septiembre 29, 2011

Canela (la llamada) |Nov. Online||derechos reservados|

Compartir

CANELA
capitulo cuatro

 - la llamada -



Si tuviera que llorar, lo haría sin remedio, si tuviera que hacerlo lo haría sin pensarlo, ya que el dolor es aliviado, cuando sientes que todo pasa, cuando piensas que ello te aliviara, el desgarro es señal que algo se ha roto, las lagrimas, son las que sueldan tu alma rasgada y sin aliento. El desahogarse ahora suena mejor.  Hace mucho tiempo no lloraba, desde que Canela partió, y ahora que la siento tan cerca, otra razón para llorar, no puedo tan siquiera el verla. Hoy, no soy lo que  llaman  ‘valiente’. Hoy solo soy un hijo que perdió a su Madre.

De terno Negro, el único que tenia la alusión a la tristeza que siento, el que pudo solo pasar a ser mi escudo, y que me prestó mi gran Amigo Fidel de la calle 27, el que tiene la oscuridad suficiente para proyectar lo que siente mi alma, para que todos sepan el dolor que llevo a mi espalda, y los lentes que no dejan ver la evidencia de que me pase la mayor parte de la noche llorando,  -¿puede ser mas mezquina la vida?- les preguntaría a los presentes, están todos aquí, todos menos Ella, las nubes también se negrean, al parecer el tiempo y el planeta saben de mi dolor y quieren sumarse. Comienzan las gotas, caen en la caja de color negro, y la de mi Madre de color blanco; una imagen inmensa de la Virgen María, delante de cada ataúd acompañado de un ramo de rosas, como las que llegan a ser parecidas a los tributos que se dan, para que llegado el momento tengan como pasar la puerta de la reencarnación. Mis manos son ahora trozos que pertenecieron todo este tiempo pegadas a mi cuerpo. Y yacen ahora inmóviles a los costados,  me siento tallado en mármol, inmóvil, no siento otra cosa que este dolor en el corazón que pulsando encuentra como deshacerse en silencio. Ya que no vez en mi, muestras de Dolor, mi dolor lo llevo por dentro. Canela me dijo se fuerte, se fuerte Alonso, por ti, por ellos.
Pero una cosa es decirlo, otra hacerlo. Todos aquí, todos juntos: familiares, amigos de la familia, amigos míos, todos juntos, no recuerdo la ultima vez una foto parecida a esta, todos esperando que el hombre con la cruz en la mano, de paso a que las almas se escapen de los cuerpos inertes y prosigan su camino al encuentro con Dios, y que sea Yo, quien diga las últimas palabras de la Tarde. La Llovizna, se deja sentir, los miembros de Negro, ahora no les importa el frio, mucho menos la ventisca que azota los paraguas con amargura. Mi cerebro pide que mis brazos y piernas se muevan, pero no puedo el ejecutar tal orden, mi pecho se hace más pequeño y siento como mis costillas rozan constantemente mi corazón. Un corazón que ahora no late, porque no tiene porqués. Un corazón que ha sido maltratado por la vida, por la mujer que ha amado toda su vida. Y no sabe más que ahora de tristeza y de desamor. Un corazón que no entiende lo que pasa. Y solo cuando mi hombro siente la mano de mi Tío Eusebio, mis fuerzas vuelven, y mi cabeza deja de estallar, mi primer paso se siente, y me dirijo ahora a la plataforma, que es ahora vista por todos los que han venido a despedirse por última vez de mis PADRES. Me dirijo a ellos, anunciando mi nombre, y mis palabras no cambian, pierden fuerza, y solo es el silencio, que ahora cubre los campos del mas allá, y no hay mas que se oiga que mi corazón que late sin que me dé cuenta. Es cuando mis dedos cogen el papel que llevo en la mano, y mis ojos no tienen como leer las palabras escritas la noche anterior, ya que el papel ahora tiene mis lágrimas, mis manos tienen un papel de dolor.

Estoy aquí, frente a Ustedes, para contar la clase de personas que fueron mis Padres.
Estoy con esta dolencia, haciendo el esfuerzo que nunca pensé hacer en la vida, ya que algo me dice ‘salir corriendo’, y otro algo, me impide hacerlo, ya que hablar de ellos, es hablar de la vida. De la Mía.
Y si me permiten los presentes, tenía algo escrito para esta ocasión. Pero sé de memoria las letras que tiene este papel que ahora se encuentra húmedo. Y sus letras al igual que mi dolor, ahora son eternas en mi memoria.
No hay ahora aquí entre los presentes, que sepa en verdad quiénes fueron estas dos personas, no las hay. No hay aquí, entre los presentes, que haya llamado ‘Amiga’ a mi Madre entre estos últimos 20 años, el teléfono de casa no ha sonado NUNCA por más de 26 años, y no sé cómo puede haber gente tan hipócrita como todos los aquí sentados. Que si saben de que hablo, abandonaran este espacio que ha sido guardado por años, para que estas Dos personas sean sepultadas aquí, juntas y en Paz, que si son de honra, sírvanse hacerlo, solo con mis Hermanos y Yo les daremos el Adiós que merecen. Ya que no hay nadie aquí, entre los presentes: entre los relojes de oro, las pulseras de plata, las carteras de Cuero, los zapatos de cuero de lagarto, los anillos con diamantes, que sepa, en realidad quienes FUERON MIS PADRES.
Se fuerte, se fuerte, se valiente.- se me anuda la garganta, es cuando veo que todos esperan mis palabras, y es cuando dejo de divagar, y pronuncio mi discurso.
Barrí con la mirada todas las caras, deje que mis manos ahora sean mis cimientos, me apoye con ellas, para dictar unas palabras, las tenía en mi cabeza, y no podía sacarlas a flote, sin antes dejar que pase el remolino. Y es cuando mis labios se movieron, por si solos, queriendo dejar en claro algo, estaba más que afiebrado por lanzar mis petardos y demás puñales, estaba a punto de poner a todos en su sitio, la mirada de Joel, me anunciaba que estaba esperando lo peor, los flashes no dejaban de parar, y yo estaba ahí, inmóvil, dejando ver mi cuerpo, pero mi alma, estaba ya en otra parte. Entonces dije:
Los dos son más que amigos, más que solo la mención de llamarlos Padres. Los dos merecen todo, y por ellos es que decidí ser lo que Soy, porque recurrí primero a mis Recuerdos para poder ser escritor, y ellos fueron quienes más se encontraron en desacuerdo, al mismo tiempo mis hermanos Joaquín y Joel, dan fe que no fuimos buenos Hijos, no lo fui. Tampoco ellos. Hoy lo confieso, lo confieso como obsequio a la verdad, lo digo para que lo sepan y no estén hablando entre dientes, ya que todos saben lo que ha pasado mi familia, no somos más que unos Personajes en la Historia que ha creado la prensa, un personaje que He creado Yo mismo, pronunciando mentiras en todos los libros que he escrito. Solo uno será el que diga toda la verdad que llevo dentro. Y ese es el que estoy escribiendo. Los Muchos reporteros aquí, harán sus crónicas, lastimando a mis seres queridos, a los que más he querido en esta vida. Por eso les pido que respeten mi Dolor, que sepan que no solo soy un ser que crea REALIDADES, soy un ser Humano, y mi familia, lo que queda de ella, merece Respeto.
Luego de balbucear otras palabras, que no vienen a mención, mi hermano Mayor  pone la pausa, me da la mano, y me pide que me siente. Sus manos estaban heladas, las mías están ahora cálidas. Mi cabeza ahora se sentía en Paz. Mis Familiares, cada uno se asomaba al estrado y frente a los dos cajones, decían sus Mentiras, lo que me dio una rabia incontrolable, y decide Irme. Escapar. A cualquier parte, a un lugar donde no puedan verme. Decidí irme al lugar donde siempre íbamos con Canela, cuando nos sentíamos amargos con la vida, o los problemas. Nos hacía migajas el corazón, recurríamos a ese espacio para poder recargar baterías. Le dije al oído a mi hermano Joel que quería Irme, el con su sonrisa me dio la respuesta que necesitaba. Siempre rebelde Yo, no quería que me vieran, no quería mas nada, que solo estar bajo esta llovizna, pero Solo.
Es cuando sortee, a los cuerpos de Negro, las cámaras dejaban marcas en mi rostro, mis manos eran pesadas, pero mi cuerpo seguía avanzado, hasta que llegue al auto de mi Padre, el Chevrolet color Negro, y me dirige a donde no podían cogerme. Donde me esperaría la Diosa Coronada de mis Poemas, de mi Amor, y de mi triste historia. Pero sabía que huir ahora, sería el de darle la espalda al dolor, cosa que no duraría por mucho tiempo. Seria en vano tal esfuerzo. Puse cuarta, y los cuerpos que dejaba a mi paso, me parecían tan conocidos, pero poco a poco dejaban de serlo. Perdían sus formas. Fue entonces que ya estaba en la carretera. Un celular suena, después de acordarme que Joel, me dio el suyo, no sé porque, pienso que porque no tenía Yo uno desde que llegue, seria para poder ubicarme. Pero fue cuando leí la pantalla azulada. Cogí temor.

CANELA CALLING..!!!

Mi cuerpo perdió movimiento. Me estacione, quería contestar, pero no sabiendo porque mi hermano tenía entre sus contactos el celular de canela. Mis manos no me respondían, hasta que dejo de sonar. Para después de unos segundos…. Sonar  nuevamente.

CANELA CALLING….!!!
Conteste.

Cliquea para ver el siguiente capitulo: Canela Novela Online








Esto es Papeles Olvidados. Sean Bienvenidos.