CAPITULO UNO
ESPAÑA, VUELO A CASA
¡Y si! Quería ver con mis ojos La tour Eiffel el símbolo más representativo de Paris, que por conversaciones con Amigos, y múltiples correos que recibía por familiares a los que le importaba mi paradero, daban fe que no sería en vano la visita a esa Magnifica Estructura que rosaba el cielo, quien sabe, y me domaba la idea de visitar a Dios, saludarlo y regresar para la cena.
Curiosamente estaba pensativo, y me encontraba viendo otro techo que no se parecía a ninguno que haya visto. Centre mi vista en el punto que había escogido, y sin medir fuerzas, me deje llevar por mis pensamientos. - Se les ve sonrientes - dije para mi, amigos en aquellas fotos que mandaban para que no me olvidase de ellos, creer en verdad que la envidia que sentía era pasajera y sana. ¡Pero por supuesto! quería también subirme a un Tranvía, algo que quería experimentar, sacar la cara por una de las ventanillas, y que sea el viento que peine estos cabellos que por sorpresa entre ellos, ya había inquilinos de color blanco; cosa que ha de estar prohibido, lo sé sin saberlo en práctica, pero eran locuras permitidas en mi nueva manera de ver la Vida.
Y porque no, también contarlo todo por medio de mi Blog, sí, tengo un Portal donde cualquiera sin ser airoso de grandeza, podía pasar a visitarme y saber de mis adentros, ¡¿pero qué estoy diciendo?! Que tonto ¡¡tenia!! Rebobine. Lo llegue a abrir recuerdo, cuando comencé la Universidad, para compartir mis experiencias y algunas opiniones con amistades y familiares, pero por así decirlo, siempre llegaba a trastabillar su tema principal, y me atraía esa fuerza de beber del mismo vaso, haciendo no otra cosa que escribir para mi, resultando el personaje principal de mis letras, quien más si no Ella.
Portal, o mejor dicho, una herramienta que me gustaba utilizar, en la cual compartía con un estilo mío también los viajes que realizaba con mi Padre y mis hermanos, cosa que se convertido en un Hobby, un pasatiempo por aquel entonces el de escribir, ese algo, que me ayudaba en este capítulo de mi vida. Para luego convertirse en una pasión, una llamarada en mi cabeza siempre me dictaba volver a golpear esas teclas, siempre volvía a hacerlo, sea de noche o de día. Sabia muy hondo dentro de mí, que pronto debía cambiar el rumbo que me trazaron mis Padres, para Yo coger las riendas. Y buscarme un camino que me lleve a donde yo quería. Y si – lo habrán adivinado-, tenía Yo ese deseo guardado, un anhelo, siempre quería conversarlo con mis amistades, pero siempre callaba por sentir primero vergüenza. Ahora Desolado, y viviendo con unos parientes; un Tío y su esposa, el primero me dio cobijo en su humilde casa, de la familia de mi Padre, que no veía desde mi niñez, y claro, podrán entender que es difícil tan solo sacar algo a conversación. Las cosas aquí son diferentes, casi sin tener la oportunidad de pronunciar algo en español, ya que es con dificultad que puedan llegar a entenderme con mi masticado francés. Sentí en verdad que al estar aislado, no necesitaría el comunicarme con nadie, mi idioma era un lazo que me aferraba al recuerdo de mi tierra, y no quería -porque también está el Inglés- corromper mi cabeza con aprender otro Idioma. Válgame Dios, ¿Por qué debe uno tener que aprender siempre algo nuevo? Basta solo con uno solo, pero entonces quien en su santo juicio ¿leyó al revés las instrucciones?
Después de pisar este suelo, no me he encontrado con otros latinos, ni siquiera en el aeropuerto, triste pero cierto, es como si esta tierra se tragara a los latinos llegados de diferentes partes del Globo. España es Fría en este mes del año. Distinta a muchas tierras, no siendo Yo, un trotamundos. Pero es la primera impresión que tengo de esta tierra en la que he decidido refugiarme del Mundo.
El periódico al que brinde mí tiempo por varios años, me deposito mi Liquidación, una suma algo mísera, pero suficiente, lo necesario como para estar unos meses sin problemas de posada y comida. Las mañanas siempre son las mismas, algo confusas, otro techo diferente, y siempre me tropiezo con todo, ya que no hay luz porque he sacado el fluorescente y dejado solo el sócate en el techo, quise estar unos días en oscuridad total. Como cuando en mi niñez mi Padre, siempre nos ordenaba el tener apagadas las luces, el de siempre ahorrar, estar a oscuras en casa era algo normal para todos, nos acostumbramos a la oscuridad. Al final, la cuenta de luz se reducía, y hoy por hoy, me acorde de eso, por eso la oscuridad en mi cuarto. El estar solo conmigo mismo siempre me ha ayudado a pasar los días, pero eso no implicaba salir de la cama. Mis canilleras se están llevando la peor parte de mi decisión. Mañana comprare una lámpara –dije- para la mesa que me brindo mi tío Alberto, ahí depositare mi laptop y cederé al impulso que en un principio me llevo a alejarme de todos, y comenzare por fin lo que he querido hacer desde que llegue de Perú. Escribir.
Una cómoda, que se encuentra cerca de mi cama, en el un cuadro de mi Madre se dejaba ver con orgullo, un reloj que se encuentra atrasado quince minutos se veía en la pared, una mesita vetusta que ha sido instalada en uno de los rincones, ya que en un principio ese era el lugar de la cama, estaba en mis planes acercarme más a la única ventana para sentir el aire mañanero, pero después mi idea colapso cuando vino a mí el frio que hacía por las mañanas, una silla de madera con terminaciones talladas, la mesa llevaba sobre ella una tela que resaltaba, la hacía ver un tanto más fresca, la condenada silla nunca dejaba de chillar, tronar o aullar, cada vez que me sentaba en ella. –¡¡decidido!!, debo de comprarme una silla, siquiera una decente, lo hare mañana -me dije. Hoy no quiero salir de la cama.
Y seguía mirando el cuerpo de la hoja, blanca y vacía, no tenía más que una sola línea, y es que no entendía que pasaba …..dibujaba siempre líneas sin querer a primera instancia el escribirlas, pero en este momento, no llegaban ni las moscas, nada… ¡qué diablos!
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