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