CANELA
capitulo cuatro
- la llamada -
Si tuviera que llorar, lo haría sin remedio, si tuviera que hacerlo lo
haría sin pensarlo, ya que el dolor es aliviado, cuando sientes que todo pasa,
cuando piensas que ello te aliviara, el desgarro es señal que algo se ha roto,
las lagrimas, son las que sueldan tu alma rasgada y sin aliento. El desahogarse
ahora suena mejor. Hace mucho tiempo no
lloraba, desde que Canela partió, y ahora que la siento tan cerca, otra razón para
llorar, no puedo tan siquiera el verla. Hoy, no soy lo que llaman ‘valiente’.
Hoy solo soy un hijo que perdió a su Madre.
De terno Negro, el único que
tenia la alusión a la tristeza que siento, el que pudo solo pasar a ser mi
escudo, y que me prestó mi gran Amigo Fidel de la calle 27, el que tiene la
oscuridad suficiente para proyectar lo que siente mi alma, para que todos sepan
el dolor que llevo a mi espalda, y los lentes que no dejan ver la evidencia de
que me pase la mayor parte de la noche llorando, -¿puede ser mas mezquina la vida?- les preguntaría
a los presentes, están todos aquí, todos menos Ella,
las nubes también se negrean, al parecer el tiempo y el planeta saben de mi
dolor y quieren sumarse. Comienzan las gotas, caen en la caja de color negro, y
la de mi Madre de color blanco; una imagen inmensa de la Virgen María, delante
de cada ataúd acompañado de un ramo de rosas, como las que llegan a ser
parecidas a los tributos que se dan, para que llegado el momento tengan como
pasar la puerta de la reencarnación. Mis manos son ahora trozos que
pertenecieron todo este tiempo pegadas a mi cuerpo. Y yacen ahora inmóviles a
los costados, me siento tallado en
mármol, inmóvil, no siento otra cosa que este dolor en el corazón que pulsando
encuentra como deshacerse en silencio. Ya que no vez en mi, muestras de Dolor,
mi dolor lo llevo por dentro. Canela me dijo se fuerte, se fuerte Alonso, por ti,
por ellos.
Pero una cosa es decirlo, otra hacerlo.
Todos aquí, todos juntos: familiares, amigos de la familia, amigos míos, todos
juntos, no recuerdo la ultima vez una foto parecida a esta, todos esperando que
el hombre con la cruz en la mano, de paso a que las almas se escapen de los
cuerpos inertes y prosigan su camino al encuentro con Dios, y que sea Yo, quien
diga las últimas palabras de la Tarde. La Llovizna, se deja sentir, los
miembros de Negro, ahora no les importa el frio, mucho menos la ventisca que
azota los paraguas con amargura. Mi cerebro pide que mis brazos y piernas se
muevan, pero no puedo el ejecutar tal orden, mi pecho se hace más pequeño y
siento como mis costillas rozan constantemente mi corazón. Un corazón que ahora
no late, porque no tiene porqués. Un corazón que ha sido maltratado por la
vida, por la mujer que ha amado toda su vida. Y no sabe más que ahora de
tristeza y de desamor. Un corazón que no entiende lo que pasa. Y solo cuando mi
hombro siente la mano de mi Tío Eusebio, mis fuerzas vuelven, y mi cabeza deja
de estallar, mi primer paso se siente, y me dirijo ahora a la plataforma, que
es ahora vista por todos los que han venido a despedirse por última vez de mis
PADRES. Me dirijo a ellos, anunciando mi nombre, y mis palabras no cambian,
pierden fuerza, y solo es el silencio, que ahora cubre los campos del mas allá,
y no hay mas que se oiga que mi corazón que late sin que me dé cuenta. Es
cuando mis dedos cogen el papel que llevo en la mano, y mis ojos no tienen como
leer las palabras escritas la noche anterior, ya que el papel ahora tiene mis lágrimas,
mis manos tienen un papel de dolor.
Estoy
aquí, frente a Ustedes, para contar la clase de personas que fueron mis Padres.
Estoy
con esta dolencia, haciendo el esfuerzo que nunca pensé hacer en la vida, ya
que algo me dice ‘salir corriendo’, y otro algo, me impide hacerlo, ya que
hablar de ellos, es hablar de la vida. De la Mía.
Y
si me permiten los presentes, tenía algo escrito para esta ocasión. Pero sé de
memoria las letras que tiene este papel que ahora se encuentra húmedo. Y sus
letras al igual que mi dolor, ahora son eternas en mi memoria.
No
hay ahora aquí entre los presentes, que sepa en verdad quiénes fueron estas dos
personas, no las hay. No hay aquí, entre los presentes, que haya llamado
‘Amiga’ a mi Madre entre estos últimos 20 años, el teléfono de casa no ha
sonado NUNCA por más de 26 años, y no sé cómo puede haber gente tan hipócrita
como todos los aquí sentados. Que si saben de que hablo, abandonaran este
espacio que ha sido guardado por años, para que estas Dos personas sean
sepultadas aquí, juntas y en Paz, que si son de honra, sírvanse hacerlo, solo
con mis Hermanos y Yo les daremos el Adiós que merecen. Ya que no hay nadie
aquí, entre los presentes: entre los relojes de oro, las pulseras de plata, las
carteras de Cuero, los zapatos de cuero de lagarto, los anillos con diamantes, que
sepa, en realidad quienes FUERON MIS PADRES.
Se
fuerte, se fuerte, se valiente.- se me anuda la garganta, es cuando veo
que todos esperan mis palabras, y es cuando dejo de divagar, y pronuncio mi
discurso.
Barrí con la mirada todas las
caras, deje que mis manos ahora sean mis cimientos, me apoye con ellas, para
dictar unas palabras, las tenía en mi cabeza, y no podía sacarlas a flote, sin
antes dejar que pase el remolino. Y es cuando mis labios se movieron, por si
solos, queriendo dejar en claro algo, estaba más que afiebrado por lanzar mis
petardos y demás puñales, estaba a punto de poner a todos en su sitio, la
mirada de Joel, me anunciaba que estaba esperando lo peor, los flashes no
dejaban de parar, y yo estaba ahí, inmóvil, dejando ver mi cuerpo, pero mi
alma, estaba ya en otra parte. Entonces dije:
Los dos son más que
amigos, más que solo la mención de llamarlos Padres. Los dos merecen todo, y
por ellos es que decidí ser lo que Soy, porque recurrí primero a mis Recuerdos
para poder ser escritor, y ellos fueron quienes más se encontraron en desacuerdo,
al mismo tiempo mis hermanos Joaquín y Joel, dan fe que no fuimos buenos Hijos,
no lo fui. Tampoco ellos. Hoy lo confieso, lo confieso como obsequio a la
verdad, lo digo para que lo sepan y no estén hablando entre dientes, ya que
todos saben lo que ha pasado mi familia, no somos más que unos Personajes en la
Historia que ha creado la prensa, un personaje que He creado Yo mismo,
pronunciando mentiras en todos los libros que he escrito. Solo uno será el que
diga toda la verdad que llevo dentro. Y ese es el que estoy escribiendo. Los Muchos
reporteros aquí, harán sus crónicas, lastimando a mis seres queridos, a los que
más he querido en esta vida. Por eso les pido que respeten mi Dolor, que sepan
que no solo soy un ser que crea REALIDADES, soy un ser Humano, y mi familia, lo
que queda de ella, merece Respeto.
Luego de balbucear otras
palabras, que no vienen a mención, mi hermano Mayor pone la pausa, me da la mano, y me pide que me
siente. Sus manos estaban heladas, las mías están ahora cálidas. Mi cabeza
ahora se sentía en Paz. Mis Familiares, cada uno se asomaba al estrado y frente
a los dos cajones, decían sus Mentiras, lo que me dio una rabia incontrolable,
y decide Irme. Escapar. A cualquier parte, a un lugar donde no puedan verme. Decidí
irme al lugar donde siempre íbamos con Canela, cuando nos sentíamos amargos con
la vida, o los problemas. Nos hacía migajas el corazón, recurríamos a ese
espacio para poder recargar baterías. Le dije al oído a mi hermano Joel que quería
Irme, el con su sonrisa me dio la respuesta que necesitaba. Siempre rebelde Yo,
no quería que me vieran, no quería mas nada, que solo estar bajo esta llovizna,
pero Solo.
Es cuando sortee, a los cuerpos
de Negro, las cámaras dejaban marcas en mi rostro, mis manos eran pesadas, pero
mi cuerpo seguía avanzado, hasta que llegue al auto de mi Padre, el Chevrolet
color Negro, y me dirige a donde no podían cogerme. Donde me esperaría la Diosa
Coronada de mis Poemas, de mi Amor, y de mi triste historia. Pero sabía que
huir ahora, sería el de darle la espalda al dolor, cosa que no duraría por
mucho tiempo. Seria en vano tal esfuerzo. Puse cuarta, y los cuerpos que dejaba
a mi paso, me parecían tan conocidos, pero poco a poco dejaban de serlo. Perdían
sus formas. Fue entonces que ya estaba en la carretera. Un celular suena, después
de acordarme que Joel, me dio el suyo, no sé porque, pienso que porque no tenía
Yo uno desde que llegue, seria para poder ubicarme. Pero fue cuando leí la pantalla
azulada. Cogí temor.
CANELA CALLING..!!!
Mi cuerpo perdió movimiento. Me estacione,
quería contestar, pero no sabiendo porque mi hermano tenía entre sus contactos
el celular de canela. Mis manos no me respondían, hasta que dejo de sonar. Para
después de unos segundos…. Sonar nuevamente.
CANELA CALLING….!!!
Esto es Papeles Olvidados. Sean Bienvenidos.